MAMÁS “RARAS”

“Es mi responsabilidad apartarme de lo que me daña. Es mi responsabilidad defenderme de los que me hacen daño. Es mi responsabilidad hacerme cargo de lo que me pasa y saber mi cuota de participación en los hechos”. Jorge Bucay.

Conduciendo por la vida por Any Pascual de anayany.com

Nuestros hijos tienen enfermedades “raras”, capacidades diferentes, condiciones diversas, necesidades especiales…como quieran que lo llamen ahí afuera.

A Any y a mi nos gusta verlo como Mamá Especial (porque yo también soy “rara”), desde la neutralidad, sin ninguna connotación ni positiva ni negativa. El lenguaje no debe de ser una barrera que nos aleje a las madres del objetivo real: ayudar a nuestros hijos formándonos, con pleno compromiso elegido y siempre desde el amor infinito.

También nos encanta el concepto de Mamá Terapeuta porque engloba múltiples aspectos: educativo, físico, emocional, nutricional, cuidados, etc. Incluso el financiero, porque para optimizar todos estos campos es indispensable controlar la economía familiar. Nuestra querida Sonia Castro, a quien estaremos eternamente agradecidas por compartir su historia e inspirarnos a nosotras y a cientos de madres, es nuestra querida y más ilustre Mamá Terapeuta. Pero Mamás Terapeutas hay muchas. Conocemos a muchas, a algunas personalmente, otras por redes sociales o blogs, y a millones ni las conocemos, pero somos conscientes de que están.

Yo particularmente me veo como una Mamá Especial Terapeuta, Maestra, Ecológica, Espiritual…son las partes que más ejerzo, como madre y cuidadora, y a las que les dedico, desde el corazón y por elección propia, más tiempo. Conozco a Mamás Especiales Deportistas, Diseñadoras, Cocineras, Profesionales, etc. Todas englobamos un montón de capacidades diferentes y hay cosas que nos entusiasman y nos definen, ya que es lo que mejor hacemos desde el amor.

Pero no somos Super-heroínas, ni Super-mamás, ni las mejores Mamás del Mundo, ni nadie se puede poner ni por lo más remoto en nuestro lugar 24/7 de cuidados desde el amor más profundo, donde el dolor se transforma en fuerza y el cansancio en resiliencia.

Somos mujeres, ni más ni menos. Ni médicos, ni fisioterapeutas, ni taxistas…Pero la vida nos ha hecho especializarnos en un millón de cosas, aunque el único Título que queremos es el de MAMÁ, en el resto nos hemos saltado la teoría para pasar obligatoriamente a la práctica.

Tenemos hijos con capacidades diferentes (como todo el mundo), con inteligencias múltiples (como todos) y con un corazón que no les cabe en el pecho y que les ancla a la vida.

Tenemos derecho como Madres Especiales a sufrir, equivocarnos, probar…como todo el mundo. Y tenemos derecho a que se nos hable con respeto, se tenga en cuenta nuestra opinión y a decidir lo que consideramos mejor para nuestros hijos. Somos mujeres con criterio, que si lo necesitamos, pedimos ayuda a profesionales o amigos.

Con los años hemos aprendido a escuchar, reflexionar y decidir, aceptando la realidad como es, porque sabemos que todos somos iguales, aunque todos diferentes. Siempre respetamos la historia vital de los demás, porque somos conscientes de que nadie se puede poner en los zapatos del otro. Y eso no lo hemos aprendido en ningún sitio, eso nos lo enseñan día a día nuestros hijos. Nuestros Maestros.

Intentamos ser coherentes con lo que hacemos, pensamos, sentimos, y decimos. Antes que nosotras, ha habido cientos de madres luchadoras que han conseguido los derechos que hoy tienen nuestros hijos, y aunque aún quede mucho por hacer, somos mujeres comprometidas que creamos conciencia a través de nuestros actos.

Respetamos el espacio y los momentos de quien nos acompaña en el camino, porque somos conscientes de que tampoco ha sido fácil para ellos y sabemos que nos ayudan desde el cariño de quien nos ha escuchado en los momentos más duros, pero también en los mejores, sabedores de la debilidad de nuestra situación vital. Gracias a todos los que nos cubren en algún momento porque eso nos da el respiro necesario para continuar: nuestras parejas, los abuelos, amigos, etc.

Somos mujeres atentas y amables porque apreciamos más que nadie el calor humano, pero al mismo tiempo somos guerreras y valientes, porque a veces la sociedad no es capaz de incorporar el término empatía en situaciones de quiebra emocional.

