¡A DISFRUTAR DE LA FIESTA!


«El tiempo que se disfruta es el verdadero tiempo vivido”. Jorge Bucay. 

¡No recojas los adornos de Navidad todavía!

Como os contamos en nuestro post de celebraciones de Navidad, nosotras aunamos las tradiciones familiares con la realidad histórica pagana ¡para no perdernos ni una fiesta!

Y es que nos parece fantástico poder celebrar la vida todos los días (Any lo hace también a través del Santoral) pero también más celebraciones totalmente diferentes a las que hacemos a diario.

Por eso a mí me encanta celebrar los días en los que vienen los Reyes, la semana anterior, la noche del 5 pero sobre todo el 6 de enero (porque ayer me quedé dormida temprano, como manda la tradición, mientras veíamos “ El club secreto de los no herederos al trono” muy apropiado para la ocasión, jajaja).

La historia de esta celebración ya la conocemos todos. Los 3 Reyes Magos siguen la Estrella de Oriente para ver al niño Jesús y ofrecerle oro, incienso y mirra.

Cuando yo era pequeña en mi familia, supongo que como en las de toda España más o menos, celebrábamos los Días de los Reyes Magos yendo con mis padres a ver la Cabalgata, con el típico Roscón de Reyes, y lo mejor de todo… ¡los regalos bajo el árbol al despertarnos para todos los que se habían portado bien! En mi casa no faltaba nunca la muñeca Nancy (o sus múltiples amigos), sus vestidos (o el que nos hacía mamá, por ejemplo de flamenca), algo de ropa para ir al cole y el revoltijo de caramelos. No se estilaba por aquella época nada tecnológico ni gran cantidad de cosas (como hoy en día), pero yo lo recuerdo como un momento mágico de recompensa por un año de portarme bien. Me sentía justa merecedora de aquellos regalos con los que jugaba con mi hermana durante horas, días y realmente todo el año hasta los siguientes Reyes Magos que aportaban algo nuevo al juego.

Hace poco os hablamos de la historia de Yule y Papá Noel, pero el Día de los Reyes Magos es otra tradición más en nuestra familia. Si bien es verdad que está totalmente basada en un hecho religioso, en España realmente se ha transformado en una fiesta para los niños (y no tan niños) independientemente de su origen.

Debido a mi aversión por las mentiras, desde pequeña a Any le explicamos la Fiesta como realmente nosotros la entendíamos: de dónde procede la tradición, cómo lo hemos decidido celebrar en nuestra familia y por qué debemos aprovechar cualquier momento para disfrutar como niños, nunca mejor dicho.

Any en el cole no entendía mucho por qué todos aquellos adultos se comportaban como si los niños fueran tontos y no se dieran cuenta de una barba postiza o unos vaqueros debajo del vestido, pero siempre ha respetado a los demás y sus sueños. Ella lo vivía con la ilusión de celebrar.

Íbamos juntos a la Cabalgata de Reyes, en Madrid, cuando Papá salía corriendo de trabajar y nos encontrábamos en Nuevos Ministerios, de donde salía puntualmente. Así no se nos hacía muy tarde, lográbamos aparcar en un buen sitio para poder cruzar Madrid rápidamente y llegábamos a tiempo de vuelta en casa para ver por la TV el mensaje de Paz desde Cibeles. 

La Cabalgata de Madrid es espectacular (aunque tengo que reconocer que la mejor que he visto es la de Sevilla ¡Llueven caramelos por todas partes!). Antes de empezar el desfile siempre veíamos las carrozas en la calle e íbamos a saludar a los participantes, por ejemplo, de Master Chef Junior, a Lupita y Lucho, etc. 

