La soledad es el nuevo lujo.

 

Cuando estás bien contigo mismo, estás más tiempo solo ( y que conste que Any y yo estamos a menos de un metro unas 16 horas diarias, 365 días al año, y papi trabaja desde casa, así que estamos los tres juntos físicamente).

Pero la soledad es algo interno. Puedes estar solo en mitad de un concierto o en el metro.

Esa sensación de que el exterior está ahí, pero que la serenidad, la libertad y el silencio acompañan tu mente.

“I want to be alone”, decía la gran Greta Garbo.

No se trata de meditar ni de convertirnos en anacoretas, aunque mi marido está empezando a preocuparse.

Disfrutamos mucho de la compañía de otras personas, especialmente de aquellas que nos aportan amor, paz y risas. Pero hay momentos, como el actual, en que apreciamos más la soledad que la compañía de los demás.

Los seres humanos somos sociales y en esta época que vivimos, marcada por la vida en las grandes ciudades, la tecnología que no te da ni un respiro y eligiendo ayudar a los demás, es raro tener un rato para estar solo.

La soledad es el nuevo lujo.

Además mejora tu creatividad, la concentración, tienes más tiempo para leer, pensar, dormir, y disfrutar de la vida.

En otros momentos es verdad que llegamos a hacer determinadas cosas por la voluntad de personas que nos rodeaban, la llamada presión social de hacer lo correcto. Pero hace ya tiempo que nos hemos dado cuenta de que es algo que nos impide avanzar hacia nuestro propio camino.

Estar solos nos ayuda a ver las cosas desde otra perspectiva y nos ayuda a formar nuestra propia opinión.

Estar solos con nuestros propios pensamientos es una manera estupenda de alimentar el alma.

Cuando nos vinimos a vivir a una Urbanización en la Costa Cálida, la gente que nos conoce se sorprendió. Habíamos estado viviendo en nuestra casa del centro de Madrid durante 10 años, Any es Cosmopolitamente Espiritual y yo sinceramente adoro ciudades como NY, París o Madrid. ¡El metro me parece un sitio fantástico para meditar!!

Pero nos ha costado muy poco acostumbrarnos al silencio, la naturaleza, las puestas de sol, el sol, el sol, el sol… Tanta tranquilidad, silencio, paz, aire puro…nos hace no echar de menos la ciudad y su ritmo de vida: ir al futbol al Santiago Bernabeu el día de partido, pasear los domingos por el Prado o acampar bajo un árbol en el Retiro, siempre rodeados de amigos o gente que se para a compartir sus vidas.

Ahora estamos en esa etapa más interior, más íntima, en la que compartimos vecindad con el amanecer, con horas de silencio y con meses de sol…

Ah, y con nuestros adorados vecinos británicos, holandeses, belgas, australianos, alemanes…que ya están en esa época de la vida de cumbres blancas que les deja apreciar lo maravilloso que es ser feliz aprovechando cada momento.

No se cuanto nos durará porque Any y yo somos claramente urbanitas, pero estamos disfrutando de una vida sin estrés y es maravilloso.

Un abrazo de OSO desde el Paraíso.

Inocentes de corazón, supervivientes por elección.

Para nosotras es muy importante ser conscientes y seguir los propios dictados internos y no solo los de los demás, porque esto nos hace libres y poseedoras de nuestro destino.

Siempre he tratado de evitar ser una simple marioneta de cualquier tipo de “autoridad”, porque confío en nuestros propios recursos internos. Nosotras hemos pasado de pacientes a actuantes, de educandas a aprendices y de buscar el mejor puesto de empleado a artífices de nuestros sueños.

Me di cuenta de que el mejor currículum no se conseguía en la formación reglada, sino con las experiencias vividas y los momentos seleccionados meticulosamente.

Mis Maestros en realidad nunca han sido los Profesores sino personas con experiencias vitales que les han llevado a donde están. Personas que aportan tanto que sólo al sentirlas u oírlas hablar, el mundo se para. Personas que poseen esa VERDAD que no puede remediar quien no conoce la mentira. Se que sufren porque nosotras hemos sufrido, y lloran y se enfadan, y por eso nos gustan. Porque son Maestros de la Vida que nos hacen crecer día a día.

Ellos no quieren ni nuestro tiempo, ni nuestro dinero… Y yo he elegido para siempre ser aprendiz de su generosidad y genialidad, fiel a mi sueño.

Cuando tienes delante de ti a UN NIÑO que ha desafiado a la muerte y que avanza hacia la salud con una sonrisa de oreja a oreja, sin protestas, quejas ni intereses, sólo porque ha escogido el camino de la VIDA, ves como los llamados Maestros, se convierten en alumnos de primero.

Un abrazo y gracias por mantener vivo lo que define a la raza humana.

Gracias hija.

https://anayany.com/miyoutube

#anayany
#vidafeliz

La exhibición de lo superfluo frente a la sobriedad en la vida

Ganar más y gastar menos es la base de una vida  próspera.

Hagamos una profunda reflexión interior sobre nuestro estilo de vida.