Somos mujeres positivas. Nuestros hijos nos han enseñado a observar la vida desde el lado de la bondad. Su compañía es un regalo diario, así que disfrutamos de cada momento con ellos. Aunque lloramos y nos derrumbamos, sabemos que nuestro ánimo es el que sustenta a la familia, así que somos conscientes de que desde el lado positivo todo es más fácil.

Intentamos configurar un entorno protector, porque nadie nos puede privar de tener momentos malos, pero está claro que si tenemos un entorno saludable, esos espacios estarán más ajustados a las situaciones que así lo requieran.

Nos contagiamos también de emociones saludables. Cuando estamos en compañía de personas pesimistas, un día tras otro, es posible que en algún momento nos sintamos arrastradas hacia esa corriente. Por el contrario, cuando nos rodeamos de personas optimistas, experimentamos sensaciones de bienestar con mayor facilidad gracias a las neuronas espejo. Ya sabemos todo lo negativo que nos rodea, pero necesitamos centrarnos en los positivos, y vibrar de felicidad.

Tenemos un gran poder de reacción. Todas hemos tenido que superar el diagnóstico y sacar fuerzas de no sabemos donde. Después de recibir la noticia todo cambia, y al principio es muy duro y desconcertante. Pero no nos queda más remedio que reaccionar y volver tarde o temprano a la serenidad, tranquilidad y felicidad de nuestra vida familiar.

Buscamos información y soluciones coherentes, aprendemos todos los cuidados necesarios por duros e imposibles que nos parecieran al principio, acompañamos a nuestros hijos desde el amor a lo largo de su camino. Conocemos momentos de profunda felicidad y satisfacción, pero también de máximo dolor. Cada logro, cada progreso de nuestros hijos es una esperanza un pasito para facilitarle la vida . Trabajamos a tiempo completo dentro y fuera de casa para llegar con nuestros hijos al punto de partida del resto de los niños, la salud.

En un día tan señalado como hoy 28 de Febrero, todo nuestro apoyo a las Mamás, a las Familias, a los Amigos que están recorriendo el camino de tener un niño con una de las llamadas «ENFERMEDADES RARAS». ABRAZO DE OSO AMOROSO PARA TODOS💗💗💗

#anayany
#diadelasenfermedadesraras
#mamásespeciales

¡VOLVEMOS A EMPEZAR!

Algo muy importante para nosotras, y que marca nuestra filosofía de vida, es seguir y seguir (continuidad de propósito). Y si hace falta volver a empezar…, ¡pues volver a empezar! (paciencia). Y aprender, aprender en cada paso (estudiar, reflexionar, meditar) y gozar del camino, y del avance de otros (inspiración y guía).

Hoy volvemos de nuevo a empezar. Lo hacemos sabiendo que no podemos hacerlo sin otros. Así que como siempre nos unimos a los mejores.

Avanzamos en nuestro camino vital afrontando el cambio en familia, como siempre, ya que es una decisión tomada entre los tres y que nadie la puede tomar por nosotros. Pero lo hacemos siendo conscientes de que en el camino hay otros muchos, que todos estamos intentado crecer por nuestros hijos, y que la inmensa mayoría de nosotros necesitamos de alguna forma a los demás. Por eso actuamos desde el corazón para el beneficio común.

Por otro lado, aspirar a obtener resultados maravillosos solo para nuestra hija es una pura contradicción. Somos conscientes de que el camino lo hacemos primero por nosotros, pero inconcebible sin los demás. Todos estamos en el mismo barco.

Nuevas ilusiones, retos, metas, cambios…Una nueva etapa para evolucionar, para mejorar, pero partiendo de la experiencia y sin miedos.

Normalmente se suele ver la vida como si fuera una línea recta ascendente, un camino que si lo transitamos durante cierto tiempo, a cierto ritmo dará como resultado llegar en cierto momento a cierto destino. Todo calculable y previsible. Y muchas personas desean este falso ideal.

Nosotros hemos descubierto que en verdad el camino es en ESPIRAL, no en línea recta ascendente, desde la mínima claridad y compresión hasta la mayor claridad y realización. Por el camino, por supuesto, hemos tropezado, y siempre habrá cosas que no salgan del todo bien…Pero esto forma parte del camino y del aprendizaje necesario para evolucionar, seguir disfrutando, compartiendo y siendo felices.

Otra cosa que hemos aprendido con los años es que cuando toca volver a empezar, pero queremos seguir en el camino de una vida feliz, no debemos transitarlo para adelantar a nadie, ni para ganar sobre otros, ni para una creciente perfección, ni por el poder o la riqueza; sino para crecer, todos juntos, conocernos a nosotros mismos, cambiar a nivel individual y grupal, y apoyar el cambio en el Mundo, y así ser más felices, más libres y en definitiva para lograr una creciente plenitud.

