LIBERTAD DE EDUCACIÓN PERO DE CALIDAD

«El niño, guiado por un maestro interior trabaja infatigablemente con alegría para construir al hombre. Nosotros educadores, solo podemos ayudar… Así daremos testimonio del nacimiento del hombre nuevo.» María Montessori.


¿Qué entendemos por una Educación de Calidad?

 Reflexionemos sobre esto unos segundos.

Que exista bullying dentro de un Centro Educativo es como consentir que un zorro entre en nuestro gallinero. Es un oxímoron. 

Igualmente, que existan barreras arquitectónicas, culturales o de cualquier tipo en el lugar donde se educa a nuestros hijos supone exclusión, cuando a todo centro educativo debería exigírsele como mínimo ser un ejemplo de inclusión, educando y mostrando valores básicos como la paz, el amor, la igualdad, etc. Solo la competencia crea exclusión, la inclusión crea la colaboración entre capacidades diferentes para crear algo más grande que el propio individuo.

Somos nosotros, los padres, los que tenemos que ser conscientes de las bases para la educación humana. 

Nuestros hijos, simplemente, están viviendo en el resultado de nuestros continuos intentos sin éxito, y los de nuestros antecesores, por crear una sociedad democrática. 

Todos los niños son iguales, TODOS. Y tienen los mismos derechos y deberes.

Derecho a jugar, a ser feliz, a equivocarse, a ser diferente, a dejar volar su imaginación, a moverse, a cantar, a peguntar…

Y también tienen que cumplir con sus DEBERES, no con las tareas académicas, sino ayudando a los demás, compartiendo, creciendo en todos los sentidos, empatizando, debatiendo, etc.

Somos los propios padres los que despreciamos el entusiasmo por aprender a favor de la adquisición de conocimientos. Y está bien adquirir conocimientos, cualquier niño en el mundo está continuamente aprendiendo por el mero hecho de ser un niño, porque es inquieto, curioso, le gusta experimentar, crecer, etc. pero mientras que no exista un cambio en los padres, nuestros hijos seguirán siendo educados para ser máquinas del sistema, en vez de para alcanzar su máximo desarrollo, potencial  y hacer sus sueños realidad desde el entusiasmo.

Mirémonos primero a nosotros mismos, no solo hacia el Sistema o Centro Educativo, que pueden fallar. ¡Son nuestros hijos! Y ser padres no consiste en aparcar a los niños para ir a trabajar, conlleva implicarnos en el desarrollo pleno de esa persona que hemos traído a este mundo.

Todo eso que no va a examen, cosas como la Igualdad, el Respeto, la Convivencia, Ayudar, Hablar con los demás respetando su punto de vista, Colaborar, Cuidar el Medio Ambiente, etc. ¿Les pondríamos esa calificación de 10 en estos temas transversales a nuestros hijos? ¿Y a sus compañeros y profesores?¿Y a nosotros? ¿Aprobaríamos por lo menos?

Seamos el ejemplo en valores para nuestros hijos y seamos Maestros Reales dejándoles desarrollar sus dones naturales. En la realidad profesional no se te pide una calificación, se te pide una competencia. Con información y entusiasmo se crea el conocimiento. Y así seremos extremadamente competentes. Y siempre habrá alguien que necesitará de nuestras competencias si somos expertos, y nadie te pedirá el título. El éxito profesional es consecuencia de nuestra extraordinaria competencia. Y nuestra competencia es consecuencia de nuestro entusiasmo. Y la consecuencia del éxito profesional es el dinero. Así que la consecuencia, de la consecuencia, de la consecuencia del entusiasmo es el dinero. Nadie le pide a un peluquero su título antes de sentarse en el sillón. Simplemente vas a él porque te corta bien el pelo.

Cuando criamos a personas íntegras, amorosas, compasivas… los conocimientos se adquieren al mismo tiempo por interés, sin presión, por placer, por naturaleza del ser humano.

