“Viajar resulta fatal para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez mental” Mark Twain.
Está demostrado que la flexibilidad cognitiva aumenta si viajamos, porque lo nuevo y lo distinto nos estimula, nos enriquece y aprendemos un montón de cosas nuevas al mismo tiempo que comprendemos a los otros.
Pero hay distintas formas de viajar. Viajar físicamente es positivo. Pero nosotras también hemos aprendido a viajar de otras maneras.
Por ejemplo, el hecho de leer y escribir para nosotras, es como un precioso viaje que hace trabajar nuestra apertura de mente a través de distintas experiencias o de la imaginación.
Leemos porque nos es imposible conocer a toda la gente a la que desearíamos poder escuchar.
Y escribimos porque para nosotras es una forma de compartir experiencias, sueños o creaciones sobre nuestra visión de la vida: libre, amorosa y feliz.
Cuando leemos, es como si nos expandiéramos, como si creciera nuestro ser. Es como si se parara el Mundo para conocer otras formas de pensamiento o creaciones que nos hacen reflexionar sobre nosotras mismas o sobre los demás, o nos hacen viajar a lugares mágicos, o conocer a personajes fantásticos…
Leer y escribir son actividades muy gratificantes para quienes le robamos tiempo a otras tareas con el fin de cultivar nuestra vida interior.
Leemos para vivir más cosas y escribimos para compartir más cosas.
Escribir y leer para nosotras son otras formas de conocer el mundo real que nos rodea o el imaginario que soñamos, pero al mismo tiempo son maneras de crecer y de compartir.
En definitiva, de viajar sin movernos del sofá.
Leer y escribir. Leer y escribir. Leer y escribir. Leer y escribir.