ELEGIR FLUIR O SUFRIR

“Como seres humanos, todos queremos ser felices y estar libres de la desgracia, todos hemos aprendido que la llave de la felicidad es la paz interna. Los mayores obstáculos para la paz interna son las emociones perturbadoras como el odio, apego, miedo y suspicacia, mientras que el amor y la compasión son las fuentes de la paz y la felicidad”. Dalai Lama.

No hemos venido a esta vida a sufrir, pero desde que nacemos nos intentan robar el permiso para ser libres (“haz esto”, “come esto”, “mira esto”, “habla así”, “consigue esto otro”, etc.) y eso nos aleja de nuestra felicidad primigenia y nos lleva a un mayor o menor sufrimiento dependiendo de cuánto nos alejemos de nuestros sueños con las idas y venidas de la vida. 

A mí me ha costado años resolver este conflicto vital que me separaba de lo que realmente soy, de la felicidad y de la compasión. Antes intentaba tapar con emociones perturbadoras lo que no podía afrontar. Sufría, sin ser consciente de que mi descontrol emocional simplemente me llevaba a una actitud de rendición. Ahora sé que soy indomable ante la oposición externa frente a lo que yo puedo realmente ser, manifestar o crear, y lo suficientemente consciente para utilizar las emociones a mi favor. 

Al dar a luz a Any todo cambió. Tras sus diagnósticos toqué fondo. Aprendí lo que era el sufrimiento de madre, lo anterior había sido simplemente el campo de cultivo para mi semilla de rebeldía ante las imposiciones sociales que no entendía. Any, con su ejemplo de libertad, transmutó ese sufrimiento en indomabilidad desde el ejemplo de una vida en paz, felicidad y amor infinito independientemente de las circunstancias. Abrió sus alas y no me dejó caer. Reflejó en mí la luz que ilumina ahora nuestro camino, generosamente, desde el amor  y desde la compasión. 

Tuve que pasar por varios diagnósticos y tocar fondo para abrir los ojos, pero desde entonces todo ha sido más sencillo: aceptar, creer, crear, crecer y cambiar para aceptar la realidad y ser libres. Ahora sé que tapar el sufrimiento, escondiéndome tras las emociones más sencillas de resolver, es más difícil, costoso y doloroso que aceptar o solucionar el verdadero problema.

El miedo, la rabia y la tristeza que me afectaban empezaron a diluirse al ser consciente de que las emociones no son ni buenas ni malas, son adaptativas,  nos ayudan a todos a seguir adelante, a sobrevivir, y nos acompañan en cada despertar. Ahora soy consciente de por qué están ahí y de cómo utilizarlas conscientemente para avanzar en el camino, en espiral, aceptando lo que puede ser entendido como “malo” y lo que nos parece “bueno”. Yo elijo, desde la neutralidad, la consciencia y el conocimiento. Al ver el mapa completo, el ego y las emociones se han transformado en vehículos de propulsión hacia el siguiente tramo del camino. La alegría, por ejemplo, puedo manifestarla como parte de mi neutra felicidad o como indicativo de que todo vaya bien. Pero si la utilizo como refugio, sé que puede manifestarse como euforia, ansiedad… en que yo sea por momentos muy mental, o esté muy en las ideas y poco conectada con la realidad y con el suelo. Yo elijo. Mi rabia sé que no tiene por qué reflejar nada negativo. Cuando quiero avanzar en el camino, la utilizo para que me dé coraje, fuerza, determinación, capacidad de lucha, etc. Yo elijo. Con la tristeza puedo buscar deseo de aprobación, reconocimiento, necesidad de que me quieran o descargar simplemente. Gracias a la empatía puedo controlar mi reacción ante los demás: si decido que el sufrimiento ajeno me cause a la larga un sufrimiento y acabar refugiándome tras alguna emoción ajena, o elijo escuchar, acompañar y  respetar el camino de la otra persona. Otras actitudes que manifiesto en ocasiones combinan varias emociones, como la culpa que puede suponer por ejemplo una mezcla de rabia con tristeza. O la resignación que puede ser una mezcla de tristeza con miedo. O la compasión…

Ahora sé que soy libre para elegir mi vida. En el tema de las emociones el mayor aprendizaje ha sido que nada es bueno ni malo, sino simplemente necesario en ese momento, y que tan negativa es la falta como el exceso. El equilibrio y el manejo consciente me ayudan en el día a día. 

La libertad, felicidad y prosperidad surgen al jugar de forma consciente según cómo quiera afrontar la vida en ese momento. Yo decido qué me afecta, cómo y cuándo. Y me dejo fluir. Lo que puedo manejar, lo elijo, y lo que no, lo acepto con las emociones que yo elija según el momento, identificando mis emociones a través de mis deseos: la tristeza puede implicar deseo de aprobación; la rabia, deseo de control; el miedo, deseo de seguridad; la alegría deseo de ser especial, etc. Soy yo misma, no perfecta, con todas las consecuencias. Acepto que sí hay una pequeña porción de cosas sobre las que puedo decidir en mi vida y tomo acción, elijo, amo y creo lo que deseo. 

Utilizar conscientemente las emociones, sin hacer daño a los demás y a una misma, para crecer y hacerse indomable, supone la aceptación del juego de la vida desde el empoderamiento. 

Ahora sé que aceptar la vida tal y como es, con nuestras circunstancias, no consiste en rendirse a un futuro predicho, sino que implica empoderamiento desde la aceptación de la realidad actual pero cambiando continuamente para avanzar en el camino. 