Cuando lo que se adquieren son simplemente conocimientos de una forma memorística obligatoriamente, para pasar un examen, y sin el entusiasmo por incorporarlos a nuestra vida diaria, estamos hablando de Instrucción Académica, como en la época industrial.

Afrontar la vida en este momento requiere de competencias tecnológicas, habilidades emocionales, conocimientos financieros, saber gestionar el tiempo vital, etc. para ser capaces de tener una vida plena y satisfactoria como personas.

Mientras que los padres no nos demos cuenta de esto, nuestros hijos seguirán discriminando a los demás, o siendo discriminados, no serán capaces de hablar en público, o de escuchar a los demás, se sentirán inseguros de sí mismos, o incapaces de desenvolverse solos, etc. al ser criados para competir en vez de para colaborar.

Si lo único que vemos al final del proceso educativo es un Título, un puesto de trabajo cualificado y un buen sueldo estamos confundiendo términos. Ser un experto es maravilloso: ser científico, abogada, bailarín, escritora… pero desde la ilusión y bajo la INTEGRIDAD DEL SER. Si tu hijo sueña con  ser  médico, para acompañar a las personas y que no lleguen a la enfermedad, proporcionándoles una buena Educación para la Salud, desde que son pequeños, en colaboración con los Centros Escolares, evitando llegar a la enfermedad y actuando en caso de urgencia utilizando la ciencia y la tecnología, es maravilloso que sea un profesional exitoso, en la sociedad los necesitamos. Ahora, si tu hijo quiere ser médico para cobrar más que un barrendero, tener prestigio social y cobrar un salario público, creo que existe un problema difícil de resolver y que le afectará a él y a sus pacientes toda la vida .

Si ayudamos a que nuestros hijos sean PERSONAS ÍNTEGRAS, con un desarrollo emocional, espiritual y profesional basado en el entusiasmo, la colaboración y el éxito, estaremos, como padres, educando para cambiar el Mundo.

Nuestros hijos pueden llegar muchísimo más lejos en la vida que nosotros, no limitemos sus posibilidades con nuestras carencias, no les cortemos las alas por nuestros miedos y dejemos de pensar de una vez que el mundo es una competición donde solo triunfan los que mejores notas sacan.

Apreciando el valor de la diversidad, compartiendo el conocimiento y manteniendo el  control emocional. Preservando el medio ambiente, cuidando de nuestro cuerpo y nuestra mente y ayudando a los demás. Colaborando en algún proyecto social y valorando a nuestros mayores… Así los padres podremos ayudar a desarrollar los dones de nuestros hijos para cumplir sus sueños. 

Las cosas importantes que marcan nuestras vidas no se aprenden en el Colegio, se aprenden en el camino de la vida. Con calidad y variedad en nuestras relaciones, humildad para aprender de todos los Maestros que son los demás, y con el entusiasmo de ser los mejores en lo que hacemos porque es lo que más nos gusta.

Nuestros hijos nos hacen de espejo, estaremos viendo en ellos la clase de personas que somos nosotros. Así que estemos atentos, nunca es tarde para cambiar. Si algo no nos gusta creemos las condiciones que hagan posible ese cambio tomando decisiones a partir del conocimiento.  La única diferencia entre el que le vaya mejor o peor en la vida, es que los primeros toman acción desde el entusiasmo, y los otros muchas veces ni toman acción.

¿Creemos que su felicidad está solo en un gran sueldo o realmente sabemos por experiencia propia que todo esto va mucho más allá?

Nosotras tenemos claro que hacer lo que nos gusta, respetando a los demás y ayudando en todo lo que podamos, es el mejor estilo de vida que se puede tener: cero estrés, cero dependencia, cero ego. El resto vendrá por consecuencia.

Por una sociedad FELIZ, en la que cada individuo se realice y sea valorado por sus capacidades propias y por saber ayudar a los demás.

#anayany

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