POESÍA

“Antiguos recuerdos,

 que generaron

disfrutes eternos”. 

Any Pascual.

Cuando Any era muy pequeña, 3 años, a la Visa (con “v” que es como llamamos a la bisabuela por su generosidad) le encantaba comprarle libros a Any. 

Ahora ha cumplido justo hace un mes 100 años, y la demencia senil la ha privado de muchas de sus pasiones en la vida, pero no de su favorita: la lectura. La Visa apenas pudo ir al colegio, tenía que cuidar de sus 12 hermanos, pero ella aprendió muchísimas cosas de forma autodidacta años después. Le encantaba ayudar a su hijo con las cosas del colegio y llevarlo a la Biblioteca Pública muy a menudo. Al final, acabó ella como socia e iba a diario a buscar libros de todos los estilos, desde Corín Tellado a “La Historia de España”. 

Any es la cuarta generación de usuarias de la Biblioteca Pública de mi ciudad natal. 

Y si la Visa pudiera ser hoy en día consciente de las creaciones literarias de Any… 

Cuando la Visa, ya muy mayor, no podía desplazarse hasta la Biblioteca, aunque todavía viviese sola en su hogar, le suponía un placer ir a la librería bajo su casa y comprarse y comprarle a Any libros. Cientos de libros. A ella le encantaban, los leía y se los regalaba a Any.

Un buen día apareció con unos pequeños librillos.

En principio no parecían gran cosa comparados con esos maravillosos libros que hay hoy en día con enormes ilustraciones de fantasía (y muy poca letra por cierto). Pero fue empezar a leer y…¡Se hizo la magia!

LOS MESES.

“En enero cae la nieve,

en febrero, el carnaval,

en marzo, la primavera

y en abril lluvias caerán.

Mayo es el mes de las flores,

en junio el cole se va,

en julio, de vacaciones,

y en agosto, sol y mar.

En septiembre entra el otoño,

en octubre el frío está,

en noviembre, las castañas,

y en diciembre, Navidad». 

Poesía para niños de Rafael Cruz-Contarini.

 “Cuatro Estaciones”. Colección Pequeño Mundo. Everest.

Any se quedó impactada. Aquella musicalidad. Aquellos conocimientos ordenados. Aquel aprendizaje significativo. Con 3 añitos, descubrir el Mundo de la lectura a través de la calidad y el amor por las letras, era el más maravilloso regalo del Universo Visa.

Primero se aprendió de memoria la primera poesía tras leerla nosotros un par de veces. Y después “jugaba” a leerla con su maravillosa vocecita y entonación poética que parecía gloria en vez de palabras. 

Por edad parecería que no le correspondería transcribir aquellas letras del papel, pero su cerebro ya empezaba a relacionar los grafismos con palabras. Tan pequeña y tan feliz… ¡qué la Visa le compró la colección completa!

Que maravilloso encontrar estos tesoros. 

Educación, Amor y Poesía concentrado todo en unas pequeñas líneas. 

Pedagogía de la buena y pasión por un buen trabajo, así describiría yo los libros de Rafael que siguieron inundando nuestra casa durante años. Además de acercar la poesía a edades tan tempranas, la didáctica aplicada para compartir valores universales a los niños de tan corta edad es maravillosa. Sus palabras delatan su vocación educativa.

Títulos como:

«SOMOS DIFERENTES» Acerca conceptos como «Diversidad, Ayuda, Culturas diferentes, Sin ver, Caminar sentado, Un sueño»…

«EN TODOS LOS SENTIDOS». «Cinco sentidos, Mirar al cielo, Eco, Gustos»…

«EN FAMILIA». «Mamá, Cada cosa en su lugar, Hijo del sol»…

Y así hasta 16 títulos de esta maravillosa colección. 

Los recitábamos en el coche, mientras esperábamos en la Consulta del Médico de turno o tumbados en un manta en el Parque del Retiro un buen día de primavera.

No creo que seamos capaces de transmitiros con palabras lo que nos gustan estos tesoros llenos de palabras.

