Para nosotras la Navidad llega cuando, en esta época del año, la manifestación de nuestro amor despierta nuestros corazones y nos recuerda la grandeza de compartir, dar y amar. Es un tiempo en el que para nosotras es importante recibir al Espíritu de la Navidad en la familia (Santa Claus, San Nicolás o Papá Noel), para recordarnos que la verdadera magia radica en el amor. Por eso no se trata solo de una tradición, sino un sentimiento vivo que alimentamos con paz, con generosidad y con amor. La fuerza del Espíritu Navideño para nosotras radica en saber demostrar nuestra capacidad de brindar calor, alegría y bienestar a los que nos rodean. Es un recordatorio de que el amor no tiene límites, ni tiempo, ni condiciones.
Hoy guardaremos la esencia navideña en nuestro corazón para que ilumine los 365 días del año. Porque el verdadero milagro de la Navidad no está en un solo día, sino en la capacidad de vivir con gratitud, compasión y amor cada día de nuestras vidas.
