LIBROS, LO QUE QUIERO DECIR EN SU DÍA, MI POEMA LITERARIO por Any Pascual.

“Lee los libros que amarías haber escrito y luego escribe el siguiente libro que amarás leer. Esa es la receta verdadera para la autosatisfacción literaria.” Any Pascual.

Todos los humanos que nos consideramos “bibliófagos», «bibliómanos», «bibliófilos”, es decir, aquellos a los que nos apasiona comprar libros y leerlos, devorándolos cada día, y lo hacemos por gusto, sabemos sin lugar a dudas lo verdadera y certera que es esta frase: “Los libros nos hacen viajar sin movernos, los libros abren ventanas cuando las puertas se cierran”. O, como mínimo, hemos dicho alguna de las muy usadas y siempre valiosas alternativas válidas a este respecto.

Pues, con ese pensamiento en la mente, en estas líneas me propongo reflexionar sobre la causa.

No se necesita obligatoriamente ser un escritor para leer, pese a que añade muchos nuevos matices. Sin embargo, los escritores, sin apenas excepciones, somos voraces lectores por vocación propia.

¿Por qué hay tantos millones de personas que preferimos leer, existiendo, por orden cronológico, la radio, la televisión, Internet y los vídeos de Youtube? ¿Por qué nos gustan tanto los libros en papel?

Cada persona tendrá sus propias respuestas. Estoy convencida. Ahora mi meta es contar las mías.

Desde mi nacimiento tengo limitaciones físicas, como ya todos sabéis, y mi madre me hizo el mejor regalo del mundo: me abrió todas las puertas, que para alguien como yo estaban cerradas, mental y materialmente, y me dio unas piernas hechas de millones de hojas de papel; me enseñó a leer.

Desde entonces, la lectura me parece la segunda enseñanza más importante, únicamente tras el bendito arte de hablar para comunicarnos.

Nunca me ha gustado estar con otros niños, por una parte no compartíamos muchas variantes del desarrollo, en algunas yo estaba más avanzada, mientras que en otras, simplemente, no les alcanzaba. Así que no encajaba en mi edad. Eso era todo.

Sin embargo, cuando mis padres crearon unos libros caseros, descubrimos que yo era imaginación. Pura, mucha pura imaginación.

Entendía todo lo que leía, en los mismos momentos en que no comprendía a las personas. Mi primer amigo, sinceramente, el primer amigo de verdad, escogido, que tuve, fue el protagonista de una saga de novelas infantiles. Tal vez eso explica algunas cosas de ahora…

Y ya nunca me detuve. Era más fácil leer libros que enfrentarme a las incomprensibles personas.
Para las personas sensibles y/o mentales, la frase anterior es exactamente lo que pensamos.

«Los libros explican. Explican sentimientos, motivaciones, pensamientos y causas que no se saben.
Los libros ayudan. Ayudan a plasmar con una de las toneladas de palabras nuestro mundo interno.
Los libros enseñan. No solo los de no-ficción; las novelas son muy ilustrativas, porque describen.
Los libros empatizan y crean empatía. Siempre existe un escritor o personaje similar a ti mismo.
Los libros gritan y susurran. Sirven de altavoces y de chismorreos. Hay para cada sentir.
Los libros plantan y cultivan. Plantan ideas, cultivan reflexiones, y cosechan formas de ver y vivir.
Los libros dan voz a quienes no la tienen.
Los libros dan esperanza a quienes de ella carecen.
Los libros son palabras para quienes las pierden.
Los libros son la tecla de comando de la mente despierta.
LOS LIBROS SON LAS HERRAMIENTAS DEL AMOR PARA LLEGAR A TU PUERTA» (Continúa al final).

Siendo una escritora desde hace años, veo el otro lado.
¿Conocéis el término fanfiction, fanfictions, fan fiction, fanfic, fics o ficción de fans?

Escribir un libro, de cualquier género, es una experiencia retadora, que cambia a cada persona. Escribiendo se desarrollan muchas capacidades: la de plasmar, la de concretar, la organización, el orden, la empatía, la objetividad o subjetividad (depende), la concentración, la comprensión, la asimilación de conceptos, la inclusión, la imaginación, la valoración y ponderación, el agradecimiento, la síntesis…

Los libros se necesitan. Y los libros responsabilizan. Los libros son herramientas, como cuchillos. Cada persona puede usar un libro de miles de maneras. Pensad en “El Capital”, o en “La Metamorfosis”. Para mí “La Odisea”, o “La Eneida”, transmiten y cuentan algo significativamente distinto de lo que entiende la mayoría de las personas.
Exactamente como ocurre con un tuit o la televisión, cualquier libro tiene una difusión maravillosa.
Una opinión expresada en un libro puede cambiar los gustos o las afiliaciones de mucha gente.
Un tratado puede estar a favor (o en contra) de las armas, y desembocar en (o frenar) una guerra.
Los creadores de contenido debemos responsabilizarnos del contenido creado. Los autores somos responsables de las opiniones que escribimos en los libros, de los hechos que narramos.

Si un libro provoca que se ame o deteste a un colectivo, el autor es corresponsable con el individuo.

Por otro lado, respondiendo a la segunda cuestión, los libros físicos, los libros en papel, cuentan con muchos atractivos para los lectores de mi generación (aunque tal vez no para los niños más jóvenes de ahora).
Primeramente, no son electrónicos, y por lo tanto, no cansan la vista, ni transmiten ondas.
Además, se pueden personalizar con marca-páginas propios.
Se pueden tocar, y pasar las páginas es fascinante, en general.
Cuentan con portadas coloridas, y diferentes tamaños y pesos.
Se pueden colocar marcadores y post-it de diferentes colores que se ven a simple vista.
Se pueden situar en una librería ordenados de formas distintas, y son fotogénicos.
Prestarlos y regalarlos es posible, y más factible que en los digitales.
Hay posibilidades de que sean dedicados personalmente en las propias páginas durante las firmas.
Su olor es el más genial del mundo, adictivo.

Y punto, ningún lector habitual discute esto.

Esto no siempre puede lograrse, hay países a donde determinados libros no llegan, no se venden, Todos los lectores, todos, quieren al menos su libro favorito en papel, aunque no lo puedan pagar.

«Los libros son aprendizaje.
Los libros son visión.
Los libros visten al mendigo de traje.
Los libros transmiten la sutileza de la emoción.
Los libros calman el ansia del lenguaje.
Los libros sanan las penas del corazón.
Los libros simulan el ritmo del oleaje.
Los libros acumulan nuestra pasión.
Los libros se basan en pura sensación.
Los libros nos sacan de casa, siempre de viaje.
Los libros valen mucho, por alguna razón.
LOS LIBROS NO SALEN DEL ESCRITOR; SU MENSAJE, DEL UNIVERSO LA CANCIÓN».

Autora: Any Pascual.

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