Como familia hemos cambiado cientos de veces, y cada cambio nos ha ayudado a llegar hasta aquí y ahora, así que agradecidos infinitamente a todos los que nos han dado el privilegio de seguir a su lado para aprender, crecer y obtener los máximos resultados para nosotros y todos los que nos acompañan.

Hacia el infinito y más allá con todas las familias ABR . Os queremos. Abrazo de OSO.💗💗💗

GRACIAS LEONID BLYUM. Te queremos. Abrazo de OSO 💓💓💓

#anayany
#abr
#leonidblyum

SE ACABARON LOS EXÁMENES


“Me permito buscar lo que considero que necesito del mundo, y no esperar que alguien me dé el permiso de obtenerlo”. Jorge Bucay.

Esta maravillosa frase puede resumir la diferencia entre aprender y estudiar.

Todos los días aprendemos millones de cosas nuevas, y no necesitamos estudiar nada relacionado con ellas. Si un tema nos apasiona profundizaremos en él de forma espontánea, le dedicaremos tiempo y esfuerzo y nos haremos expertos sin querer, porque amamos que eso forme parte de nuestras vidas.

Incorporar de forma aislada y mecánica conocimientos a nuestras vidas ( establecidos por edades), no es aprender. Más bien es cumplir con unas exigencias externas sin sentido alguno para nuestras circunstancias vitales particulares, aunque pedagógicamente perfectas. Es más, puede llegar a ser una forma de desaprender, porque mientras nos tienen entretenidos con sus cosas, nos estamos perdiendo el florecer de los almendros, las mareas más profundas del año, la mejor nevada del invierno…y todo lo que lleva asociado. Un crecimiento personal que no se recupera, porque una y otra vez nos tienen entretenidos con sus lecciones para no dejarnos ver lo que hay ahí afuera.

Resulta triste sacrificar ni un momento tan siquiera, por elegir vivir en sociedad en un país civilizado cualquiera, mientras contemplamos con admiración la libertad de los “salvajes” que están ahí afuera.

Si la educación reglada nos diera la felicidad, todos los occidentales seríamos felices, con nuestras carreras y sabiduría, con nuestro materialismo sin medida y con nuestros conocimientos que nada tienen que ver con la vida.

Quizás haya que buscar un equilibrio, para no perder la niñez y la juventud de los nuestros, sentados en un pupitre estudiando otra vez lo mismo. Y mientras, nosotros trabajando duro para poder pagarles una carrera.

Por fin se han acabado los exámenes y de nuevo otra cosa hemos aprendido. Que el sol sale todos los días para dejarnos ver su brillo y con él la vida, no solo estar pegados a un “libro”.

#anayany
#educacionlibre
#vidafeliz

DESPLEGUEMOS NUESTRAS ALAS


«Nadie se ilumina fantaseando figuras de luz, sino haciendo consciente su oscuridad.» Carl Jung.

Todos tenemos alas.

Algunas personas las utilizamos desde que éramos pequeñas y otros no las verán en toda su vida, pero eso no significa que no las tengan.

Las alas son las que nos hacen volar.

Cuando abrimos nuestras alas es más fácil llegar, que cuando las tenemos cerradas. Con las alas abiertas volamos libres, solos temporalmente, pero así vemos las cosas más claras. Lo bueno es que podemos cerrarlas conscientemente, cuando queramos, y ceder esa fuerza para otras cosas maravillosas.

Si las mantenemos replegadas por un tiempo, estamos sacrificando nuestra posibilidad de volar. Cuando ayudamos a los demás somos muy conscientes de que quizás tengamos que tenerlas replegadas. Simplemente no es nuestro momento de volar, es el momento de estar con los pies en la tierra, arrimando el hombro. A las madres nos pasa mucho esto. Hasta que dejamos que nuestros hijos vuelen solos, y entonces nosotras podemos volver a desplegarlas del todo. O también podemos elegir libremente padres e hijos volar juntos hacia el mismo horizonte durante esta vida. 

Siempre que repleguemos nuestras alas, debemos hacerlo desde el corazón, para que no nos invada la melancolía o la pena. Así permanecerán ahí fuertes, robustas, ágiles, esperando a ser abiertas en el momento necesario.

Y no olvidemos que nunca es tarde para volar. No importa si hace mucho que no desplegamos nuestras alas o si no lo hemos hecho nunca antes o si solo podemos hacerlo ocasionalmente. Saber que están ahí, dispuestas a trabajar por y para nosotros cuando más lo necesitemos, es lo más importante.