Hoy los hemos “rescatado” y nos han trasladado al pasado, recordando que no todo era difícil, enfermizo y con barreras, también hubo muchísimo amor, mucha estimulación y trabajo constante, pero precioso: con libros escritos por papá y mamá para Any, con lecturas cargadas de conocimiento y con librillos maravillosos que nos hacen ser felices a pesar de las circunstancias.

En este camino de la felicidad hemos descubierto un millón de cosas maravillosas que han pasado y marcado nuestra vida. Y desde luego los libros han estado siempre presentes.

Gracias Visa, solo puedo decirte una cosa: te AMO.

Aprendizaje: Rodea a tus hijos de palabras y te devolverán con creces la felicidad que esconden los textos que leen.

#anayany

#vidafeliz

#amorinfinito

#vidafeliz

#lectulandia

CUÉNTAME UN CUENTO

“Cada persona es un campo en el que puedes hacer germinar una semilla” Ramiro Calle.

¡Qué gran regalo para un niño poner un buen cuento en su vida!

Los hay maravillosos y muy diferentes: unos viejos, otros no tanto, unos de fantasía, otros reales como la vida misma.

Ir a comprar un cuento, para mí siempre ha sido mágico. Un cuento de esos que te tiras horas y horas en la librería y… ¡por fin! Me llama desde un rincón y no puedo más que leerlo de principio a fin antes de decir con una sonrisa en la boca: “Envuélvamelo para regalo”.

Y qué felicidad para los padres poder transformarnos cada noche en “cuentacuentos”. Con variadas voces para los personajes, con el cambio de entonación constante para no bajar la atención, con onomatopeyas suficientes para hacer crecer la magia y al mismo tiempo dejar sitio a la imaginación…

Recuerdo perfectamente que cuando Any conoció a Robert Kiyosaki una de las primeras cosas que le dijo a su padre fue “Tienes que agudizar un poco más la voz, no la tiene tan grave”. Tantos años leyendo y releyendo “Padre Rico, Padre Pobre” a la hora de dormir, que la voz ya formaba parte de la historia tanto como el  personaje.

La magia surge cuando le lees todas las noches su libro favorito. El contacto con el texto, la forma de expresión, las cadenas neuronales que se establecen durante la lectura, la amplitud de vocabulario, la crítica constructiva hacia un escrito u opinión, la independencia intelectual, etc.

Y es mejor aún cuando a temprana edad un niño ya lee todo lo que cae en sus manos. Entonces es difícil que alguien pueda cuestionarle, aunque piensen que está en la fase premoral. 

Sé que hay corrientes para todos los gustos sobre este tema, pero nuestra experiencia ha sido tan maravillosa con la lectura temprana que lo vemos tan normal como que un niño se tire horas y horas dándole patadas a un balón u otro tocando el piano. Siempre que sea motivo de júbilo, diversión y fomento de la imaginación, a nosotras nos parece fantástico empezar cuanto antes mejor.

Desde que Any era muy pequeña estuvimos rodeadas de letras, palabras, pequeñas frases, poemas, la vida de Any en cuentos que le hacíamos nosotros, audiocuentos, cuentos visuales, etc. Aunque curiosamente la asignatura favorita de Any era… Matemáticas. Importantísimo saber leer en Mates.

No es cuestión de condicionamiento clásico o de una determinada edad, sino de disfrutar de un acto meramente placentero. Ahora mutuamente nos leemos cuentos, historias, libros, leyendas, etc., y disfrutamos de escuchar o leer un buen CUENTO.

¡Viva los cuentos, viva la lectura!

Aprendizaje: Si rodeas a un niño de acciones positivas para su desarrollo en todos los campos posibles, su vida será más fácil y placentera.

Un abrazo de Oso ❤️❤️❤️ y otro de Luz✨

#anayany.com

#cuentacuentos

#vidafeliz

“EL BUSCADOR” de Jorge Bucay recitado por Any Pascual.

