“Cuando cambias la forma en que miras las cosas, las cosas que miras cambian” Wayne Dyer.
Otra de las cosas que me ha enseñado Any en la vida es a disfrutar lentamente del camino.
Reconozco que hace unos años parecía tener prisa para todo y quería terminar lo que fuera como fuera lo antes posible. Desde pequeña me educaron así, y me ha costado “desaprender” esta costumbre.
Any, como mi gran Maestra, me hizo ver, hace ya unos años, que la calidad es mejor que la cantidad o la rapidez. Ella, como persona totalmente libre desde su nacimiento, siempre ha hecho las cosas de una forma muy diferente a mí, con mejores resultados que yo, y eso me ha hecho ver que vivir de otra forma no solo es posible, sino que se obtienen muchos mejores resultados.
Parte de mi aprendizaje vital ha pasado por dejar a un lado las prisas y tomarme tiempo para disfrutar al máximo de la vida.
Antes, debido a los compromisos médicos, sociales o familiares, iba corriendo a todas partes, queriendo ser la primera y la mejor, por ejemplo en temas de Rehabilitación. Pero los resultados, por mucho que corría, solo me daban una gran lección: en el Mundo las cosas siempre vienen después de un largo periodo naturalmente lento.
Quería obtener resultados más rápido de lo que convenía. La sociedad y las múltiples opciones me apuraban a conseguir objetivos inmediatos y, al no lograrlo, llegaba la frustración. La desconexión con el medio natural, su tempo y demás factores que escapaban a mi control, hacía que no tuviera un referente que me ayudara a parar, hasta que al tocar fondo levanté la mirada y ví que lo tenía frente a mis narices: Any.
Ya no podía más. Entonces paré, miré a Any, y lo comprendí todo. No se trataba de correr hacia algún fin, sino de disfrutar del camino juntas.
Desde entonces, ya hace 10 años, hago menos y lentamente, y los resultados son mucho mejores.
Ahora somos las dueñas de nuestra vida, nuestro tiempo, nuestra salud, nuestra felicidad, etc.
Y para cambiar ese ritmo solo hice una cosa: parar.
Ahora caminamos juntas, a diario, sin esfuerzo, fluyendo, buscando incesantemente la posibilidad de llevar una vida plena y desacelerada, controlando y adueñándonos de nuestra existencia. Observamos juntas la naturaleza, cada amanecer y anochecer, el vuelode los mirlos que vemos desde nuestra ventana, etc. Y todo eso me ha ayudado a renacer.
Optamos por una vida sin prisas, donde buscamos el equilibrio, desde el respeto y donde prevalece el amor para crecer y descubrir el Mundo. Nos permitimos nuestros fallos mutuamente y aprendemos a relacionarnos mejor cada día respetando nuestras diferencias.
No tenemos una vida utópica, y a veces las cosas se complican. Pero entonces mi carácter aflora y soy capaz de correr cuando las circunstancias apremian. He aprendido a soportar mejor, si se da el caso, el temido estrés, al mismo tiempo que sé detenerme y disfrutar de un presente prolongado en vez de quedar sepultada por los problemas. Gracias Any. Amor Infinito.
A día de hoy la vida, o el camino, me ha llevado a valorar las pequeñas cosas y la lentitud para disfrutarlas. Con el ejemplo genuino de Any he elegido libremente vivir Slow Food, Slow Fashion, Slow Parenting, Slow Therapy, Slow Finance… convencida de que hacer las cosas lentamente, al ritmo que nos marca la Naturaleza, es lo Natural.
En definitiva, Any porque lo trae de serie y yo porque he aprendido, hemos elegido conscientemente ser Slow People. Porque tras la experiencia vivida, siempre hemos llegado a la misma conclusión: los resultados LENTOS son MARAVILLOSOS, duraderos, de por vida, salutogénicos y antifrágiles. Y a mí me ha ayudado a pasar de “guerrera” a “maga”, de la lucha a la creación, del estrés a la relajación, del miedo al Amor.
Un abrazo de Oso ❤️❤️❤️ y otro de Luz
Aprendizaje: Conectar con nuestra tortuga interior nos hace disfrutar de los ritmos naturales de la vida.
#anayany
#anayanyslow
#slowpeople
#vidafeliz
#amorinfinito