Aparentar tener más, no significa ser feliz ni poder disfrutar de las bondades de una vida cómoda. Las apariencias a través de redes sociales o por falta de Educación Financiera y desconocimiento de la propia realidad económica, no es el mejor modo de conseguir ser felices y ayudar a los demás, ya que la verdad acaba imponiéndose a la ficción.

Nosotras apostamos por el equilibrio y el sentido común ante la total incongruencia y el delirante rumbo que ha tomado la exhibición de lo superfluo.

Por eso somos frugales porque es una filosofía de vida con la que nos sentimos cómodas y felices.

Cuando uno es frugal, optimiza los recursos de cualquier tipo (dinero, tiempo…) de tal manera que el resultado es vivir de manera holgada controlando la mente para evitar gastar dichos recursos en lo innecesario. No necesitamos aparentar lo que no somos, porque lo que somos es lo que queremos ser.

Siempre nos ha gustado este estilo de vida.

Setsuyaku (frugalidad) en el budismo zen japonés quiere decir eliminar lo que no sirve, pero desde el significado de hacer uso pleno de algo, sin tomar en cuenta lo que es.

En la sociedad de consumo compulsivo en la que vivimos parece como si se considerara una virtud tener un buen coche, por ejemplo, aunque éste sólo saque dinero de tu bolsillo.

El catedrático de Economía en la Universidad París-Sud, Serge Latouchees, es una de las voces mundiales del llamado movimiento por el “decrecimiento”. Él nos habla sobre cómo no se obtiene la felicidad si no podemos limitar nuestros deseos y necesidades.

El profesor Latouche ya con 73 años y su movimiento “decrecentista”, defiende la sobriedad en la vida y la preservación de los recursos naturales antes de su agotamiento. Propone vivir mejor con menos y se alinea con la ecología y conceptos con los que nosotras vibramos como: producir cerca de donde se vive y de forma ecológica; no vivir fagocitados por la economía de la acumulación que conlleva frustración y querer lo que no tenemos ni necesitamos; y ha comprobado a lo largo de su vida que la gente feliz no suele consumir en exceso.

Estamos de acuerdo con muchas de sus ideas como la de trabajar menos y producir de forma inteligente así como ayudar a los demás y cultivar más la vida.

Además la frugalidad en sí, permite afrontar eficientemente el posible impacto de una crisis y aumenta de manera significativa nuestro conocimiento sobre el dinero, porque nos permite ser más inteligentes a la hora de tomar decisiones sobre el uso del mismo.

Si buscamos una prosperidad monetaria tenemos que tener claro la relación entre nuestras ganancias y nuestros gastos. Si ganamos más de lo que gastamos, entonces contamos con cierta prosperidad.

Es decir, que aumentamos nuestra prosperidad mediante la vida frugal tanto si aumentamos nuestras ganancias y nuestros gastos permanecen constantes, como si disminuimos nuestros gastos y nuestras ganancias permanecen constantes.

Si es difícil o complicado aumentar las ganancias, empezaremos por reducir tus gastos.

Por el contrario, si es difícil reducir tus gastos, debemos considerar la posibilidad de obtener ingresos adicionales. Recuerda que el dinero es fácil de ganar, pero difícil de mantener.

Se sabe que muchas personas conocidas por ser influyentes en términos monetarios viven una vida de frugalidad.

Considera la posibilidad de seguir la filosofía de la frugalidad en tu vida, sin que ello te limite de ninguna manera para que logres el éxito.

«Los mejores cuentos de China» de Ramiro Calle

«Los mejores cuentos de China» es un libro corto, ameno y que invita a la reflexión.

En él se relatan cerca de un centenar de cuentos cortos, tomados de los viajes del autor, Ramiro Calle, por los países asiáticos.

Estos cuentos contienen lecciones espirituales de gran valor, que normalmente son transmitidos de monjes a discípulos, a modo de condensación de las enseñanzas.

Beben de tradiciones orientales, como el taoísmo o el yoga.

Todos podemos aprender de estos cuentos y extraer de ellos algo de sabiduría para la vida cotidiana.

Se incluye, tras cada cuento, una reflexión del autor que condensa y clarifica el significado, para que podamos empezar desde ya mismo a aplicar la filosofía de meditación, quietud mental y ecuanimidad compasiva que transmiten estas bellas narraciones.

Tal y como dice el propio Ramiro Calle en la introducción: “El cuento se convierte de este modo en tema de reflexión consciente y lúcida, así como de meditación, esto es, en magnífico soporte para desarrollar un tipo de comprensión más profunda e intuitiva y que coopera en la evolución y el despertar de la conciencia”.

«Los mejores cuentos de China» es una antología de relatos para leer, releer y hojear de vez en cuando, pues no hay cuento que no ayude a esclarecer algo (ya sea de nosotros mismos, del mundo o de la Inteligencia Universal).

Imprescindibles para los amantes de cuentos espirituales: Ramiro Calle y  Jorge Bucay.

Social media & sharing icons powered by UltimatelySocial

Si te gusta anayany.com, ¿por qué no te suscribes?

YouTube
Instagram
Twitter
Visit Us
SOCIALICON
Subscríbete