“Cada vida y experiencia personal es un microuniverso“. Richard Buckminster Fuller
Muchos piensan que aceptar la vida como viene es sinónimo de pasividad y resignación.
Nosotras lo hemos visto siempre como el primer paso del cambio y por lo tanto el primer paso en nuestro propio camino de la felicidad.
Si queremos cambiar algo que no nos gusta, primero aceptamos que existe una situación que queremos mejorar y tomamos acción para mejorarla.
Negar la realidad o conformarse con lo que hay, no es nuestro estilo, ya que implica parálisis y bloqueo en situaciones que nos pueden generar malestar y todavía nos queda muchísimo por vivir, aprender y mejorar.
Para poder ser felices nosotras empezamos siempre por aprender a aceptar todo lo que nos ocurre y luego decidimos conscientemente qué podemos hacer.
Hay situaciones que podemos cambiar o mejorar y otras sobre las que prácticamente no tenemos ningún control. En este caso lo que hacemos es cambiar nuestra actitud.
Asumir una condición vital compleja, por ejemplo, parte de que hay cosas que no nos agradan en el día a día, pero aún así lidiamos con ellas y seguimos adelante sumando positivos.
Nosotras trabajamos a diario para ser felices a pesar de las circunstancias, porque hacemos que las cosas positivas pasen, y que pesen más que las negativas, siendo nosotras las actrices principales de nuestra propia vida, tomando el control y buscando siempre un plus de “buenrollismo”, conocimientos y amor .