“Perder la paciencia es perder la batalla”. Mahatma Ghandi.
La paciencia está entre las grandes virtudes universales. Perder la paciencia es dejarse llevar por las emociones en su versión más reactiva, no escuchar, y cortar las posibilidades de logro; incluso podemos llegar a perder el control, sentirnos derrotados y claudicar. Aún cuando las situaciones, los intercambios, las interacciones, puedan ser difíciles, irritantes, o parecer imposibles, intentemos no perder la calma y no enfadarnos ya que si es así no solo no resolverá nada, sino que seguramente empeorará las cosas. Seamos conscientes y no nos dejemos alterar para poder gestionar bien las emociones, comunicarnos congruentemente y ser fieles a nosotros mismos. Disfrutar de cada instante sólo es posible con unas dosis de paciencia.
Nosotras simplemente elegimos disfrutar del presente con paciencia. Esto nos permite ver con claridad el origen de los problemas y la mejor manera de solucionarlos. El objetivo es vivir equilibradamente, y no a tirones energéticos o emocionales. Por eso nosotras practicamos la paciencia a través acciones que nos hacen disfrutar, y después llevamos esa sensación a toda nuestra vida. Por ejemplo practicamos mientras colocamos el armario, o hacemos un par de horas de ABR, o limpiamos el coche o nos sentamos a leer un buen libro. Sin prisas. Disfrutando de ello. Y después esa energía la llevamos las acciones que nos resultan más tensas.
Aprendizaje: Todo está a nuestro alcance, solo depende de nuestra paciencia alcanzarlo.
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