Este es un cuento sobre la vida, para adolescentes y adultos, o más bien sobre la necesidad de vivir cada minuto y aprovechar la vida al máximo. Un relato maravilloso para pensar sobre la necesidad de ser felices y que puedes escuchar en la voz de Any.

“Esta es la historia de un hombre al que yo definiría como un buscador…

Un buscador es alguien que busca; no necesariamente alguien que encuentra.

Tampoco es alguien que, necesariamente, sabe qué es lo que está buscando. Es simplemente alguien para quien su vida es una búsqueda.

Un día, el buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Había aprendido a hacer caso riguroso de estas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo. Así que lo dejó todo y partió.

Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos, divisó, a lo lejos, Kammir, Un poco antes de llegar al pueblo, le llamó mucho la atención una colina a la derecha del sendero. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadores. La rodeaba por completo una especie de pequeña valla de madera lustrada.

Una portezuela de bronce lo invitaba a entrar.

De pronto, sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en aquél lugar.

El buscador traspasó el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles.

Dejó que sus ojos se posaran como mariposas en cada detalle de aquel paraíso multicolor.

Sus ojos eran los de un buscador, y quizá por eso descubrió aquella inscripción sobre una de las piedras:

Abdul Tareg, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días

Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que aquella piedra no era simplemente una piedra: era una lápida.

Sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en aquel lugar.

Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado también tenía una inscripción. Se acercó a leerla. Decía:

Yamir Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas

El buscador se sintió terriblemente conmocionado.

Aquel hermoso lugar era un cementerio, y cada piedra era una tumba.

Una por una, empezó a leer las lápidas.

Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto.

Pero lo que lo conectó con el espanto fue comprobar que el que más tiempo había vivido sobrepasaba apenas los once años…

Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar.

El cuidador del cementerio pasaba por allí y se acercó.

Lo miró llorar durante un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar.

-No, por ningún familiar —dijo el buscador—. ¿Qué pasa en este pueblo? ¿Qué cosa tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué hay tantos niños muertos enterrados en este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que les ha obligado a construir un cementerio de niños?

El anciano sonrió y dijo:

– Puede usted serenarse. No hay tal maldición. Lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre.

Le contaré…:

“Cuando un joven cumple quince años, sus padres le regalan una libreta como esta que tengo aquí, para que se la cuelgue al cuello. Es tradición entre nosotros que, a partir de ese momento, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y anota en ella:

A la izquierda, qué fue lo disfrutado.

A la derecha, cuánto tiempo duró el gozo.

Conoció a su novia y se enamoró de ella. ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla? ¿Una semana? ¿Dos? ¿Tres semanas y media…?

Y después, la emoción del primer beso, el placer maravilloso del primer beso…¿Cuánto duró? ¿El minuto y medio del beso? ¿Dos días? ¿Una semana?

¿Y el embarazo y el nacimiento del primer hijo…?

¿Y la boda de los amigos?

¿Y el viaje más deseado?

¿Y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano?

¿ Cuánto tiempo duró el disfrutar de estas situaciones?

¿Horas? ¿Días?

Así, vamos anotando en la libreta cada momento que disfrutamos… Cada momento.

Cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado para escribirlo sobre su tumba. Porque ese es para nosotros el único y verdadero tiempo vivido”.

#anayany

#vidafeliz

#amorinfinito.

LECTURA

Por Any Pascual de anayany.com

Leer es más que pasar las hojas de un árbol, más que deslizar la vista por las páginas, más que descifrar los signos impresos en negro sobre blanco.

Leer es más que escribir un resumen para el colegio, más que recitar pasajes líricos de memoria para que el mundo se dé cuenta de cuán cultos somos.

Leer cambia la vida. Si no fuera así, ¿para qué habría tantas novelas en el mercado? ¿Por qué, entonces, existirían cientos, miles de escritores noveles cada año? ¿Por qué alguien leería?

Desde las cartas de amor de tu pareja del instituto, hasta un currículum de un empleado, pasando por la poesía (y la prosa poética), los libros de vocabulario para aprender idiomas, la autoayuda y las novelas de ciencia ficción o las históricas, cada frase que leemos nos influye, aunque no lo parezca.

