“Joshu, el maestro zen, le preguntó a un monje que era nuevo en el monasterio:
– ¿Te he visto antes?
El nuevo monje repuso
– No señor.
– Entonces tómate una taza de té.
Joshu se volvió entonces a otro monje:
– ¿Te he visto antes?
El segundo monje contestó:
– Si, señor, por supuesto que me ha visto.
– Entonces tómate una taza de té.
Más tarde, el monje que administraba el monasterio, le preguntó a Joshu:
– ¿Cómo es que ante cualquier respuesta siempre ofreces una taza de té?
Ante esto, Joshu gritó:
– Administrador, ¿aún estás aquí?
– Por supuesto, maestro – repuso el administrador
– Entonces tómate una taza de té”.
Reflexión: La reacción ante las respuestas a nuestras preguntas debe ser siempre la misma-