«Da un paso atrás, evalúa lo que es importante, y disfruta de la vida» Teri Garr.
Ser felices día a día para nosotras no se trata de perseguir un fin o de ser ilusas. Para nosotras se trata de ser conscientes de que siendo libres podemos elegir nuestro propio camino vital que genere felicidad.
Para nosotras ese es el truco: aprender continuamente a “caminar” por la vida cambiante y ser felices con el mero hecho de estar vivas y ser libres. Todos los días damos las gracias por poder disfrutar de un día más y lo valoramos así.
Si pensáramos “disfruto yendo al cine” o “seré feliz cuando…” nos limitaríamos a disfrutar con ciertas cosas y momentos, no siempre, así que estaríamos poniendo la felicidad en algo externo, fuera de nuestro alcance.
Ser felices para nosotras es algo distinto, no basado en algo en concreto. Es producto de estar totalmente presentes en lo que hacemos y disfrutarlo a tope. No ocultamos los problemas, ese sería un gran error, simplemente los aceptamos y cambiamos para tener mejores resultados. Aplicamos el principio de estar presentes para poder ser felices independientemente de las circunstancias. Disfrutamos de lo positivo que nos acompaña, porque nosotras creamos a diario nuestra propia felicidad, que pesa más que los negativos vitales y así tenemos nuestra mente en paz, sin hundirnos solo en problemas, aceptando las piedras del camino y creando relaciones, experiencias y expresiones de nuestros talentos y capacidades al servicio de los demás, que es lo que más nos genera felicidad.
Disfrutamos de cada pequeña cosa: leyendo un libro, tomando el sol en la terraza o haciendo ABR. La llave del disfrute está en nosotras, en ser conscientes plenamente de lo que vivimos, y no en la consecución de un resultado o en hacer algo concreto. Al ser conscientes de la importancia de estar vivas, nuestra vida pasa a estar dirigida por ese SER que somos y no por cosas externas. Entonces sentimos que todo el universo vibra con nosotras en la misma frecuencia a pesar de las circunstancias.
Tradicionalmente siempre se nos ha dicho que para lograr una meta hay que poner mucho esfuerzo, y que al final, sólo al final y si el esfuerzo ha sido suficiente, se llega a alcanzar lo deseado. Nosotras hemos podido comprobar que eso es falso, ya que cuando basas tu felicidad en la culminación del deseo, esa experiencia se acaba en seguida y siempre queremos más. Por eso aprendimos a disfrutar del camino.
Recordando nuestra vida, hace 11 años, yo era una Mamá Especial que no paraba en todo el día. Me tiraba horas y horas yendo y viniendo a terapias, pruebas, etc. pensando que cuantas más cosas hiciera, mejor estaría mi hija. En el mejor de los casos, tras forzar al máximo, llegaba a obtener algún pequeño resultado. Veía cumplido mi deseo y podía pensar que todo el esfuerzo anterior se justificaba. Pero los momentos de gloria pasaban, siempre había una próxima meta, así que volvíamos a empezar otra vez en un círculo vicioso. La tensión y el estrés eran continuos y no había tiempo para la felicidad.
Ahora soy una Mamá Especial que ya ha pasado por todo eso, con una experiencia propia y con la información de cientos de Madres Especiales que han compartido la misma experiencia, y elijo una vida más tranquila. Ahora tengo la información, me formo continuamente y creo a diario mi vida con resultados mucho más satisfactorios y globales que cuando iba a decenas de terapias, médicos, colegios, etc. Descubrí que lo importante no es hacer muchas cosas, lo importante es decidir disfrutar del camino con mi hija, aunque eso externamente no se valore. Nuestra vida es plena, no exenta de problemas, pero llena de felicidad. He pasado de “hacer” a “ser” consciente, disfrutando de cada pequeña cosa que la vida nos brinda a la familia.
He cambiado y he podido comprobar que disfrutar de la vida está totalmente a nuestro alcance, ya sea como yo, haciéndole la terapia a mi hija en la calidez del hogar mientras escuchamos música y nos damos amor mutuo, o en la playa un buen día de sol o lo que cada uno elija libremente.
Nosotras elegimos ser libres para poder ser felices. Para disfrutar no hay que pedir permiso a nadie. Es una elección vivencial al alcance de todos.
Vive y ayuda a vivir.
Aprendizaje: En la simplicidad del día a día está la felicidad.
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