En los tiempos actuales, con los nuevos medios de comunicación, la forma en la que leemos cambia. Y aun así, se sigue leyendo mucho. Seguro que si juntáramos los 140 caracteres de cada tweet que leemos a lo largo del año, nos daríamos cuenta de que para muchos de nosotros suman más que “La regenta”.

Pero hay algo que nunca va a cambiar, como no cambia la pintura o la danza. La lectura va a seguir ahí, por muchos audiolibros que se creen, por muchos vídeos de Youtube que se graben alrededor.

Y eso es porque leer no es algo mecánico, no es un procedimiento lógico. Leer es una experiencia. Leer es creativo. Leer es un modo de crear magia, de conectar con el Universo a través del enlace que se genera entre quien escribe y quien lo recibe.

Gracias a la lectura, incluso a la de libros de no ficción, nuestra mente se abre a nuevas perspectivas, a otras posibilidades, a opiniones distintas, a conexiones. A cambios, internos.

Cuando nos sentimos encerrados, leer nos hace ver el mundo desde una mentalidad diferente.

Por ejemplo, especialmente en esta situación global, el libro “Tú puedes sanar tu vida”, si le damos una oportunidad y estamos abiertos a sus mensajes, puede mejorarlo todo. Quizá no cambie lo que sale en las noticias…, lo que cambia es cómo nos afecta eso, y la forma en la que nos comportamos.

Para explicar el efecto que causa el libro preciso, la frase exacta, se necesitarían más palabras de las que cabrían en todas las páginas del mundo. 

Para empezar, la magia de un libro tiene su aliado en la imaginación. ¿Qué te viene a la mente cuando lees “te amo, amor”? Tiene nueve letras y una coma, pero en el momento correcto puede incluso salvar una vida.

Un libro puede necesitar más ayuda para enraizarse en tu ser, para ayudarte. Por eso, la clave es:

repite, repite, repite. No para memorizarlo, sino para recordar (“volver a pasarlo por el corazón”).

Cuando comprendes de verdad el alcance de lo que un libro puede hacer por ti, lo que tú puedes crear en ti mismo gracias a un libro, lo que puedes descubrir leyendo, de ti y/o del mundo, siempre encuentras tiempo para leer, por muy apretada que esté tu agenda. Y te das cuenta de que, incluso esa única página que lees antes de acostarte o por la mañana, te resulta casi indispensable.

Lo sé porque me ocurre.

Tal vez un libro no te cambie significativamente si lo lees una vez y luego lo abandonas, a él y a todos los demás parecidos. ¿Has pensado qué te ocurriría si leyeras un libro de ese género a la semana, o dos, o ese mismo libro más de veinte veces? Sería un cambio exponencial, mayor del que puedas pensar. 

Una vez más, lo sé, porque me ocurre.

Lo integras, descubres, cambias, hay magia.

Eso es lo que a mí me ha pasado en el 2020. Para este año, me propuse leer cien libros como mínimo, dado que el año pasado apenas había leído la mitad puesto que estaba centrada en escribir.

Pensad cuánto suman cien libros… he leído bastante en el género de novela corta este año, así que…

Digamos que son 150 páginas por libro, de media. Eso son 15000 páginas. ¿Cuánto puede cambiar una vida leyendo 15000 páginas de libros edificantes, positivos y creativos al año? Como mínimo, es como si alguien te diese más de diez mil abrazos. Repitiendo, y repitiendo, y repitiendo, al final se crean nuevos caminos. Al final, empiezas a pensar de una nueva manera, ante todo si conviertes la lectura en un hábito. Al final, si lo que lees te da paz, si tus lecturas te rodean de amor, comienzas a notar el amor que hay en ti, y si persistes, encontrarás que el mundo refleja esos sentimientos.

