“Para vivir una vida puramente altruista, uno no debe contar nada como propio en medio de la abundancia”. Buda.
Todo es abundante por naturaleza y no necesitamos mucho más que estar abiertos a esa abundancia. Tenemos lo que el Universo nos da, día a día. Todo lo natural es abundante: los amaneceres, la lluvia, el amor… es inmenso.
Cada experiencia, cada acción, cada abrazo… es abundante en nosotras. Porque estamos abiertas a recibir todo lo natural. Por eso la incertidumbre la vemos como una oportunidad, el miedo nos mueve para avanzar y el amor es nuestro motor. No negamos las dificultades, los problemas, porque no sirve de nada. Sabemos que no podemos controlar todo lo que nos afecta a diario (en realidad no podemos controlar nada), pero sí hacernos con las herramientas, tener la actitud y la pasión que se necesitan para aprender de todo lo que nos rodea y ver el lado positivo o de aprendizaje que nos ayude a vivir plenamente.
Apreciamos la inmensidad que nos rodea y somos conscientes de que los problemas forman parte de esa inmensidad. No existe solo lo que sabemos, no existe solo lo que vemos… Por eso todos los días aprendemos cosas nuevas.
Ver la abundancia, aprender a través de ella algo nuevo y aplicarlo a nuestra vida saludablemente es para nosotras parte del paquete vital para ser felices independientemente de las circunstancias.
Hoy he aprendido que caminando por la vida con amor estaremos abiertas a recibir la abundancia de lo que nos rodea.
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