ECONOMÍA DEL CORAZÓN

«La Inteligencia es la capacidad para ver las cosas tal y como son» Anónimo.


TODO se encuentra en nuestro interior, en nuestro corazón. Así que conozcamos nuestro interior y emprendamos el camino. Escojamos los medios que nos llevarán al destino elegido y equilibrémoslos para alcanzar el mismo propósito.


Cómo cuidamos nuestra energía interior, nuestras emociones, se refleja en cómo administramos nuestro exterior.


Desde el corazón abrazamos o rechazamos, decidimos dar y recibir y creamos nuestro estilo de vida.


Por eso nosotras vemos la economía desde el corazón, como la manifestación del conocimiento interno, de nosotras mismas. Una manifestación más de quienes somos, el reflejo de nuestro interior en el exterior, de cómo nos administramos en todos los niveles (salud, economía, sabiduría, etc.).


Para nosotras la economía se trata de algo más que temas de bancos, dinero o cosas materiales. El desarrollo económico forma parte de nuestro equilibrio interior.
Igual que la economía global refleja, en una u otra medida, las decisiones políticas y el poder, nuestra economía personal refleja quienes somos, con quién nos relacionamos y el concepto que tenemos de TODO desde nuestro corazón.


Nuestras ideas se logran experimentando, emprendiendo un camino y creando una realidad. Y obtendremos unos resultados según nuestras decisiones, tomadas en concordancia entre: la verdad en el pensar, la belleza en el sentir y bondad en el hacer. Emprendemos como vivimos, creamos como somos y obtenemos los resultados según en qué invertimos.


Administrémonos correctamente y seamos coherentes con el estilo de vida que queremos.


Dejémonos fluir para crear y experimentar, viviendo todas las etapas del camino del aprendizaje, para que florezcan nuestras semillas.


Igual que el corazón no guarda sangre, sino que la reparte equitativamente para que llegue energía a las partes que más lo necesitan (manteniendo el equilibrio), tenemos que crecer en todos los ámbitos para dejar fluir la energía interior hacia el exterior y ser abundantes en todos los campos.


Y el dinero, la economía, es simplemente un campo más de nuestra existencia, pura energía.


Solo tenemos que ser conscientes de que cuando estamos gestionando nuestra vida según nuestro SER, estamos tomando las decisiones que crean nuestra realidad.


Así que antes de culpar al sistema, al gobierno o los poderes económicos de nuestros problemas, mirémonos a nosotros mismos, seamos el ejemplo que queremos ver en el Mundo, y atraigamos la abundancia en todos los campos, también en el económico, desde el amor.


Así es como nosotras entendemos la Economía desde el Corazón y su relación inseparable con nuestro lado Espiritual.

#anayany

#amorinfinito

#vidafeliz

BILLETES: SIMPLES PAPELITOS DE COLORES

Por Any Pascual.

“En lugar de usar tu educación financiera para hacerte rico, usa tu educación financiera para enriquecer la vida de otros también”. Robert Kiyosaki.

El dinero es un mero símbolo, porque en realidad no hay nada que le corresponda. En sí, no tiene ningún valor: no se puede comer o beber, plantar, montar en él o dormir debajo.

En el momento en que nos preocupamos solo por tener dinero para alcanzar una simbólica felicidad, no seremos capaces de apreciar nuestra felicidad verdadera, la que procede de la conexión con nuestro interior feliz, amoroso y en paz.

El dinero es mucho más que un medio para lograr el fin de medirnos y competir, es un dispositivo aceptado en las sociedades con el cual podemos agrandar nuestra libertad y conseguir ayudar a los demás.

Por eso, cuando nos trabajamos interiormente al mismo tiempo que conseguimos un crecimiento económico, se puede comprender el motivo por el cual la felicidad surge de algo más profundo que el dinero. Lo que resuelve los problemas es el amor (que a veces, sí, se manifiesta en forma de dinero, además de en infinitas posibilidades más), y debemos ver compasivamente que muchos caen en el error de pensar que la razón de no ser felices es solo que todavía no tienen suficiente.

Cuando somos capaces de ver el valor real del dinero, es cuando somos realmente libres para determinar nuestra actitud frente a él, frente a las diferentes maneras de obtenerlo e intercambiarlo.

Las personas, cuando nos encontramos con la consciencia situada en un nivel de supervivencia, queremos dinero para tener todas esas cosas que la sociedad nos dice que son importantes y que supuestamente nos harán felices. Mucha gente que ya ha pasado largas décadas intentando alcanzar todo esto sabe que hay bastante más detrás de esa perspectiva, y mucho más detrás de lo que el sistema nos dice y quiere que creamos, que si bien no es falaz por completo, sí una parte de la verdad, fragmentada, aislada y separada de la totalidad. Simplemente forma parte de nuestra conciencia distorsionada de lo que en realidad nos da poder, éxito y riqueza: Amar.

En ciertos momentos, con la consciencia en ese mismo estado, también pensamos que el dinero es una forma de resolver nuestros problemas y hacer que desaparezcan permanentemente para no volver a “molestarnos”. Pero aunque deseemos eso y se alejen de nosotros una temporada, pese a que nos anestesiemos con la televisión, con el dinero o con otras adicciones físicas y mentales, nuestros problemas seguirán ahí, esperando, aguardando una nueva ocasión causada por algún acontecimiento para mostrarnos claramente lo que no queremos afrontar para medrar.

