«Sabed que somos energía y que la energía tiene dos frecuencias: La vibración de lo positivo y de lo negativo. Somos creadores, y dependiendo de la frecuencia en la que nos entrenemos, eso crearemos”. Mayar Mora Alberola.
Todo es energía, nuestros cuerpos también.
Parte de esa energía que necesitamos la obtenemos de los alimentos a través del metabolismo.
Esas reacciones químicas tienen lugar en las células del cuerpo que permite transformar la energía que contienen los alimentos en el combustible que necesitamos para todo lo que hacemos, desde movernos hasta pensar y crecer.
Por eso nosotras intentamos comer para nutrir nuestro cuerpo.
Pero de nada sirve comer ecológico, cocinar sanísimo o crudo, si nuestro metabolismo no asimila los nutrientes necesarios para aprovechar las bondades de la salutogénesis.
El cuerpo puede utilizar tanto los azúcares como las grasas como fuentes de energía, por eso conocemos dietas saludables como la Macrobiótica o su opuesto la Paleo. Son ambas saludables, pero en nuestra opinión no para todo el mundo, en todo momento, ni durante toda la vida. Depende de la energía que necesite nuestro cuerpo según nuestras características en cada momento.
Cuando determinadas sustancias no se pueden metabolizar o se metabolizan inadecuadamente puede provocar una acumulación de sustancias tóxicas en el cuerpo o una deficiencia de sustancias necesarias para el funcionamiento normal del cuerpo.
Por eso para nosotras es muy importante la comida, porque somos conscientes de la alimentación como proceso vital y valoramos trabajar la salud como parte de nuestra felicidad.
Y en la variedad es donde más a gusto nos sentimos ya que así podemos cubrir un amplio espectro de las necesidades alimenticias.
Alimentemos nuestro cuerpo, para que funcione nuestra mente y podamos ser emocionalmente estables y felices.
Somos energía. Comamos alimentos energéticos.