HECHOS DE FASCIA Y AGUA

«Hace lo mejor que puede en cada momento. No se obsesiona por los resultados. Vendrán por añadidura si tienen que venir, sabe que nadie puede empujar el río. Sabe esperar, sabe pensar y dejar de pensar». “El Guerrero Espiritual” Ramiro Calle. 

Somos Fascia. Tejido conjuntivo con más agua (la sangre o la piel) o con menos agua (los huesos).

Cada vez más, el nuevo paradigma anatómico se está imponiendo a la vieja escuela, que consideraba que el esqueleto es lo que sustenta el cuerpo. Si así fuera, nuestros niños con parálisis cerebral podrían mantenerse erguidos ya que tienen un esqueleto completo. Sin embargo, a día de hoy ya sabemos que una fascia con problemas provoca que no exista un correcto desempeño de las funciones del cuerpo.  

Por otro lado, por mucho que se trabajen los músculos desde el viejo paradigma, los resultados en las curvas GMFCS no son significativos ya que se obvia la fascia.

Trabajar la Fascia todavía sigue siendo algo novedoso y poco extendido, a pesar de contar con profesionales que llevan más de 20 años investigando sobre el tema.

Como cualquier sistema alternativo al ya establecido y pese a mejorar lo anterior, tarda en llegar a las masas.

Nosotras, como amantes del avance en todos los campos, llevamos 10 años trabajando la Fascia, formándonos con los mejores e informando desde nuestra propia experiencia.

La conclusión es siempre la misma, independientemente de si hablamos de Terapias, Homeopatía, Energías o Finanzas:

1.- Probamos antes de juzgar. Si no tenemos suficiente información para hacer un juicio de valor coherente, simplemente no lo hacemos.

2.- Evitamos un criterio sesgado. Para conocer un sistema entramos a formar plenamente de él durante el tiempo suficiente para comprobar sus virtudes y sus defectos.

3.- Trabajamos duro por la  recompensa. Cuando nos enfocamos en algo, somos capaces de sacar lo mejor de la nueva experiencia y lo mejor de nosotras. Simplemente desaprendemos y aprendemos lo nuevo en base a mejores resultados.

4.- Cambiamos nuestro estilo de vida en función de los grandes resultados obtenidos y creamos un nuevo mundo coherente en torno al nuevo paradigma.

Por eso nos parece tan importante saber sentir, vibrar con lo natural y seguir el instinto. 

Cuando algo funciona, lo sentimos. Cuando algo nos va a cambiar la vida, vibramos. Y cuando no conocemos el final pero seguimos nuestro instinto y las cosas empiezan a cambiar para mejor. Elegimos ser antifrágiles y caminar el camino.

Somos  fieles a nuestros principios y nos comprometemos 100% con proyectos lógicos que nos ofrecen resultados demostrables.

Cuando alguien se sorprende de la situación actual de Any, que tiene Tetraparesia Espástica y una de las llamadas Enfermedades Raras, le explico lo duro que ella trabaja diariamente cada uno de sus puntos frágiles,  consiguiendo que sus reacciones ante cualquier tipo de stress repercutan lo mínimo en su Salutogénesis. 

En resumen somos partidarias de una Educación para la Salud Práctica, no solo teórica.

Aprendizaje: Somos Fascia. 

#fascia

#anayany

#salutogénesis

#antifrágil

UNA DE CUENTOS

El infierno y el paraíso.


Un samurai le pidió a un maestro que le explicara la diferencia entre cielo e infierno. Sin responderle, el maestro se puso a dirigirle gran cantidad de insultos. Furioso, el samurai desenvainó su sable para decapitarle.

-He aquí el infierno -dijo el maestro antes de que el samurai pasara a la acción.

El guerrero, impresionado por estas palabras, se calmó al instante y volvió a enfundar el sable. Al hacer este último gesto, el maestro añadió:

-He aquí el cielo.

