EL CABELLO LARGO FUENTE DE ENERGÍA

El cabello largo es mucho más que un adorno.

Según las creencias, cada uno de nuestros cabellos nos representa y nos identifica. El cuidado del cabello se considera tan importante como la atención a la salud física y espiritual en las culturas indígenas.

Dicen las voces ancestrales de América que el cabello es la manifestación física de nuestros pensamientos y una extensión de nosotros mismos; lo mismo sucede con los pensamientos de la madre Tierra: podemos ver el constante crecimiento de su cabello de hierba, que desde tiempos ancestrales fueron usados por los pueblos indígenas con fines medicinales y rituales. Ellos han usado el cabello de la tierra en sus ceremonias con fines de curación física y espiritual o en rituales que consideraban sagrados.

El cabello tiene su propio lenguaje y carácter, y la forma en que sea peinado es sumamente importante para quién lo porte:

La raya en medio representa la alineación del pensamiento, la trenza la unidad del pensamiento con el corazón, el cabello suelto significa seguridad y el cabello recogido convicción; aunque actualmente las personas se peinan sin conocer el significado de sus acciones, el estilo en que se use el cabello es importante, pues haciendo a un lado la vanidad o practicidad, la forma en que uno lleve el cabello repercutirá directamente sobre nuestro estado de ánimo.

La forma de llevar peinado el cabello era de suma importancia, pues de esta manera se describía y anunciaba su participación en diversos eventos: matrimonio o guerra, alegría o duelo. A través del cabello y los tocados que se llevaba sobre él se podía saber la madurez de las personas, su estatus en la sociedad o los tiempos de paz y guerra.

Los peinados eran como las estaciones; cambiaban en ocasiones públicas, privadas y ceremoniales. El cabello representaba los pensamientos y el estado espiritual del individuo; mostrando los vínculos y la unidad espiritual de su familia y definiendo la armonía cultural y el alineamiento espiritual de su comunidad.

A los niños indígenas se les enseñaba a lavar y enjuagar el cabello.También se les enseñaba a crear los peinados rituales usando madera, huesos, plumas o piedras como tocados.

Las mujeres indígenas de los pueblos nativos del norte del continente usaban como peine uno de los huesos de la cola del puerco espín colocándolo sobre un mango de madera y sujetándolo con pequeñas tiras de piel trenzadas. Ellas creían que al peinarse el cabello todos los días le daban fluidez a sus emociones y pensamientos.

El cabello que se caía o quedaba acumulado en los peines era recogido y mantenido en una bolsa; al llegar la luna llena las mujeres se reunían en una ceremonia y ofrecían el registro de sus sentimientos e ideas acumuladas en el cabello caído a los espíritus del fuego, tierra y aire para que fueran bendecidos; posteriormente las ofrendas de cabello eran colocadas en el fuego sagrado y los pensamientos y emociones de cada una de ellas se elevaban junto a sus oraciones a través del humo y el viento hasta llegar a la luna.

Para los pueblos indígenas el cortar el cabello no sólo representaba el corte de la corriente de su pensamiento sino en algunos casos una deshonra. Un guerrero con el cabello cortado en la batalla no tendría lugar en el seno de sus ancestros, pues no tenía alma, ni recuerdos, ni corazón. Automáticamente se convertiría en un espíritu gris atrapado entre los mundos. En las enseñanzas de muchas tribus indígenas el cortar el cabello representaba un proceso de duelo o la proximidad con la muerte. El cabello era un elemento místico en todas ellas. No permitían que nadie tocara su cabello sin su permiso.

Entre el pueblo mexicano algunas mujeres llevaban rapado el medio de la cabeza, otras lo llevaban trenzado y peinado hacia arriba, mientras las puntas de sus trenzas semejaban pequeños cuernos que sobresalían de sus frentes, sólo las prostitutas lo llevaban suelto, y usaban lodo y xiuhquílitl para oscurecerlo. A excepción de ellas y en distintos pueblos indígenas de México el color y número de listones que usaban en sus trenzas representaban la soltería o el matrimonio.

Los hombres sin embargo, y dependiendo de su edad y profesión, podían llevarlo de distintas formas: Los hombres que no servían en la guerra llevaban los cabellos largos al hombro con un fleco al frente, los guerreros -dependiendo de su grado- llevaban un arreglo distintivo a forma de tocado. Desde que nacían hasta los ocho o nueve años llevaban el cabello corto, al cumplir los diez se les dejaba crecer un mechón de pelo en la nuca llamada mocuexpaltia.

Llegando a la adolescencia su cabellera ya era larga, y si a esta edad eran capaces de capturar a un enemigo, ya sea solos o con la compañía de alguien, se les cortaba ese mechón como símbolo de su logro. Pero se le dejaba crecer un mechón sobre la sien derecha que con el tiempo cubría la oreja. Dependiendo del número de cautivos que hacían se les recompensaba con diferentes adornos que demostraban su poder y valentía.

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