Si ahora las tenemos replegadas, de vez en cuando paremos y disfrutemos abriéndolas en la intimidad. Es importante verse a uno mismo tal y como es. Recordar nuestra grandeza.

Y si en algún momento nos cruzamos con alguien que piensa que ya no puede más, recordémosle que puede extender sus alas y volar sobre la tierra. Que no hace falta llegar al cielo, para nada. Que aunque el dolor sea un fuerte pegamento, el amor es el disolvente. Y enseñémosle nuestras alas para que vea el camino.

Cuidado con el ego o la falta de autoestima, son los que nos ciegan. Por eso muchas personas no las ven en toda su vida. Pero si quieren ser ayudados para volar, podemos hacerles de espejo, es mucho más rápido.

Aprendizaje: Somos conscientes de la fuerza de nuestras alas, por eso podemos volar libres.

#alasanayany

#amorinfinito

#vidaeliz

#anayany

¡¡NOSOTRAS NO COCINAMOS!!

La verdad es que cocinar es un arte. Pero nosotras no cocinamos mucho. Más bien crucinamos, elaboramos, especiamos, condimentamos…

Nuestros alimentos son ecológicos así que los respetamos mucho no haciendo ni fritos, ni cocciones largas, ni nada que estropee las propiedades y sabores del alimento. La carne y el pescado a la plancha o al horno, con aceite de coco y especiadas. El pan en la panificadora, con masa madre y harinas sin gluten. Las verduras y hortalizas escalfadas o cocidas, fermentadas, crudas o en zumo. Las legumbres y cereales son lo que más cocinamos estilo macrobiótico (con algas, jengibre y cúrcuma). Y el resto crudo: frutos secos, semillas, fruta, germinados, etc.

Disfrutamos del sabor, textura y color de los productos frescos, ecológicos y sin muchas preparaciones. Además no nos gusta combinar alimentos, preferimos saborear cada uno de estos manjares por separado: acelgas, espinacas, coliflor, brócoli, romanescu, tomate, lechuga, zanahoria, pepino, etc. Y las hortalizas de raíz o aéreas las incorporamos a las legumbres (patata, cebolla, ajo, puerros, apio, calabaza, boniato, remolacha, etc.) y algunas a los zumos.

Simplemente cocinamos de una forma relajada, sencilla y para disfrutar. En conjunto, toda la familia, y después cada uno por separado en la mesa, hacemos nuestros aliños preferidos en el plato, con hierbas aromáticas, aceites de sabores, vinagres, miso, etc. Cada uno a su gusto.

Lo que si hacemos es una Alimentación totalmente Consciente:

– Cocinar estimula los cinco sentidos y nos hace estar en el aquí y ahora.

– Sabemos que la calidad de los alimentos y su procedencia determina la calidad de lo que comemos. Una buena salud nos hace libres y ágiles, así que seleccionamos alimentos de temporada, de cercanía, biológicos y los respetamos a la hora de su elaboración.

– Dedicamos el tiempo necesario para cocinar. Es un acto de cariño hacia nosotras y hacia los que nos acompañan en la preparación, y después en la mesa. Si nos quita demasiado tiempo no nos resulta placentero, así que fácil, rápido y sobre todo rico.

– Las cocciones tienen la capacidad de cambiar la cualidad de los alimentos. La cantidad de agua, sal, tiempo y el corte producen efectos en el organismo. Utilizamos diferentes estilos de cocción (escalfado, vapor, salteado) y evitamos el microondas y materiales como el teflón y el plástico.

– Intentamos combinar texturas y consistencias en cada comida: cremoso, blando, crujiente… para evitar los antojos.

– Nosotras hemos decidido hacer una alimentación disociada, evitando el gluten, la lactosa, la soja… con nuestra particular combinación de alimentos, hasta conseguir unas digestiones ligeras y una nutrición óptima.

Si os gusta cocinar, os relaja, divierte o forma parte de vuestro ocio, a continuación os dejamos unos enlaces a nuestras recetas favoritas de nuestras maestras de la alimentación saludable. Esperamos que os gusten y ¡qué aproveche!!!

https://www.malvanutricion.com/recetas/

https://www.rawfooddietforlife.com/receta-para-san-valentin/

https://tunutricionistaintegrativa.com/category/recetas

http://www.mireiagimeno.com/lista-recetas/ultimas-recetas

https://www.aqdv.es/recetas.php

https://canalcocina.es/recetas/buscar/cocinero/ana-moreno

https://www.misrecetasanticancer.com/p/recetas-anticancer.h…

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