Al entrar en determinados estados, nos creamos nuestro propio infierno, así como al entrar en otros estados nos creamos nuestro propio paraíso.


Aprendizaje: El infierno y el paraíso dependen de nosotros.


#anayany

#amorinfinito

#vidafeliz

APRENDER A VIVIR.

“Me permito buscar lo que considero que necesito del mundo, y no esperar que alguien me dé el permiso de obtenerlo”. Jorge Bucay.

Esta maravillosa frase puede resumir la diferencia entre vivir como eternos aprendices y estudiar.

Nosotras siempre hemos tenido claro que cumplir con exigencias externas respecto a nuestra formación, aunque fueran pedagógicamente asimilables, no tiene sentido alguno. Nosotras elegimos no perder tiempo con ciertos  aprendizajes que se demoran por circunstancias del modelo. Incluso en muchos casos hemos  llegado a elegir desaprender tras estar sometidas a conocimientos teóricos no acertados, caducados o sin valor en nuestras circunstancias vitales actuales, y cambiarlos por otros que hemos podido utilizar y nos ayudan a vivir, por ejemplo en temas de alimentación, rehabilitación, finanzas, etc.

Lo tenemos claro, no queremos dedicar nuestro tiempo a estar entretenidas en modelos de aprendizaje para masas, mientras nos estamos perdiendo el florecer de los almendros, las mareas más profundas del año, la mejor nevada del invierno…y todo lo que lleva asociado. Muchas experiencias que afectan a nuestro desarrollo vital son difíciles de recuperar si nos las perdemos, y nos pueden enseñar muchas más cosas sobre la felicidad de vivir que las materias clásicas de los centros educativos que podemos adquirir por nuestra cuenta siempre que lo deseemos o lo necesitemos. 

Any siempre ha sido para mí una gran maestra en ese sentido, porque ella libremente ha elegido siempre aprender de forma autodidacta y nunca ha esperado a seguir el ritmo de las masas. Desde que empezó a leer con tres años, no ha parado de cultivar su mente y por lo tanto su cuerpo, sus emociones y su espíritu, porque no se puede separar la sabiduría del desarrollo pleno. Nunca ha tenido miedo a crecer por sí misma, es más, siempre le ha molestado que la tengan entretenida y no le dejen tiempo para ver lo que hay ahí afuera. 

Por eso para nosotras es tan importante vivir desde el amor. Porque donde hay amor no hay miedo, y donde no hay miedo hay libertad, y donde hay libertad hay paz, bienestar, creación, entusiasmo y aprendizaje continuo. Y donde existen todas estas condiciones hay felicidad sin más, sin búsquedas, sin condicionamientos, sin vicios. La felicidad de ver el amanecer y así aprender a valorar un día más de vida para vivirla.

Siempre estamos aprendiendo millones de cosas nuevas, desde cómo funciona el bitcoin hasta la vida más allá de la muerte, y no necesitamos estudiar memorísticamente nada. Aprendemos a diario a valorar el paso del tiempo, con el crecimiento de las horas de día en esta estación, y de los mirlos que nos rodean. Aprendemos a observar y conocer nuestro cuerpo y sobre la adquisición de ingresos pasivos. Si un tema nos afecta o tiene sentido vital para nosotras, profundizamos en él de forma espontánea, le dedicaremos tiempo y esfuerzo y lo incorporamos a nuestra vida, porque amamos que todo eso forme parte de nuestros días.

Por el contrario, intentar incorporar a nuestra mente, de forma aislada y mecánica, conocimientos obsoletos y parcialmente seleccionados, en un espacio “enjaulado”, para nosotras no es aprender. Las memorizaciones al igual que llegan se van, en función de nuestra capacidad memorística, de nuestras experiencias y atención… pero lo que no usamos, tarde o temprano se va, lo que no utilizamos, el cerebro lo desecha si no es útil para su supervivencia.

