Nuestra vida varía a diario. Todo depende de unas causas. Y todo tendrá unos efectos.
Ya lo dicen las leyes de la Física: toda acción tiene una reacción.
De la misma forma en la vida todo lo que pasa repercutirá en nosotros. Pero está en nuestra mano controlar como queremos que nos afecte.
Si pretendemos ser felices hay que sentar las bases para lograr esa felicidad.
Tenemos que saber que todo en la vida cambia. Nada dura para siempre, así que lo mejor que podemos hacer es disfrutar de las cosas mientras se tienen, siendo conscientes de que no debemos sufrir cuando se acaben o ya no las tengamos.
Existen condicionantes que en ocasiones concretas nos impiden disfrutar, pero debemos de ser conscientes y limitar, detectar y controlar estas situaciones siempre que podamos y esté en nuestras manos.
Saber quiénes somos y cuál es nuestra verdadera naturaleza y darnos cuenta del potencial que tiene nuestra mente y de que podemos utilizarla para ayudarnos a nosotros al mismo tiempo que ayudamos a los demás, nos hará a recorrer el camino de la vida sin sufrir de más.
Las cosas son relativas según el punto de vista de quién las analiza y es fácil de entender que hay cosas que vemos que no se corresponden con la realidad, sino a un punto de vista condicionado que nos puede causar sufrimiento.
Neutralicemos los acontecimientos comunes para centrarnos en trabajar internamente por lo realmente importante en la vida.
Si aprendemos a dominar nuestra mente, el primer paso para la felicidad ya está dado.