¡VENA ECOLOGISTA PARA LAS CENAS DE NAVIDAD!!!


Local, ecológico y de temporada. Estos son los tres “ingredientes” que no pueden faltar en nuestro menú navideño sostenible.

Yo crecí en una familia que tiraba la casa por la ventana con el menú navideño. Múltiples aperitivos, sopa de marisco, más mariscos, carnes (cochinillo, cordero, pavo…), postres, turrones, licores, sidra asturiana “El Gaitero” (famosa en el mundo entero), frutos secos, polvorones, mazapanes… Aunque es muy entrañable, lo cierto es que comíamos mucho esos días y restos durante 15 días más, hasta que acabábamos tirando comida ¡Sacrilège!! (Nunca entenderé la falta de planificación que hace al ser humano occidental tirar comida).

¿Tanta comida para qué? ¿Y por qué comprar a este precio en esta época?¡¿La abuela se ha vuelto loca?!

Nosotras hemos optado por comer conscientes y eco también en Navidad. Creo que, aunque quisiéramos, nuestro cuerpo no nos permitiría ingerir ahora esas cantidades, mezclando todo y con esa cantidad de azúcar. Me imagino que acabaríamos en URGENCIAS por intoxicación, jajajjaja.

Así que un mes antes planificamos cada uno lo que queremos comer en Navidad, siempre reflejando nuestro valores en la cesta de la compra:

1. Elegimos productos frescos y de temporada.

Los postres son frutas de invierno. Además viviendo en Murcia no pueden faltar las naranjas, mandarinas, limones, uvas, kiwis o granadas. Una buena idea es hacer brochetas con ellas. En cuanto a las verduras, las mejores para esta época son las alcachofas, las berenjenas, las espinacas, la col, el repollo o la lombarda, entre otras. Perfectas para hacer riquísimas ensaladas, ratatouille, o hervidos y sopas.

2. Compramos como siempre a productores locales donde venden productos de proximidad o en pequeños comercios.

Los productos de kilómetro cero garantizan una procedencia local que disminuye sustancialmente su impacto sobre el planeta. Y por lo general, suelen ser alimentos de mayor calidad.

3. Evitamos abusar de carnes y pescados.

Su huella ecológica es mayor que otros tipos de alimentos, sobre todo si hablamos de carne. Utilizamos más verduras, frutas y legumbres cuya huella ecológica es mucho menor.

4. Compramos pescado con el sello MSC.

El cual garantiza unas prácticas responsables. La pesca incontrolada destruye los ecosistemas marinos y perjudica a otras especies que son capturadas sin miramientos. Un buen pescado para estos días festivos es el bacalao, una especie que afortunadamente no está en peligro por la sobreexplotación.

5. Compramos productos con etiqueta ecológica.

De esta forma nos garantizamos estar consumiendo alimentos que se ha producido de forma sostenible y respetando la naturaleza, en el que no se han utilizado pesticidas ni fertilizantes químicos y en el que los animales han sido cuidados correctamente. Un sello que te otorga esta garantía es la Eurohoja.

6. Si puede ser productos de comercio justo.

Para la parte más golosa adquirimos turrones, mazapanes, bombones y otros dulces navideños de comercio justo y ecológicos. Sus ingredientes son más sanos y apoyamos como siempre a poblaciones en vías de desarrollo.

7. No tiramos comida a la basura.

Las Navidades son una época de excesos en todo los sentidos, también gastronómicamente. A la hora de preparar el menú, calculamos bien la cantidad que vamos a consumir y guardamos el resto para otra ocasión.

Para nosotros no cometer excesos en las comidas de Navidad es la mejor opción, pero lo hacemos desde la total LIBERTAD Y CONSCIENCIA del mantenimiento de la salud. No solo Any se tiene que cuidar, nosotros necesitamos cuidarnos para poder cuidar de ella.

Lo importante es que comamos cada uno lo que mejor podamos desde nuestra libertad y que disfrutemos todos de estar juntos y compartir los alimentos. Si tu corazón está en paz, y te cuidas todo el año, tu estómago se alimentará de la buena compañía.

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