Por Any Pascual.
“Sé el cambio que quieres ver en el mundo”. Gandhi.
Quejarse y criticar no sirve de nada. Para que la sociedad mejore, la única manera es viviendo cada uno de acuerdo con nuestros valores.
Los demás son un reflejo de nosotros mismos, y lo que tanto nos irrita en otros, muchas veces, se trata en realidad de algo que no queremos reconocer, la parte oscura de nuestra personalidad que el ego niega.
Ahora bien, eso es Crecimiento Personal 101. Todo el mundo que tenga inquietud por mejorar lo sabe.
¿Cómo aplicarlo a la vida diaria, entonces? Pues utilizando el sentido común (que es el menos común de los sentidos, porque se trata de ver a las personas no como individuos, sino como la Vida expresándose a sí misma, en el camino de una empatía global y colectiva)… y la proactividad consciente.
Esto puede sonar muy a chino, pero en realidad es sencillo. Si no nos gusta algo, normalmente es porque preferimos lo contrario, y lo que hay que hacer es ayudar a los demás a conseguir eso que queremos para nosotros.
El universo es sabio. Y como es sabio, tiene claro que como mejor se aprende es enseñando.
Los seres humanos conseguimos lo que queremos cuando soltamos el egoísmo y nos entregamos al servicio de la comunidad. Si quieres paz, da paz. Si quieres alegría, motiva a otros.
Si espiritualmente queremos algo pero no actuamos al respecto, eso se pierde en medio de la nube de pensamientos que pasan por nuestras mentes segundo a segundo. Entonces se produce un cortocircuito.
Si oramos, es para ser un reflejo de la Divinidad en la tierra, y actuar con amor divino. Es para ser más luminosos que nuestros egos humanos.
Orar solo sirve si practicamos y predicamos aquello que deseamos.
Cuando todo nuestro ser está alineado, nuestros muchos cuerpos se comunican bien, y es entonces cuando tenemos el poder para hacer cambios.
Hay que darse cuenta de si estamos respondiendo al odio con pasividad y más odio, o si estamos aportando nuestro granito de arena todos los días para amar incondicionalmente a todos los seres.
Nuestros actos hablan más fuerte que nuestra ideología.
Todas las almas merecen ser amadas.
Ser la mejor versión de nosotros mismos es todo lo que podemos hacer para ayudar.
Da igual dar dinero a una causa benéfica si luego en el día a día no practicamos la amabilidad con nuestros vecinos, la familia y nosotros mismos.
Así que, en vez de crear disturbios para la paz, en vez de simplemente seguir con nuestras vidas, preguntémonos: “¿Qué voy a hacer yo hoy para crear un ambiente tranquilo y diplomático en mi entorno?”.
Las guerras no son solo entre países. También hay guerras cada vez que nuestro corazón va hacia un sitio y nuestra mente hacia otro, y cada vez que no buscamos la armonía en nuestras relaciones porque estamos demasiado ocupados defendiendo nuestro punto de vista.
Encontrar la paz en nuestro micromundo genera ondas positivas que ayudan a toda la creación.
Vivir no consiste en un juego de buenos y malos. Vivir consiste en saber cómo podemos ayudar a los demás a mejorar sus vidas.
Al conectar con nuestro verdadero ser, el Amor nos llena y sentimos el impulso de compartirlo.
Los demás harán lo que quieran. Nuestra responsabilidad es descubrir nuestra luz, mostrarla al mundo e iluminar todas las almas que podamos, de todas las formas posibles, día sí y día también. Eso es la proactividad consciente.
Aprendizaje: Viviendo con amor y transmitiendo luz, podemos crear un paraíso. Solo tenemos que actuar con consciencia.
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