Amaterasu: un cuento sobre el amor propio.
Amaterasu Ō-Mikami o Amaterasu Okami (天照) es la diosa del Sol en el sintoísmo y antepasada de la Familia Imperial de Japón según los preceptos de dicha religión. Según cuenta el libro histórico más antiguo de Japón, Amaterasu era la Diosa del Sol, de la que emanaba toda la luz. Amorosa y compasiva con todos los seres
Un día su hermano sintió envidia y se propuso demostrar que era más poderoso que ella. Comenzó a destruir las creaciones de su hermana, a atormentarla y perseguirla.
Tras las vergonzosas y cada vez más agresivas conductas de su hermano, Amaterasu sintió mucho dolor, se asustó y se encerró en una cueva.
Al no estar ella, el Sol no salía y el mundo se cubrió de oscuridad, los campos morían y la tierra se helaba.
Los demás dioses, temiendo que las tinieblas perduraran para siempre, intentaron convencerla para que salga de la cueva pero no tuvieron éxito, Amaterasu se sentía tan herida y asustada que no podía salir.
Entonces pensaron otra estrategia, organizaron una fiesta en la entrada de la cueva diciendo que era para honrar a una nueva diosa llena de luz y belleza.
La música, risas y alegría del exterior atrajo la curiosidad de Amaterasu, quien se asomó saliendo unos metros a ver quién era esta nueva diosa, sin saber que habían puesto un espejo justo a la salida de la cueva. Al mirarlo se encontró con una mujer bellísima y llena de luz. Al principio pensó que se trataba de esta nueva diosa de la que todos hablaban, pero luego se dio cuenta que era su propio reflejo y vio toda su luz y magnificencia. Mientras tanto los dioses habían aprovechado para sellar la entrada de la cueva e impedir que volviera a entrar.
Al verse como realmente era y reconocer su luz, Amaterasu recuperó su poder.
Salió al mundo, pudo vencer a su hermano (a quien nunca más temió) y el sol volvió a iluminar la Tierra.