Por eso a nosotras nos resulta increíble pensar que tras una carrera universitaria concreta, por ejemplo, pueda llegar a pensarse que está la felicidad o el dinero o…. La vida se ha encargado de enseñarnos que no hay tiempo que perder y por eso nosotras preferimos aprender de otra manera y contemplamos con admiración la libertad de los que viven sin presiones porque realmente son sabios, y para nosotras maestros reales.

Siempre buscamos el equilibrio y por eso nos hemos responsabilizado de nuestra propia educación, para poder tener una vida feliz según nuestras circunstancias, fuera de las imposiciones de una educación de masas, muy respetable para quienes la elijan libremente. Pero para nosotras nunca ha tenido sentido perder la niñez y la juventud sentadas en un pupitre estudiando otra vez lo de siempre, para llegar a una carrera universitaria y acabar en la carrera de la rata. Solo hace falta vernos, generación tras generación, para comprobar que algo está fallando en la educación. Quizás sea hora  de mirar más allá del sistema educativo. Esa ha sido nuestra elección y desde luego se la recomendamos a todos los padres. No se trata ya tanto de dejar la educación reglada, sobre todo cuando es obligatoria, como de hacernos cargo como padres de la educación integral en casa de nuestros hijos. Sí se puede. Para eso sale el sol todos los días, para dejarnos ver su brillo y mostrarnos así todo lo que hay que aprender para tener una vida feliz independientemente de las circunstancias y mostrárselo con nuestro ejemplo a nuestros hijos. nada es perfecto, pero sí podemos elegir hacer de nuestra vida un momento mágico.

Aprendizaje: Somos libres para elegir, porque sabemos que siempre hay una alternativa.

#anayany

#vidafeliz

#amorinfinito

#educacionlibre

UNA DE CUENTOS

La mujer sabia.

A las puerta de una rica ciudad construida en medio del desierto, una sabia mujer daba la bienvenida a los visitantes.

Una mañana, poco después del amanecer, llegó un caminante que afirmaba llegar de un país lejano. Tras atravesar centenares de kilómetros de arena, deseaba conocer las costumbres del lugar.

Justo antes de cruzar las puertas, preguntó a la mujer cómo eran las personas que allí vivían.

A lo que la mujer sabia le contestó:

“Primero, me gustaría saber cómo son las gentes de donde usted viene”.

El hombre rezongó que eran gente molesta, perezosa, ignorante, mentirosa, creída y ególatra.

“Me fui de mi ciudad porque solo hay cretinos, y ahora busco un sitio mejor para quedarme”.

Al escucharle, la mujer sabia le confirmó que en su ciudad encontraría un panorama similar.

Por lo que el caminante se marchó en busca de un lugar mejor para él.

A la tarde, cuando el sol empezaba ya a esconderse, se presentó un nuevo viajero.

Un joven risueño que le explicó que llevaba tiempo queriendo visitar la ciudad y quien le preguntó: “¿cómo son los habitantes de aquí?”

Al igual que con el viajero anterior, la mujer sabia quiso saber antes, cómo eran los habitantes de su ciudad.

“Es gente estupenda, la mayoría amables a quienes les gusta compartir. Buena gente. Hay otras no tan solidarias, pero si las tratas bien y eres comprensivo con su situación, no serán mezquinos contigo”.

Dicho esto, la mujer le dio la bienvenida y le aseguró que en su ciudad conocería a tanta gente buena como del sitio del que venía.

Aprendizaje: Tanto nuestras expectativas como nuestros prejuicios cargan nuestra mirada hacia los demás.

#anayany

#vidafeliz

#amorinfinito

UNA DE CUENTOS

LA FLOR.

Había una vez un niño pequeño que estaba en clase de dibujo creativo. La profesora les informó de que había llegado la hora de pintar y el chaval se puso muy contento. Cogió su estuche de colores y empezó a trazar las primeras líneas de lo que iba a ser un coche con alas de color azul y rosa. Su imaginación parecía no tener límites.

