Nosotras al interactuar socialmente, buscamos también el equilibrio que nos permita ser más comprensivas y pacientes en nuestros esfuerzos por generar cambios transformadores en nosotras mismas y en el mundo que nos rodea.
Reconocemos que, para nosotras, sin acción no hay transformación, por lo que nos encanta crear. La mayor parte del tiempo creamos de manera individual, pero a veces buscamos confirmación en la esfera comunitaria. En esas ocasiones buscamos igualmente la transformación personal a través de actividades colectivas. Realmente cuando interactuamos con la sociedad ponemos a prueba nuestro equilibrio, mientras intentamos que se produzca un cambio transformador en algún aspecto que afecta a nuestras vidas y a los demás.
Visualizar, respirar y meditar en soledad, en un espacio controlado, hace más fácil para nosotras mantener el equilibrio. Sin embargo, es en el trabajo en equipo por un bien común, cuando nos esforzamos por lograr cambios significativos, cuando realmente sale a relucir dónde estamos en el camino.
Compartir un objetivo común, con otras personas, a menudo requiere por nuestra parte gastar una energía extra al enfrentarnos a aspectos que no podemos cambiar en ese momento o por nosotras mismas. Esto saca a la luz nuestras debilidades y fortalezas.
Aún nos desequilibramos con algunas interacciones sociales, así que respiramos, miramos la situación con perspectiva y nos centramos en lo que podemos controlar, dejando de lado lo que no podemos. Así recuperamos el equilibrio y la paz interior.
Aprendiendo a cultivar más la paciencia en las relaciones colectivas.
@anayany.comweb