Por Any Pascual.
Hay cosas que, por mucho que algunas personas no lo quieran reconocer, no se pueden hacer siempre por uno mismo.
Y hay otras cosas que es mejor compartirlas, porque el resultado de un esfuerzo colaborativo siempre es mayor que la suma de sus partes.
Cuando nos enfrascamos en un proyecto que supone un reto, es vital tener personas a nuestro lado que nos acompañen, guíen y ayuden en el proceso.
Todos nosotros tenemos unas habilidades en específico, en las que somos talentosos, y otras que flaquean.
Por ello también, en los equipos es importante que, teniendo todos la meta clara y una actitud positiva para llegar a ella, haya personas con diferentes maneras de pensar y dones, para así poder complementarse.
El agua, por ejemplo, el líquido vital para la vida, se compone de oxígeno e hidrógeno. Son dos componentes en diferentes proporciones que, unidos y colaborando, generan algo mayor que ellos mismos. Sin una de las partes, el agua sería algo diferente a lo que es, y con más añadidos se vuelve ligeramente distinta, con otras cualidades.
Hay que saber valorar que, aunque todos estemos hechos de lo mismo, existen bellas diferencias entre nosotros, que nos permiten ser quienes somos y crear cosas diferentes para el Mundo.
Yo soy una persona muy tranquila, que desea hacer las cosas bien aunque eso implique tardar más tiempo del que habíamos esperado. Mi madre, por el contrario, es la que piensa en los aspectos prácticos, la que dice “ya está, así está bien” cuando yo añadiría muchos más detalles. Y mi padre es quien se ocupa de que el ambiente esté relajado y de que disfrutemos de lo que estamos haciendo, equilibrando mi perfeccionismo y la velocidad apresurada de mi madre.
Debido a eso, los tres hacemos un gran equipo y situaciones como las de hoy se pueden producir.
Donde antes no había nada, en unos pocos días se han creado cosas maravillosas que llenan mi corazón de amor, gracias al trabajo en equipo.
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#vidafeliz
#amorinfinito
#preparandodíademuertos
#EquipoAny