«¡Un momento!», dijo de pronto la profesora. El chico dejó súbitamente los colores en su mesa. «Todavía no he dicho qué vamos a pintar. Hoy vamos a dibujar flores», añadió. «¡Genial!», pensó el niño, porque a él le encantaba dibujar flores. Y enseguida empezó a dibujar una flor que no existía, con forma de cohete y de un color similar al del arco iris. Nuevamente, la maestra volvió a interrumpirle, diciendo: «¡Un momento! Todavía no he dicho qué tipo de flor vamos a pintar».

El chaval dejó los colores sobre su escritorio y observó cómo la profesora empezó a dibujar en la pizarra una flor roja con un tallo verde. Les enseñó exactamente cómo se tenía que hacer y todos los niños comenzaron a imitar su dibujo. Al niño le gustaba más su flor que la de la maestra, pero se limitó a obedecer sus indicaciones. Cogió otra nueva hoja en blanco e hizo una flor como la de la profesora: roja, con el tallo verde.

Los años fueron pasando y el niño fue aprendiendo en cada clase a esperar, obedecer e imitar, haciendo las cosas siguiendo el método que su maestra les enseñaba. Estaba haciendo con sus alumnos lo mismo que sus profesores habían hecho en su día con ella. 

Finalmente, el niño y su familia se mudaron a otra ciudad, y el chaval fue a una escuela nueva. Y durante su primer día de clase, la maestra le dijo: «Hoy vamos a hacer un dibujo». Mientras el resto de chicos empleaba su creatividad para pintar cualquier cosa que se les ocurriera, el chico nuevo se quedó quieto, esperando a que la profesora le dijera qué tenía que dibujar y cómo tenía que hacerlo. Pero ella no decía nada; se limitaba a caminar por el aula, observando con curiosidad y admiración las creaciones de sus alumnos.

De pronto, se dio cuenta de que el nuevo alumno seguía sin tocar su estuche de colores. Se acercó hasta él y le preguntó: «¿Cómo es que no dibujas nada?» Y el chaval, sorprendido, le contestó: «Estoy esperando que me digas qué vamos a dibujar hoy». A lo que la profesora le dijo: «Puedes dibujar lo que tú quieras». El niño se quedó boquiabierto. No se esperaba que tal libertad fuera posible en una escuela. Sin embargo, permaneció quieto.

«¿Qué ocurre? ¿Estás bien?», le preguntó la maestra. «Sí, solamente que no se me ocurre nada que dibujar». La profesora, extrañada, trató de motivarlo, diciéndole. «A ver, ¿qué es lo que más te gusta?» El chaval, incómodo, le dijo: “No lo sé, la verdad». Y esta, con mucha delicadeza, se sentó junto a él, e insistió: «Tienes toda la libertad del mundo para dibujar lo que te apetezca. Lo que sea. No te preocupes si está bien o mal. Lo importante es que te haga ilusión y te divierta. ¿Qué me dices? ¿Qué te apetece dibujar?» 

Y el chaval, incrédulo, le respondió: «No lo sé… ¿Una flor?» Y la maestra, llena de entusiasmo, le contestó: «¡Qué buena idea! ¡Me encantan las flores! A ver, ¿qué tipo de flor te apetece dibujar? ¡Puedes dibujarla con la forma que tú quieras y del color o los colores que más prefieras!» Y el chaval, con un brillo especial en sus ojos, le preguntó: «¿De la forma y del color que yo quiera?» Y la maestra, asintiendo, le dijo con ternura: «¡Claro! Si todos hicieran el mismo dibujo usando los mismos colores… ¿Cómo podría yo saber quién lo ha dibujado?» Seguidamente, el niño cogió un par de colores y comenzó a pintar una flor roja con un tallo verde.

Aprendizaje: Para crear y avanzar se necesita libertad.

#anayany

#vidafeliz

#amorinfinito

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