“Uno de los efectos mágicos de la organización es la confianza en tu capacidad de tomar decisiones.” Marie Kondo.
Hagamos magia como creadores, cuidadores, cocineros, limpiadores, etc.
Sabemos que nos podemos cuidar con la alimentación, los abrazos, el contacto con la Naturaleza, el orden, la respiración, el amor, etc. Silencio, ayuno, calma y tranquilidad.
Cuidémonos para poder compartir y regenerar.
Para descansar y recuperar fuerzas. Con momentos espirituales, de meditación, etc.
Para vivir en paz, conectar con el corazón, relajar las tensiones, escribir y estudiar, perdernos en el no hacer y encontrarnos con nosotras mismas.
Cultivemos el amor por la familia, el cuidado de la salud y desconectemos de todo.
Busquemos tiempo para relajarnos y amar. Momentos disfrutando de lo que nos rodea. Sin más.
Para la limpieza interior y exterior.
La mente es la casa y la casa es la mente. Internamente tratamos de estar siempre en orden, tanto en mente como en espíritu. Pues lo mismo debemos hacer en nuestra casa o cualquier espacio vital en el que nos encontremos.
A nosotras nos gusta ordenar y limpiar para que esté saludable y evitar caer en el caos. Ordenar la casa o cualquier otro espacio de manera consciente y relajada, quitando el polvo como si lo quitáramos de nuestro propio corazón, es importante en el camino a la felicidad. La suciedad y el desorden no favorecen el avance. Por la mañana, recién levantados, realizamos estas tareas de limpieza toda la familia. Barremos el polvo para remover nuestros deseos terrenales. Fregamos la suciedad para liberarnos de nuestras ataduras. Toda la familia, juntos, como una manera de convivir y de ordenar aquello que tiende al caos de manera natural. Lo importante está en hacerlo abstrayéndonos de cualquier otra cosa ajena, aprovechando el momento mindfulness que implica cada tarea de limpieza. Y siendo conscientes de que el tipo de energía que le imprimimos a la inevitable faena de la limpieza, tiene que pasar de fastidioso a un momento de placer por el trabajo y los resultados. Limpiar el hogar mejora nuestras vidas, genera disciplina y ayuda al cuidado de la familia. Así que no hay más que beneficios en el hábito de ordenar y limpiar. La limpieza del hogar puede ser algo rutinario y fastidioso o algo esclarecedor y una experiencia enriquecedora. Disfrutemos de cada momento.
A nosotras nos parece un tiempo maravilloso para estar con nosotras mismas, y cuando terminamos, sentirnos satisfechas con un trabajo bien hecho y regalarnos un baño refrescante para osmotizar y limpiar también por dentro… y por qué no un granizado.
#anayany
#vidafeliz
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