Al final, si te abres a cambiar y das con las lecturas adecuadas para ti en cada momento de tu vida, si atiendes a tu intuición y te guías por ella, si te permites experimentar todo lo que un libro tiene para ofrecer, y plantas más y más semillas en el campo fértil de tu mente, si creas amor y paz a través de tu imaginación, si riegas las plantitas con paciencia y regularidad, si las abres a la luz y les proporcionas sombra de vez en cuando, si las diriges gracias a tutores, a maestros verdaderos para que crezcan rectas y fuertes, y si permites que se arraiguen al suelo con raíces poderosas para que puedan recibir el alimento de tu atención e interés…, al final dará fruto y podrás disfrutar de la magnífica, jugosa y brillante vida que está a tu alcance.

Eso, muchas veces, también ocurre con las novelas, si estamos receptivos y leemos entre líneas.

Un ejemplo muy conocido, y aun así todavía útil y válido, es “El Alquimista” de Paulo Coelho. Pero también puede pasarnos con un cómic de Marvel…

Y ¿quién sabe?, es posible que esa semilla evolucione hasta ser un poderoso árbol robusto y maravilloso, un árbol del que quizá en algún momento podamos extraer madera suficiente para crear nuestro propio libro.

Any Pascual.

#anayany

#amorinfinito

#vidafeliz

RESEÑA “UN DÍA CON AUTISMO”

por Any Pascual

¿Qué harías si un día despiertas y te parece que estás en otro planeta?

“Un día con autismo”, escrito por Julieta Ax, es una de las varias incursiones en el tema de la condición autista de una sublime poetisa latinoamericana con TEA cuyos poemas emotivos en verso libre me inspiraron para empezar a escribir un poemario, y uno de los libros narrativos que escribió.

¿Este es un libro sobre el autismo?

Sí, y también narra la experiencia de dos los jóvenes que viven con esta cualidad. También es una novela Sci-Fi (de ciencia ficción) sobre la peculiar y valiosa perspectiva de la vida de quienes ven el mundo de forma diferente.

Isaac y Matilda son dos adolescentes que han sido objeto de acoso en su instituto por tener una condición de Síndrome de Asperger, un TEA, trastorno del espectro autista, que viven en Chile.

Ambos viven con relativa normalidad, pero un día se hartaron de soportar lo que algunos alumnos expresaban en su actitud hacia ellos… inventando una fórmula que provoca autismo en alguien.

Esta experiencia de lectura empieza por la primera línea del prólogo, que plantea una pregunta que planta una semilla de aquella cualidad tan necesaria (la empatía), la cual germina en el capítulo 1 y al final del libro resulta en un árbol fuerte y sempiterno, pues lo comprendido en sus páginas nos acompaña a los lectores por toda la vida. Esa cuestión es la descrita al principio de la reseña.

La novela está contada desde el punto de vista de Isaac y Matilda, alumnos de Magdalena, una profesora que da clases donde estudian los protagonistas. Esta mujer se despierta un día de un modo extraño: todo le afecta más que de costumbre, se encuentra cansada, los ruidos le incomodan, el olor de su champú es insoportablemente fuerte, se fija en más particularidades de su entorno…

Ella relata el primer capítulo. Magdalena no comprendía anteriormente lo que se sentía viviendo con autismo, pese a contar con algunos alumnos con TEA en el centro donde trabaja. Al igual que la mayoría de personas, que tampoco podemos ponernos por completo en su piel, por mucho que a veces nos identifiquemos con algunas o bastantes de las cualidades que muestran, y quizá las PAS, como yo, con la mayoría de lo que sienten en el interior. Este libro ayuda significativamente a saber ciertos aspectos del autismo que no se ven fácilmente.

Por otro lado, retrocediendo en el tiempo un día, al último viernes de noviembre, Isaac y Matilda se encontraban en el laboratorio de química y biología de su instituto, con un vial que contenía un líquido que les parecía perfecto para su objetivo, provocar los síntomas más parecidos posible al autismo en quien bebiera aquella fórmula. Magdalena entró en la sala, Matilda se asusta y vuelca el contenido en una botella de agua.

Magdalena se bebe la botella completamente y al día siguiente por la mañana comienza en su vida… un día con autismo.

#anayany

#amorinfinito

#vidafeliz

#PASyAutismo

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