“Mi madre es mi raíz, mi fundamento. Ella plantó la semilla en la que basé mi vida, y esa es la creencia de que la capacidad de lograr lo que quieras comienza en tu mente”. Michael Jordan.
Somos Mamás de niños con capacidades muy diversas, grandes dependientes, y somos sus Cuidadoras Principales. Es difícil entender nuestro día a día si no lo vives. Piensa por un momento… y piensa que se hacen mayores…
Hemos tenido que ser resilientes y tirar para delante. Pero no por ser fuertes se debe asumir que siempre estamos bien. Las personas más fuertes somos las que quizás necesitamos más ayuda, cariño y atención. Y eso a veces es difícil de ver, dar y raro de recibir.
Asumimos nuestro rol con todas las consecuencias y efectos que pueden generar. Ellos son lo que más queremos en la vida: nuestros hijos. Desde que son pequeños estamos acostumbradas a soportar tormentas en nuestras relaciones con el personal de la Administración (aunque hay que admitir que hay de todo), a SER el roble emocional que sustenta la familia, a SER el apoyo de nuestros hijos como cuidadoras, enfermeras, fisioterapeutas, educadoras…Hacemos lo necesario para sobrevivir, porque realmente a veces dudamos que esto sea vivir, y externamente la ayuda es muy deficitaria.
Pero ya es hora de hacernos ver, enseñando a los demás, la sociedad en general pero sobre todo a la Administración cómo nos pueden ayudar. No saben lo que necesitamos y dar sin saber es también difícil. Nada de admiración ni pena, los extremos no son muy realistas. Vivimos caminos complicados que nunca terminan e intentamos hacerlo desde el Amor Infinito por un hijo, pero con ayuda todo sería menos complicado. Intentamos crear una vida que, aunque distinta, sea maravillosa para los nuestros. Pero hay cosas que no podemos hacer, momentos en los que no podemos más, situaciones de dolor incalculable, por eso tenemos que reconocer que solas es demasiado complicado.
Ahora llegó el momento de movernos y que se nos vea como parte de esta sociedad, fuera de nuestro lugar de confort, nuestros hogares, a pesar de la dificultad que supone reunirnos porque seguimos en todo momento cuidando de nuestros hijos.
Las Cuidadoras Principales también existimos. Nunca sobra un apoyo social que te abra una puerta o una «ventana» para poder tener un respiro, o te cedan un asiento tras empujar la silla de ruedas de nuestros hijos por una larga cuesta para llegar otro día más al Hospital, o que nos pregunten: ¿tú cómo estás? Más humanidad. Por supuesto también por parte de los trabajadores de la Administración que se relacionan con nosotras, ya llevamos suficiente sobre nuestros hombros, trátanos con respeto como nosotras te tratamos a ti, y ten un poco de compasión como profesional porque a veces las crisis continuas de nuestros hijos no nos permite estar en las mejores condiciones. Las Madres no somos heroínas, sino personas con fortalezas y debilidades como todas.
Desde fuera pueden vernos fuertes como Cuidadoras Principales que podemos con todo, pero simplemente es una careta de protección ante una fragilidad que no nos podemos permitir.
Ningún escenario debe ser marco para olvidar nuestras necesidades de ayuda porque necesitamos mantener nuestra salud física, mental, emocional y financiera para seguir cuidando de nuestros hijos; y mucho menos asumir que como seguimos adelante es que podemos con todo.
Ante la modificación de la Ley de Dependencia y Discapacidad pedimos ser escuchadas por la Administración como interlocutoras indispensables en este proceso. Si se vuelven a olvidar de nosotras, ¿qué será de nuestros hijos? Cambiar estas Leyes tras su modificación para que nos tengan en cuenta como Cuidadoras Principales será casi imposible. O nos ven ahora o desaparecemos definitivamente de la sociedad.
POR NUESTRA SALUD FÍSICA, MENTAL, EMOCIONAL Y FINANCIERA.
UNA CUIDADORA DOS VIDAS.
#yoapoyoalascuidadorasprincipales
Gracias por definir tan bien nuestra vida gracias por formar parte de esta lucha
Gema, estamos todas las Cuidadoras Principales en el mismo barco. Un abrazo de osa.