“La vida no viene con un manual, viene con una madre”. Anónimo.
Duele mucho asumir las dificultades, y más cuando se trata de un hijo. Tanto, que a menudo nos parece más fácil y liberador dejar las acciones en manos de terceras personas, sin cuestionarnos nada, que tomar las riendas, abrir las alas y transformarnos en “mariposas” creadoras de resultados distintos y mejores para ellos.
Tomar acción y cambiar supuso un camino vital muy positivo para nosotras. Tomar las riendas de nuestras vidas nos llevó a una transformación hacia la libertad y la felicidad sabiendo que estamos ayudando a Any con el conocimiento de las nuevas herramientas que nos proporciona ABR.y desde la mayor energía transformadora: el amor incondicional.
Aunque a veces la crianza pueda ser dura, no tenemos más remedio que remontar. Nadie se cura poniendo sal en la herida. El bálsamo para los corazones rotos es el cariño, la suavidad, la gratitud, el perdón, la ternura… Recordemos con cariño todas las veces que hemos sacado fuerzas de la nada para levantarnos, que hemos preparado la comida, que hemos ido al médico, que hemos sonreído a nuestros hijos, que hemos cuidado a nuestra familia… Que incluso sintiéndonos tristes, enfadadas, confusas, perdidas, hemos seguido adelante. Y aprovechemos esa energía para seguir adelante por caminos distintos.
Somos luchadoras y nos merecemos caminar felices y confiar en nuestras capacidades además de en las de ellos.
A nosotras siempre nos ha ayudado conocer cosas nuevas, aprender y aplicarlas para ver si se acomodan a nuestra vida. Todo lo natural, sin esfuerzos y bello, es de alguna manera favorable. Y desde ahí nuestro destino es el infinito.
Hoy hemos aprendido que aunque la vida sea cíclica y muchas madres especiales se vean perdidas, como yo me he visto, nuestra misión de vida es darles luz para que descubran que SÍ SE PUEDE.
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