«Deja de luchar y comienza a construir». Leonid Blyum.
Soy una Mamá Especial así que conozco perfectamente el concepto de: cuidar al cuidador. Pero la realidad diaria es mucho más complicada que una buena intención tras una frase.
Hace tiempo que me di cuenta de que para poder seguir años y años ocupándome de mi hija, necesito respiros, entretenimiento, mimitos y muchas cosas bonitas. Estar centrada en el cuidado de Any voluntariamente, no significa que no dedique tiempo también a mi cuidado y el de toda la familia.
Lo que sí tengo claro es que para pedir a los demás (pareja, familia, amigos, “Papá Estado”, etc.) que me ayuden, soy yo misma la que tengo que dar ejemplo con mis actos y cuidarme a diario.
Mi hija ya es una adolescente, y hemos llegado las dos a la buena situación actual gracias a los cuidados y amor mutuos. Está apunto de ser una “gran” adulta dependiente y este es otro reto complicado: seguir gestionando un saludable estilo de vida. Así que hemos llegado a la conclusión de que es necesario aprender a pedir la ayuda que ahora necesitamos ambas, porque las cosas han cambiado. No es lo mismo el manejo de un niño que el de un adulto, ni física ni emocionalmente.
Lo que está claro es que como en cualquier familia nuestras necesidades son y serán propias y reales, y por eso ya hace tiempo que hemos decidido tomar las medidas necesarias para poder cuidarnos juntas durante años.Cuidar de mí, igual que cuidar de ella, no es una opción, es vital para poder vivir felices y tener bienestar y calidad de vida.
Por eso llevo años siendo consciente de que independientemente de las circunstancias, no debo sabotear a mi “yo” futuro pensando que actualmente puedo afrontar la situación. Por nuestras circunstancias, los excesos presentes pasarán factura a mi cuerpo y a mi mente. Si no me cuido hoy, todo será más difícil luego.
Por eso en anayany.com queremos compartir que sí se puede ser felices independientemente de las circunstancias. Para ello necesitamos:
– Cuidados físicos. Somos conscientes de que las prisas las tienen los demás y no nosotras. Darnos cuenta de esto ha sido fundamental. Nosotras vamos poco a poco, de forma constante, consistente y consciente. Hacemos juntas los traslados, cambios de posición, comidas, baños, etc. Nos cuidamos mutuamente nuestros cuerpos y a través del trabajo de nuestra fascia nos mantenemos saludables. Tanto Any como yo realizamos ejercicios de forma pasiva o activa, relajadamente, y gracias a ABR podemos mejorar la condición de Any y mantener el mío.
– Vigilamos nuestro descanso. Respeto los ritmos de terapia en el hogar de Any para obtener el máximo avance sin forzar nada, de forma armónica y natural, y al mismo tiempo soy consciente de incluir en nuestra rutina periodos cortos donde yo me siento o tumbo durante 5 minutos para relajar mi fascia. Esto me hace recargar las pilas y poder seguir adelante. Ambas tenemos nuestros periodos de recuperación, y tenemos claro que, por ejemplo, un sueño reparador es el mejor de nuestros descansos. Pero como Any requiere de cuidados también durante la noche, siendo conscientes de nuestras circunstancias personales, elegimos la posibilidad de descansar también durante el día para evitar el cansancio acumulado de ambas, que puede traer consecuencias peores: reducción de la atención, concentración, memoria y menor capacidad para organizarnos, irritabilidad, insomnio, etc. Un compromiso mutuo que hemos adquirido es dormir no menos de ocho horas. Asumir una carga de tareas excesiva o no descansar lo suficiente, puede jugar en nuestra contra, produciéndonos cansancio, tensión y nerviosismo elevado que quizás podremos sostener una temporada, pero no toda la vida.
– No descuidamos nuestra alimentación. Una buena alimentación es importante para una buena salud y una mejor calidad de vida. Comer alimentos orgánicos cuando tenemos hambre, evitar las comidas procesadas y llevar una dieta sana, equilibrada y variada, aporta a nuestro organismo todos los nutrientes necesarios para reponer energías y poder realizar todas las tareas. Le damos mucha importancia a poder sentarnos a comer y comemos de manera pausada.
– Cuidados sociales. Necesitamos ayuda, no solo de familiares y amigos, también de los profesionales. Ellos nos ayudan compartiendo la dura mochila de la responsabilidad en temas de salud. Aunque como somos conscientes de que ninguno somos dioses, nosotras nos responsabilizamos de todo lo que podemos. Compartir nuestros criterios y tener una atención adecuada, respetuosa y comprometida es para nosotras fundamental, ya que en el caso de enfermedades raras se trata de una larga relación con altibajos en temas de salud. Siempre hemos tenido claro que si no nos asignan la persona adecuada para el camino, solicitamos el cambio de atención, para que todos podamos ser felices. No estamos aquí para sufrir aún más por relacionarnos con profesionales apáticos o funcionarios de organismos públicos que pueden ayudarnos con temas de recursos técnicos, Ley de Dependencia, adaptaciones en el hogar, etc. pero no les gusta su trabajo y no disfrutan de ayudar a los demás.
– Cuidados emocionales. Nosotras oramos, meditamos y trabajamos nuestras emociones. Yo mientras cocino, limpio o le hago terapia a mi hija en el hogar, me encanta calmar mi mente y disfrutar de paz. Meditar para mí es como neutralizar positivamente los pensamientos incorrectos. Mi mente también necesita descanso. Por eso también practicamos técnicas de relajación o ponemos música a tope y a bailar como locas o hablamos con una buena amiga.
Cuidar de nosotras mismas, independientemente de las circunstancias, es la mejor manera de vivir felices. Felicidad no es lo mismo que alegría (nos encanta la alegría pero no es lo mismo). La felicidad para nosotras es vivir aceptando, eligiendo y cuidando la vida que nos ha tocado vivir. Por eso podemos ser felices independientemente de las circunstancias.
Ninguna vida es fácil, todos sufrimos en algún momento por algún problema, pero nosotras hemos visto que el camino de la libertad nos permite ser felices. Aprovechemos el hoy para crear nuestra vida feliz y cuidarnos para poder disfrutarla.
Aprendizaje: Por un futuro mejor, trabajemos en un presente consciente.
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