«Hay una vitalidad, una fuerza vital, una energía, una aceleración, que se traduce a través de ustedes en acción, y porque solo hay uno de ustedes en todos los tiempos, esta expresión es única”. Martha Graham.
Nuestra inteligencia interna regula nuestra energía vital y ambas dirigen el reparto de energía en nuestro organismo y tienden naturalmente al equilibrio. Cuando nuestra energía se reparte de forma equilibrada entonces estamos bien de salud. En el equilibrio está la virtud.
Aumentar una función, por ejemplo la de curación, supone la disminución de algunas actividades indispensables (digestión, relación, etc.), o si el cuerpo necesita más energía momentáneamente, disminuye las actividades relacionadas por ejemplo con el movimiento para poder cumplir con los requisitos básicos de supervivencia (respiración, alimentación, eliminación). Por eso podemos vivir sin movernos, por ejemplo, pero no podemos sobrevivir sin respirar, beber o eliminar. Así que si necesitamos respirar mejor, hidratarnos más o asimilar nutrientes básicos, el cuerpo se paralizará a favor de la vida. Si algún sistema de nuestro cuerpo nos “roba” más energía de lo normal por algún problema, el cuerpo sabiamente prescinde del buen funcionamiento de alguna otra función, no fundamental, para obtener ese extra de energía consumida.
Nosotras somos conscientes de nuestro estado actual y de que con nuestro estilo de vida ayudamos a evitar excesos o deficiencias. Encapsular problemas en el interior no es buena idea, ya que le estaríamos dando trabajo extra a nuestro cuerpo que no parará de intentar eliminar, o enfermaremos como resultado de la excesiva acumulación.
Somos también conscientes de que optimizar una parte del organismo por separado puede traer más problemas que ventajas. Por eso avanzamos en todas las áreas de la vida para tener el menor desgaste por compensación, siendo sabedoras de que las funciones energéticas vitales son controladas por nuestra inteligencia interna y no por nuestros deseos.
Aprendizaje: Elegimos no darle más trabajo del necesario a nuestro organismo.
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