Cada día nosotras estimulamos nuestros chakras de una forma u otra, por ejemplo, por medio de los pensamientos que tenemos, o físicamente por medio de nuestros sentidos (olores, colores, texturas…)
A diario energizamos nuestros centros, consciente o inconscientemente, de muchas formas complementarias.
Por nuestros pensamientos. Son una forma de energía. Los pensamientos positivos permiten que nuestra energía fluya libremente y sin restricciones, mientras que los pensamientos negativos disminuyen la energía en nuestro cuerpo. Cada pensamiento (ya sea mental o emocional) está conectado a un chakra. Por ejemplo, un pensamiento apasionado es una energía roja estimulante, pero un pensamiento de enojo disminuye el flujo del pensamiento rojo positivo. Esto significa que un continuo pensamiento de enojo disminuirá la raíz de la energía chakra. Somos los responsables de nuestros pensamientos. Cuidémoslos.
Con la visualización, meditación y respiración. Con el pensamiento, con esa forma de energía, también podemos estimular nuestros centros por medio de ejercicios prácticos como la meditación, visualización o respiración, llevando la energía muy adentro. Son acciones conscientes que alinean nuestros chakras y dejan que la energía fluya libre por nuestro cuerpo.
Por el sol. Es una de nuestras fuentes de energía más importantes. Por medio de la luz, las siete energías de colores fluyen de los rayos del Sol a la Tierra. Las personas, animales, plantas, minerales, agua y nuestros chakras reciben la energía de la Luz del Sol. Saludemos al Sol cada mañana, abramos las ventanas de par en par y expongámonos directamente a los rayos solares con las precauciones ya conocidas, pero sin filtros de ningún tipo: ni cremas, ni gafas, ni cristales que hacen de lupa.
Por la comida. Los rayos del sol dan vida y energía a los seres vivos. La planta absorbe energía que es la misma que brota cuando la ingerimos. Es la energía que contiene esa fruta, vegetal, flor…la que obtenemos a través de la alimentación. Sin esa energía nuestro cuerpo no podría asimilar el valor nutricional de la comida. Balanceemos nuestros chakras diariamente comiendo alimentos con vida, ecológicos, de cercanía para poder asimilarlos y con distintos colores, texturas, sabores, etc.
Con gemas/minerales. Las piedras y minerales también son formas de energía. Los cristales contienen una estructura cristalina que amplifica la energía. Colocar piedras y minerales en nuestro ambiente es una manera simple de absorber las vibraciones curadoras de las piedras y minerales.
A través del agua. Es un gran conductor de energía. Mientras nos sumergimos en agua de mar nuestro cuerpo absorbe su frecuencia y vibración. Mientras nos duchamos podemos balancear los chakra pensando en lo que nos gustaría conseguir de esa específica energía y mejor aún si añadimos aceites esenciales que se relacionen. Y no somos solo lo que comemos, sino también lo que bebemos. Consumir agua saludable hace vibrar a nuestro cuerpo. Invertir en agua saludable es invertir en vida.
Con la aromaterapia. Los aceites esenciales son la pura esencia de las plantas o de las flores. Cada aceite tiene una vibración. Los aceites tienen las propiedades curativas de las hierbas, las flores y las plantas. Usemos solo aceites esenciales ecológicos de calidad.
La música también nos afecta. Ciertos sonidos pueden estimular una respuesta emocional, mental, física o espiritual. Por ejemplo, escuchar o bailar música primaria, como el sonido de tambores, puede energizar nuestro cuerpo físico y estimular nuestro chakra raíz. O escuchar en casa música a 432 Hz o repetir nuestros Mantras favoritos acompañados de hermosas melodías. Podemos hacer sonidos para vibrar a la misma frecuencia como varios órganos en nuestro cuerpo (🕉, campanillas, cuencos, etc.) La contaminación sonora por el contrario puede perturbar nuestro ambiente. Escuchemos los sonidos de la naturaleza que nos hacen felices mientras tomamos el sol y miramos al horizonte.
Con la tonificación de colores. Al proyectar la luz a través de varios filtros de colores las vibraciones de los colores serán absorbidos por nuestra piel, interviniendo en distintas áreas. El Arcoíris, la naturaleza, las flores, los animales nos muestran como los colores son energías.
Por el ambiente material que nos rodea en el hogar. Mantengamos el orden, la limpieza, ventilemos a diario, usemos los colores conscientemente en el ambiente de nuestra casa: almohadones de diferentes colores, cuadros, alfombras, etc., hagamos del silencio el mejor sonido, y del minimalismo una virtud.
Por la ropa. La ropa que llevamos tantas horas nos influencia nuestro animo, mente y nivel de energía. La luz penetra nuestra ropa amplificando la energía del color y los tejidos naturales ecológicos que estamos usando. La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, tratémosla como si de un tesoro se tratara, a la vez que respetamos el medio ambiente, vistiendo ropas que no hayan provocado vertidos tóxicos, ni con tintes dañinos ni tejidos plásticos-sintéticos. El lino, la lana, el algodón orgánico, la seda, el hilo de flor de loto… son tejidos nobles que no interfieren con nuestros centros de energía.
Con la estimulación adecuada de nuestra fascia. Practicando ejercicio físico consciente (yoga, taichí, etc.) o de forma pasiva estimulando nuestra fascia, el cuerpo llega a su máxima relajación y equilibrio, también a nivel de los centros chakras. Hagamos todos los días una pequeña tabla de ejercicios muy básica buscando la activación energética de nuestro cuerpo, que no nos lleve más de tres minutos en varias repeticiones. Así nuestro cuerpo activará nuestra energía física.
En esencia nuestros chakras reciben la salud de nuestro ambiente, incluyendo las personas con las que tenemos contacto y también nosotras irradiamos una energía de vibración, con la que influimos a los demás.
Por eso para nosotras es muy fácil vibrar con personas que nos dan buen rollo. Los buenos pensamientos vibran de amor infinito. Y que no falte un buen ABRAZO DE OSO para compartir esa vibración superpositiva con los demás💗💗💗
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