«Nuestra creatividad es el límite del sistema» Bill Mollison, cocreador de Permacultura.
Hay muchas cosas maravillosas que aprendimos antes de esta crisis y que nos acompañarán aún después. Otras serán incorporadas y algunas con el tiempo mejoradas.
Aprendimos…
A valorar la labor del agricultor. Apoyamos directamente a los pequeños agricultores que respetan nuestros alimentos, libres de tóxicos, cultivados con amor en sus tierras y que luego comparten con todos nosotros. Que él y su familia puedan vivir al menos tan bien como yo y mi familia. Extensivo para todos los que ayudan a los demás.
A desarrollar habilidades prácticas y salutogénicas: cocina saludable respetando el producto, autocuidado de nuestro cuerpo y nuestra mente, terapia en el hogar, meditación, yoga, etc.
A formarnos y hacer nosotras mismas remedios naturales, pan con masa madre, alimentos germinados, conservados y fermentados, etc.
A valorar tener una red de amigos de confianza a la que acudir, en muchos campos diferentes de la vida: salud, finanzas, espiritualidad… y estar ahí nosotras también para todo el que nos necesite.
A simplificar nuestra vida, liberando más espacio y tiempo, sin necesitar muchas cosas materiales, creando un hogar saludable donde disfrutar de la vida.
Aprendimos a no consumir más y más y sin más. Ponemos nuestro dinero en las cosas realmente importantes. Aprendimos a diversificar nuestras fuentes de ingresos, a invertir y a compartir.
A hacer intercambios, dar y recibir tiempo con otras personas como valor afectivo, en lugar de buscar solo en la vida un valor financiero.
A valorar lo local y de carácter social. Preferimos adquirir productos naturales, aquellos que duran mucho tiempo, de calidad, de cercanía, respetando el medio ambiente y de empresas sociales o empresas económicamente solidarias.
A intercambiar experiencias, compartir resultados y trabajar para el bien común. A utilizar las redes sociales para ayudar a los demás.
A compartir conocimientos, errores y soluciones.
A valorar lo realmente importante en la vida: salud, familia, libertad, felicidad, etc.
A tener comportamientos acorde a nuestros valores: empatía, compasión, honestidad, etc.
A vivir conscientemente y empáticamente teniendo siempre en cuenta a los demás pero sin descuidarnos a nosotras mismas, buscando la felicidad propia y ajena.
A vivir el aquí y el ahora, siendo fieles a nuestros sentimientos, amándonos tanto a nosotras mismas como al prójimo, teniendo en cuenta nuestros deseos, siendo responsables, fluyendo… neutras con lo externo desde la paz interior.
A respetar nuestro Planeta.
A valorar lo diverso, distinto y hasta lo rebelde.
A agradecer…
Y…podríamos seguir horas y horas.
¿Te animas a añadir cosas a la lista?