INTELIGENCIA VITAL

«El día que nacemos empezamos a morir y hay que saber disfrutarlo» Jose Luis Sampedro.

Nuestra inteligencia interna regula nuestra energía vital (que no tiene nada que ver con lo que entendemos por intelecto, la inteligencia interna es intrínseca a la vida) y el instinto del cuerpo nos hace sobrevivir. Ambos dirigen el reparto de energía en nuestro organismo y tienden naturalmente al equilibrio.

Aumentar una función, por ejemplo la de curación, supone la disminución de algunas actividades indispensables (digestión, relación, etc.) o si el cuerpo necesita más energía momentáneamente, disminuye las actividades relacionadas con el movimiento para poder cumplir con los requisitos básicos de supervivencia (respiración, alimentación, eliminación).

Un yogui por ejemplo puede pasar semanas sin comer ya que renuncia al movimiento en un estado de profunda meditación sin gastar esa energía, por lo que no tiene que reponerla a través de la alimentación. En el lado opuesto estaría por ejemplo un culturista.

Cuando nuestra energía se reparte de forma equilibrada entonces estamos bien de salud. En el equilibrio está la virtud.

Si algún sistema de nuestro cuerpo nos “roba” más energía de lo normal por algún problema, el cuerpo sabiamente prescinde del buen funcionamiento de alguna otra función, no fundamental, para obtener ese extra de energía consumida.

Podemos vivir sin movernos, por ejemplo, pero no podemos sobrevivir sin respirar, beber o eliminar. Así que si necesitamos respirar mejor, hidratarnos más o asimilar nutrientes básicos, el cuerpo se paralizará a favor de la vida.

Nosotras nos cuidamos a diario para evitar pensamientos repetitivos y emociones negativas, ingestas pesadas o respirar tóxicos. Somos conscientes de nuestro estado actual y de que con nuestro estilo de vida ayudamos a evitar excesos o deficiencias.

Comemos siendo conscientes de la necesidad del cuerpo de expulsar las unidades de desecho de nuestro cuerpo, etc. Sabemos por propia experiencia que encapsular problemas en el interior no es buena idea, ya que le estaríamos dando trabajo extra a nuestro cuerpo que no parará de intentar eliminar o enfermaremos como resultado de la excesiva acumulación.

Elegimos no darle más trabajo del necesario a nuestro organismo.

Somos también conscientes de que optimizar una parte del organismo por separado puede traer más problemas que ventajas.

Por eso avanzamos en todas las áreas de la vida para tener el menor desgaste por compensación, siendo sabedoras de que las funciones energéticas vitales son controladas por nuestra inteligencia interna y no por nuestros deseos.

Aprendizaje: Cuidemos de nuestro Prana.

#anayanay

#vidafeliz

#antifragilidad

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