Vive de corazón

 

Sólo se puede elegir entre dos caminos en la vida: el camino del amor o el camino del miedo.

Y según el camino que elijas podrás disfrutar de una vida PLENA.

Realmente te das cuenta de que estás en el camino correcto cuando eres libre de escoger el camino. No lo escoges por obligación, ni por dinero, ni por llegar a lo más alto, ni porque no queda más remedio.

Lo escoges porque eres feliz, a pesar de todas las dificultades y después te das cuenta de que mucha gente maravillosa ha escogido el mismo viaje.

Cuando estás en el camino correcto tienes el “superpoder” de ver el otro camino, ves el camino que está al lado, por el que van pasando personas como si fuéramos por dos cintas automáticas paralelas de un aeropuerto.

Por el otro camino pasa gente con vestimentas muy llamativas, gente con prisa, gente que habla mucho, y muy alto, gente que parece huir, gente que se ríe de los que vamos tranquilamente por la otra cinta, gente que piensa que esa cinta le va a llevar a su éxito individual, o a la solución, gente que ha sacrificado los valores y lleva una vida personal difícil.

La cuestión es que tú caminas pausadamente, te paras a mirar los escaparates, hablas con los demás pasajeros, lees un buen libro, llevas poco equipaje y disfrutas del paisaje por los grandes ventanales.

Y cuando llegas a la sala de embarque, sonríes a la azafata de tierra, bromeas, bebes de tu botella reutilizable de agua y te relajas hasta la hora de embarcar.

Mientras observas a algunos de los pasajeros que iban por la otra cinta corriendo, estresados, ves como siguen nerviosos, discuten con la azafata y son incapaces de sentarse un ratito.

Los dos vamos a coger el mismo avión, pero desde luego la experiencia no va a ser la misma. Supuestamente los dos vamos a llegar al mismo sitio, pero desde luego no de la misma forma. Todos sabemos que tenemos el mismo final, pero no todos vivimos la vida de la misma manera.

Por razones culturales, pasamos en nuestras vidas por esos momentos en que no disfrutamos del viaje, ni del trayecto ni de la experiencia…El Sistema Educativo, un trabajo tradicional, la familia, las obligaciones, etc.

Por desgracia muchas veces es el sufrimiento lo que nos hace cambiar de camino. Porque el camino del miedo es muy estresante. En la vida la fortuna no es lineal, tenemos experiencias de todo tipo. Si pasas los días estresado, no te paras a disfrutar, no compartes con los demás y la ambición te ciega, aunque aparentemente no te falte de nada, el miedo es tu cárcel. Soportarás la vida, pero no la vivirás.

El camino del amor sin embargo es muy bonito. No tiene porque ser fácil, pero has elegido conscientemente hacerlo placentero, aunque los baches los tengas que pasar sin saber a veces cómo. Llorarás, gritarás y te caerás, pero el amor te volverá a levantar. Te rodearás de un Mundo bello, lleno de sonrisas, cariño, empatía, simpleza y compasión, y lo difícil lo convertirás en rutina de amor.

Eres tú quien tiene que elegir.

Puedes elegir parar, ser consciente y coger el camino del amor.

O que te pare la vida de una forma u otra, para que despiertes y abras los ojos.

Tu eliges: vivir desde el amor consciente o desde el miedo de una vida impostada.

No busques fuera la respuesta a tus problemas. Simplemente elige el camino del amor hacia ti y hacia los demás.

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