“Claro que lo entiendo. Incluso un niño de cinco años podría entenderlo. ¡Que me traigan un niño de cinco años!” Groucho Marx.
Nos encanta reírnos. Es más, para nosotras no reírnos es como si nos faltara el aire. Y es que a lo bueno se acostumbra una pronto, y nuestro día a día se acerca más a exigir un descanso en las bromas que a un desierto de risas.
La risa es una sensación que le gusta a todo el mundo. Sube la energía positiva, detiene el ruido de la mente y trabaja todas las partes del cuerpo. Nos encantan las personas que tienen un humor inteligente y no dañino. Por ejemplo el sentido del humor del Dalai Lama es desternillante.
Somos «vampiras» de risas. ¡¡NOS ENCANTA REÍRNOS!!!
El humor inteligente, el humor absurdo, reírnos de nosotras mismas, reírnos juntas, acabar las conversaciones con un toque de humor, o el humor Pascual (el que comparten papá y Any). Todos nos gustan.
Somos de las que nos reímos más que de las que hacemos gracias, aunque poco a poco hemos aprendido del mejor, papá, que saca a pasear continuamente ese humor maravilloso entre inteligente y sarcástico que le caracteriza. Yo digo en mi defensa que no soy la más graciosa, pero sí la más payasa y la que me meo de risa, literalmente aunque suene escatológico. No es la primera vez que todo acaba en “limpieza general” Jajajajaja
No digo yo que todo el mundo tenga que ser gracioso, para nada, pero todo el mundo debería saber reírse y en las escuelas debería haber un lugar para la Risoterapia o la Risoexpresión o como la queramos llamar.
Incorporar a diario las risas a nuestra vida simplemente nos hace más felices.
Valoramos mucho amar, ser libres, aprender, poder leer a diario, la salud… Pero también reír. Es una de nuestras herramientas gratuitas que amplifican todas las cosas importantes.
FELIZ VIDA RODEADA DE RISAS.