El dinero solamente resuelve los problemas cuando el amor lo guía, cuando el amor lo motiva. En nuestro interior están todas las respuestas, todas las soluciones y la absoluta plenitud que anhelamos. Somos puro amor.

El dinero es el medio. El amor es el origen y el fin. El amor es lo que consigue abundancia material.

Si nos diésemos cuenta de esto y actuáramos en consecuencia, el dinero se “limpiaría” socialmente y sería amado.

Yo siempre me alegro por un trabajo bien hecho, que refleje mi amor en sus diferentes formas y aspectos; por encontrarme con un amigo en un ambiente de amistad verdadera; por ver todos los días de nuevo el amanecer o el atardecer, especialmente cuando el cielo es rojo, con nubes maravillosas como las de hoy, y por ver como cada noche nos regala una fase la Luna; por una sonrisa sentida y un abrazo consciente; por un beso cariñoso; por los silencios cómodos y por las conversaciones atentas…

En definitiva, por vivir y por el milagro amoroso que supone la existencia.

Ese sentimiento puro e interno se encuentra exclusivamente asociado al dinero cuando este se genera mediante un acto de amor real. Por ejemplo, nos recompensarán con un cheque de la cantidad justa para irnos de viaje con nuestra mejor amiga o para editar la primera tirada de un libro que amamos escribir, cuando pidamos y visualicemos ese cheque amorosamente asociándolo a los mismos sentimientos que tenemos por esa persona o por escribir ese libro, o por meditar o pasear por la naturaleza…

Mi foco está siempre puesto en el amor o en alguna de sus manifestaciones concretas, como la creatividad al escribir y la dicha al compartir.

El dinero es absolutamente genial cuando eso es así. Se vuelve un instrumento para el alma.

Sufrir por obtener más dinero, o más de cualquier cosa, es innecesario cuando lo tienes todo en tu interior. En tu alma, cuentas con recursos suficientes para vivir amando. Tú decides qué deseas. Sufrir o amar.

El dinero fue y todavía es literalmente sagrado. Los primeros mercados eran mercados sagrados, los primeros bancos eran los templos, los primeros en acuñar dinero fueron sacerdotes o reyes. Las primeras monedas fueron acuñadas y distribuidas por los templos porque eran medallones inscritos con la imagen de su Dios y encarnaban su poder protector. Y había una demanda, no porque con ellas se pudieran comprar cosas, sino porque eran populares y podían ser intercambiadas por otras cosas.

Más allá de su utilidad como medio de intercambio, el dinero se ha convertido hoy en día en la manera más usada por la humanidad para intentar acumular Poder en vez de utilizarlo para Ayudar, Amar y hacer florecer nuestra Alma.

Antes se confiaba en que Dios ayudaba, ahora, en esta sociedad actual laica, algunos piensan que la ayuda va a venir del dinero, cuando en realidad la ayuda viene de mucho más allá y se nos transmite, entre otras formas, mediante dinero, si lo pedimos con amor. No olvidemos nunca que la verdadera libertad está en nuestro interior.

La tendencia al excesivo materialismo se puede revertir volviendo a pensar con una Mente Universal y sintiendo con el alma.

Las posesiones solo llegan si van a servir de ayuda, y si las amas realmente, desde tu corazón. La verdadera justicia económica está basada en la compasión, y en la sabiduría que hay en saber que las personas tenemos diferentes capacidades, también económicas. Hay personas sabias y amables en todas las condiciones, ricos, clase media y pobres. El dinero en sí mismo no hace mejor persona a nadie, tampoco peor.

SEAMOS REALES. AUTÉNTICOS.

La transformación personal que sucede cuando hacemos el esfuerzo por querer ayudar a los demás, es la verdadera recompensa, el dinero viene después, cuando soltamos el miedo a tenerlo y a que nos falte.

Nuestra naturaleza esencial no mejora ni empeora con el dinero que viene y va.

Cuando vivimos desde el amor es cuando nos damos cuenta de que no hay nada que obtener ni nada que perder, sino mucho para dar, mucho que compartir con el mundo. Después, lo recibiremos multiplicado, de modo que nuestras necesidades corpóreas, terrenales, emocionales, mentales, energéticas y espirituales estarán cubiertas y contemos con más recursos “sobrantes” para dar en mayor medida aún, amando poder dar todo eso a las personas y al planeta. De este modo, generaremos abundancia para nosotros y para todos. Y esto nos hará aún más libres.

Para muchas personas conscientes con mucho dinero, el valor del mismo se vincula estrechamente a su capacidad de ayudar amando y creando amor y abundancia, de manera que saben perfectamente lo que hacer con él para tener más y así ayudar más, con altruismo y compasión, debido a que ellos tienen todo lo que desean en ese plano, en la materia.

Demos el primer paso en el camino correcto. Debemos tomar las riendas de nuestras vidas y de nuestra economía. Gracias a todos los avances con los que vivimos podemos formarnos fácilmente en Educación Financiera. Se trata de aprender a beneficiarnos y a ayudar todos a todos, en una mezcla de filosofía de vida, economía y espiritualidad.

Para empezar tenemos que ser conscientes de que debemos cambiar hacia un Nuevo Sistema Económico.

Aprendizaje: Ya es hora de tomar el control de nuestras vidas, también en la parte económica permitiendo que también ahí nos dirija el Amor.

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