EraSÉ una vez…
Una tierra que no es tierra.
Un lugar donde los padres acompañan a sus hijos. Y los abuelos consienten a sus nietos.
Un lugar donde la naturaleza convive con el ser humano.
Un lugar donde gobierna la sabiduría, acompañada de la paz, la libertad, la felicidad y la salud. Donde todos dan y reciben caricias de corazón siempre que se presenta la ocasión. Porque saben que además de las palabras amables de cada mañana, el contacto físico es el pegamento que los mantiene juntos.
Un lugar donde se brinda con caldo Aneto en vez de con alcohol (es una tradición familiar, y ocurre más a menudo en Navidad). Donde se come ecológico, se educa en el hogar y se equilibra la emoción. Y donde nadie trabaja porque todos son creadores de todas las cosas bonitas que comparten con los demás y que forman parte de sus vidas.
Un lugar donde dentro es lo mismo que fuera.
Te parecerá extraño, pero los que viven allí no conocen el miedo, la escasez , ni a ningún ladrón. Allí solo se habla el lenguaje del corazón.
Un lugar donde se despiden siempre con un abrazo de oso.
Ese país no es de ensueño, no está en la imaginación. Es real y vive en nuestro interior.
Es un Mundo de Autocontrol (A) para equilibrar las Emociones, Maestría y Madurez (M) para Crear Magia, Observación (O) para Aprender y Responsabilidad (R) para Actuar.
Ese lugar se llama AMOR.
¡FELIZ NaVIDAd!
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