Nuestro perfil es el de una mujer del siglo XXI, que trabaja o ha trabajado fuera de casa, muy activa e inquieta a la hora de ayudar a los demás, que nos sentimos bien y seguras de nosotras mismas, con mucha energía y con una sabiduría de la vida que nos permite afrontar las cosas de otra manera y ser menos manipulables y vulnerables a los demás y a las circunstancias del entorno.
Solas, en pareja, con más o menos ingresos y formación…como colectivo, presentamos unos rasgos que no están pasando desapercibidos ni en nuestro entorno ni para los médicos, rehabilitadores y otros profesionales que interactúan con nosotras como últimas responsables de los cuidados de nuestros familiares.
Un colectivo que cada vez tenemos más peso para la industria, ávida de nichos de negocio: ortopedias, adaptaciones, salud, etc. Ya somos un grupo muy numeroso, grandes consumidoras de todo lo relacionado con la rehabilitación, la nutrición, el cuidado personal, etc. lo que crea oportunidades de negocio y nos da relevancia social.
Somos mujeres de hoy en día, valientes, lúcidas y comprometidas que rebosamos proyectos, energía y seguridad en nosotras mismas. De ahí que ya nos tienen en cuenta como un grupo muy importante de consumo, apoyo a los profesionales de la salud, y necesarias en la sociedad para el cuidado de parte de la población, tanto de nuestros familiares más jóvenes con necesidades de apoyo en la vida diaria como de nuestros mayores que es una población cada día más representativa.
Somos mujeres que hemos tenido la oportunidad de estudiar una carrera, hemos tenido una juventud de libertad y somos independientes económicamente. Hemos decidido mantener o no nuestro trabajo pero también cuidamos de nuestros hijos, hermanos, padres. Hemos mantenido otras identidades: esposas, amas de casa, estudiantes, profesionales, etc. aunque dedicamos nuestra vida en su mayor parte a ser cuidadoras, porque nos encanta poder hacernos cargo nosotras mismas de nuestros familiares, desde el respeto, el conocimiento de quien aprende por la experiencia y sobre todo desde el amor infinito. Por motivos políticos y económicos, todavía nos vemos obligadas a no tener descanso, formación o suficientes ayudas, sin embargo celebramos la plenitud de ser cuidadoras orgullosas de quien nos necesita para seguir adelante.
Afrontamos nuestra situación con la mirada de mujeres del siglo XXI, orgullosas mujeres que queremos que los profesionales que tratan a nuestros familiares nos hablen de igual a igual, que disfrutamos de lo que hacemos, pero que somos conscientes de que necesitamos ayuda para mantener nuestra energía, salud y libertad.
Sabemos un poco de todo y mucho de mundología porque hemos tratado con mucha gente, hemos vivido muchas experiencias, tanto enriquecedoras como duras, y lo mismo hemos estado horas y horas en las salas de espera de un hospital que hemos ayudado a que nuestros hijos, por ejemplo, logren hitos que ni los profesionales se pueden creer.
Somos mujeres del siglo XXI y como tales ,desarrollamos nuestro crecimiento personal, profesional, emocional y espiritual. Tenemos una vida feliz a pesar de las circunstancias, llena de ilusiones. Podemos estar estupendas a la vez que ayudamos en el día a día. Hemos tomado las riendas de nuestras vidas. Sabemos pedir ayuda si la necesitamos. Aprendemos todos lo días cosas nuevas y aplicamos nuestros cuidados desde el amor incondicional, la generosidad infinita y la esperanza de mejorar la vida de la familia.
Las circunstancias vitales de cada una de nosotras es diferente a nivel económico, social, etc. pero lo que nos une es más fuerte que lo que nos diferencia. El AMOR. Sabemos lo que es darlo todo a cambio de nuestra mejor recompensa, una sonrisa.
No somos ni maestras, ni enfermeras, ni fisioterapeutas, ni logopedas, ni nutricionistas, aunque ejercemos a diario. Somos las mejores alumnas de las formaciones que nosotras mismas nos pagamos o simplemente seguimos adelante sin ayuda a base de ensayo-error. Somos grandes investigadoras buscando lo mejor para la vida de las personas que tenemos a nuestro cargo y aprendemos rápido a buscar soluciones a los problemas que nos surgen por el camino. Esta es la vida y lucha de muchas mujeres que hemos decidido cuidar a nuestros seres queridos.
Solo espero que la próxima vez que alguien se cruce con nosotras (profesionales, personal de la administración, etc) vean a la mujer que somos: bellas por dentro y por fuera, formadas, capacitadas, en continuo crecimiento y orgullosas de nosotras mismas y de nuestras familias. Porque todos somos diferentes, y todos podemos encontrarnos en nuestras vidas con un rol para el que un principio nadie está preparado, como cuidador o como “necesitador” del cuidado.
Lo que si hemos aprendido desde el primer día es que mañana será otro día maravilloso para disfrutar de la compañía de los seres que más nos quieren y a los que más queremos en la vida.
#anayany
#mamaespecialecologica
#antifragilidad
#familia