Después nos íbamos a nuestro sitio. El Ayuntamiento de Madrid siempre ha reservado plazas maravillosas para que las personas con movilidad reducida pudieran vivir la Cabalgata casi como si estuvieran dentro. Allí Any siempre ha hecho muchos amigos, entre otras cosas porque como ella no come caramelos, pero a los tres nos encanta cogerlos, pues los repartía entre todos los niños que estaban en filas más atrás sin acceso tan directo. Bueno ¡caramelos y mucho más! Revistas de Clan, juguetes, etc. Llevábamos 2 o tres bolsas para recoger cosas, pero realmente a casa solo llegaban las revistas para leer (¡claro!), el resto Any se encargaba de repartirlo entre los niños que no habían cogido nada. Se creaba un momento mágico de dar y recibir amor. Esa es la idea que para nosotras tiene la Navidad en el siglo XXI, repartir amor. Era una tarde muy divertida, haciendo algo diferente, tapados hasta las orejas del frío que hacía y compartiendo con un montón de niños un momento feliz. Con los años y después de dejar Madrid, hemos abandonado lo de la Cabalgata, pero Any tiene para siempre grabado en su subconsciente, y sobre todo en su corazón, que dar es más satisfactorio que recibir.

Otro de los momentos mágicos de Reyes era en el Parque Warner, sobre todo la entrega de la carta. Aunque los primeros años le daba miedo, ya después reconocía a los trabajadores del parque tras el disfraz: Juanra de Melchor, Pilar de Duende, etc… Y nos lo pasábamos muy bien cada uno “actuando” en su papel y compartiendo la complicidad de quienes se conocen ya de muchos años. Nosotras creábamos momentos mágicos en ese gran decorado.

La mañana de Reyes, Papá iba temprano a comprar el Roscón. Los primeros años al centro, a una de esas famosas pastelerías históricas de Madrid, con grandes colas. Y ya cuando empezamos con la alimentación consciente, pasamos a ir esa semana antes de Reyes a Mamá Kokore, La Magdalena de Proust, etc., donde pasábamos la tarde charlando con los propietarios mientras tomábamos chocolate caliente bio, unos bollos sin gluten eco y comprábamos el Roscón. Eran tardes de compartir y celebrar de otra manera: calentitos, con ricos postres y con personas con unos valores que se les escapan del corazón. Gracias a todos ellos por formar parte de nuestras vidas.

Y la mañana de Reyes, como hoy, abrimos los regalos. Cuando Any era pequeña yo sentía la necesidad de regalarle todas esas cosas, que por cierto a ella no le gustaban pero que a mí sí: vestidos de princesas, cosas de Disney, los juguetes de moda, etc. Biznieta única, nieta única, sobrina única e hija única. Todos dando regalos. Hoy en día no lo haría, pero en aquel momento ¡teníamos que salir de la habitación de Any para que entraran los regalos! Por suerte muchos otros niños disfrutaron de aquellos regalos seminuevos unos años después.

Hoy los hemos abierto mucho más tranquilos y disfrutando del momento. 

Hemos empezado el día desayunando juntos el Roscón de Zealia (¡Gracias! @zealiabiosingluten) con Aceite de sabores de Agrisanz. Eran dos de los regalos que había pedido Any para compartir en Reyes. ¡Ah, por cierto! A Any le tocó el Rey Melchor y a Papá la Haba, así que todo correcto, jajajjajja. 

Después abrimos los regalos. Para nosotros zapatillas de casa y para Any… ¿Adivinas? ¡Un libro! 

Yo he sido un poco “pilla” y le he gastado un par de bromas a Any, que no se esperaba, y nos lo hemos pasado muy bien. ¡Su cara era un poema con los “regalos falsos”! Jajajaj.

Ahora por la mañana haremos un poco de ABR y después Any quiere cumplir con su sesión diaria del Curso de Guitarra Online que le “trajo” Papá Noel y seguir en el último día con nuestras tradiciones navideñas: juegos, lectura y peli+palomitas.

¡Y hasta el Año que viene a la Navidad! Nos ha encantado tenerte para disfrutar de estos días de manera diferente. Cantar villancicos, vestirnos de rojo, recibir presentes, estar juntos, dar, compartir, etc. Eso es para nosotras la Navidad. Otra excusa perfecta para celebrar la Vida.

¡Y mañana a preparar el cumple de Any el 23 de enero! Lo celebraremos todo el mes y así lo disfrutamos más tiempo.

Aprendizaje: Que nada ni nadie te impida disfrutar de cualquier momento para celebrar.

Un abrazo de Oso ❤️❤️❤️ y otro de Luz✨

#anayany

#vidafeliz

#amorinfinito

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