UNA DE CUENTOS

EL PERRO Y EL CLAVO OXIDADO.

Una mañana soleada una niña se encontró con un perro que estaba sentado en medio de un camino y no paraba de gruñir y de quejarse.

-¿Qué te pasa? ¿Estás enfermo?, le preguntó dulcemente.

Al mirar la chica se dio cuenta de que sus ojos estaban bañados en lágrimas y su mirada reflejaba cierta angustia y tristeza. De ahí que la niña intentara acercarse para ayudarlo.

Pero el perro le gruñó. Era evidente que aquel perro estaba sufriendo.

La niña empezó a inquietarse. Poco después, descubrió que el animal estaba sentado sobre un clavo oxidado e intentó ayudarlo:

-¡Cuánto más tiempo tarde en sacártelo, más te dolerá la herida!

Pero el perro no le dejó acercarse y seguía sentado sobre el clavo, emitiendo de forma intermitente un llanto cargado de dolor y resignación. La niña no podía dejar de pensar:

-¿Por qué diablos sigues sentado sobre un clavo oxidado?

Si aquel animal hubiera podido hablar, seguramente le hubiera dicho lo siguiente:

-Si no me levanto es simplemente porque no me duele tanto como para hacer el esfuerzo de levantarme.⁣

Aprendizaje: No seamos víctimas de la tiranía de la pereza.

#anayany

#vidafeliz

#amorinfinito

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