Hay un proverbio Zen que dice que “El obstáculo es el camino.”
Y en ese camino hemos aprendido que no podemos hacerlo todo solas.
Hemos aprendido, con el tiempo, a pedir ayuda y recibir la generosidad de otras personas con el corazón abierto.
Hemos aprendido a hacer las paces con necesitar, con pedir, con recibir.
Nos sentimos felices y conectadas, contentas y acompañadas. Sentimos una gratitud infinita por regalos de tanta generosidad.
También es una emoción abrumadora saber que hay cientos de personas ahí afuera que ayudan desinteresadamente a otras personas. Gracias a todos por compartir desde la abundancia, no solo con nosotras, sino con muchas familias y así poder darles a nuestros hijos una justa equidad social.
Y esto ratifica nuestro sentir de humanidad compartida, de dar y recibir, de sentirnos felices por formar parte del círculo virtuoso de ayuda continua de los unos a los otros, aportando cada uno lo mejor de si mismo al servicio de los demás.
Sentimos agradecimiento y renovación. El pasado, con la barrera para desplazarnos, ya no está y ahora construiremos un nuevo presente, el de hoy y ahora, gracias a la ayuda recibida.
Damos las gracias por hacernos la vida más fácil a la Fundación Sobre Ruedas al ayudarnos con parte de las adaptaciones que Any necesita para sus desplazamientos. Una Fundación creada por padres y madres que van más adelantados que nosotras en el camino y decidieron hace años ayudar a otras familias en sus mismas circunstancias.
Un abrazo de OSO GIGANTE.
Y MIL GRACIAS.