Lo que para nosotras es bello quizá no lo sea tanto para otros.
Pero todos los seres humanos necesitamos ver cosas bellas cerca, aunque no compartamos gustos.
Admirar la belleza no requiere invertir dinero ni poseer nada, sino que actualmente requiere de un esfuerzo mental, al no estar acostumbrados a observar la naturaleza o dejar salir nuestro arte.
Seamos conscientes para no perder esa sensibilidad, para apreciar la belleza en la vida.
Busquemos la sencillez, la magia y la elegancia en la observación de lo natural y cultural.
Mirar el amanecer, pasear por la playa, apreciar una pintura, disfrutar del silencio, escuchar música…son actividades que requieren callar el pensamiento para poner atención a lo que se tiene en frente: la belleza.
La realidad en si misma es bella.
Y la naturaleza es nuestro cuadro y nuestro espejo. Dolor, sufrimiento y suciedad no forma parte de la Naturaleza. La Belleza si.
También lo hermoso vive dentro de nosotros y por eso en cualquier momento nuestra creatividad se puede asomar de entre el lodo, como flor de loto, bella. Saquemos al exterior nuestra belleza interior en forma expresión artística.
Hagamos que el arte, el silencio y la elegancia vivan en la simpleza de la observación de cada amanecer, en el transcurrir de cada día de nuestra vida y en el nacimiento de nuestras creaciones.
Callemos la mente, veamos la realidad en silencio y apreciemos la belleza de la Naturaleza y la Cultura que nos rodea.