En nuestro aceptar hay paz, felicidad y amor. La aceptación no es un refugio por una situación inevitable. Afrontamos el dolor desde la aceptación, sin resignación. Lo importante es haber despertado para disfrutar del camino de la vida y haber dejado de utilizar las emociones para escondernos. 

Para ser libres solo hace falta respirar, estar vivos. Sin más. El resto, o lo aceptamos, o lo cambiamos, o nos hará sufrir la vida.

Aprendizaje: Disfrutemos de todos nuestros sentimientos desde la libertad.

#anayany

#amorinfinito

#vidafeliz

LIBERTAD TEMPORAL

«No se trata de controlar nuestra vida, pues ésta siempre será una aventura, precisamente por eso merece la pena; sino de creer en el aventurero, en su capacidad de hacer de los obstáculos retos con los que crecer y conocer mejor sus dones: vivir es aceptar la aventura.» Carlos González.

Nosotras no usamos reloj. Para nosotras la libertad pasa por no contar las horas. Pero ayer encontramos uno en un armario y lo pusimos a las 10:50. Y tiempo después, seguían siendo las 10:50.

Inevitablemente Any se ha puesto a recitar a Jorge Bucay y su “reloj parado en el pared”.

Y al mismo tiempo nos resultó hermoso pensar que habíamos parado el tiempo.

Muchas veces no sabemos ni qué día es, ni en qué momento del día estamos. Solo el Sol y el hambre cambian nuestro ritmo y marcan nuestras pausas.

LIBERTAD. Que bonito ha sido abrazarnos diciéndonos “te quiero” y pensando en lo afortunadas que somos de disfrutar de algo tan maravilloso. Tiempo.

Sentimos que por nosotras no pasan las mismas horas que para los demás, aunque la estatura de Any aumente, mis canas abunden y veamos a diario el amanecer. Disfrutamos tanto de todo este espacio temporal a diario, de estar juntas y ser felices…

También del silencio y del discurrir de los días sin atarnos a cosas que nos hacen creer que el tiempo pasa igual para todos. 

Los horarios absurdos, las citas a veces estresantes, los compromisos… los limitamos a días concretos o un ratito concreto del día. Y de nuevo a la Nada. La Nada infinita de posibilidades atemporales y mágicas.

Disponer del tiempo día tras día es para nosotras parte de la verdadera Libertad, para poder SER y ESTAR plenamente en la NADA aunque ahí afuera pasen cosas. Hacer de la vida una meditación es mucho más interesante que meditar durante un pequeño tiempo del día.

Seguimos haciendo lo que nos gusta y entonces es cuando pensamos que no pasa el tiempo.

Aprendizaje: Cuando vives en la nada el tiempo no existe.

#anayany

#vidafeliz

#amorinfinito

UNA DE CUENTOS

Hay una tribu africana que tiene una costumbre muy bonita. Cuando alguien hace algo perjudicial y equivocado ellos llevan a la persona al centro de la aldea, y toda la tribu se acerca y lo rodea. Durante dos días ellos le dicen a la persona todas las cosas buenas que él hizo. 

La tribu cree que cada ser humano viene al mundo como un ser bueno. Cada uno de nosotros deseando seguridad, amor, paz, felicidad.  Pero a veces, en la búsqueda de esas cosas las personas cometen errores. La comunidad percibe aquellos errores como un grito de auxilio.

Entonces ellos se reúnen para enderezarlo, para reconectarlo con su verdadera naturaleza, para recordarle quien él realmente es, hasta que se acuerde totalmente de la verdad de la cual él se había desconectado temporalmente.

Sawabona es un agradecimiento y quiere decir: «Yo te respeto, yo te valoro, vos sois importante para mí».

En respuesta las personas dicen: Shikoba, que significa: «Entonces yo existo para vos».

Aprendizaje: Sawabona Shikoba.

#anayany

#amorinfinito

#vidafeliz

@anyespiritual

CUIDANDO DE NUESTROS CUERPOS

“Solo hay un bien, el conocimiento. Y solo hay un mal, el desconocimiento”. Odile Fernández.

Nosotras tratamos de equilibrar, armonizar y energetizar nuestro ser a través de los alimentos y también nutrimos el cuerpo físico respirando, bebiendo y siendo felices, para alimentar nuestros pensamientos, nuestro ánimo y el alma.

No comemos por supervivencia, por placer, por pertenencia a un grupo… comemos con el objetivo consciente de optimizar nuestra vida, equilibrando el hambre física, emocional, mental y espiritual. Una vez que tenemos afortunada y saludablemente satisfecha el hambre física, viajamos por los diferentes tipos de hambre para que todos estén satisfechos. Miramos hacia el interior, hacia que necesita como alimento nuestro cuerpo emocional, espiritual y mental.

Aprendemos a diario para que nuestros pensamientos rápidos no dirijan nuestras vidas, según unas normas y sistemas establecidos por otros, y no nos dominen las creencias en blanco o negro. 

Nos centramos en las sensaciones que nos envía el cuerpo, en nuestro instinto, y facilitamos que el resto de hambres sean nutridas.

Sabemos, por nuestra experiencia en Parálisis Cerebral, que los cambios saludables en el cuerpo físico son muy lentos y que es cuestión de paciencia si queremos conseguirlos. Nosotras hemos tenido que estudiar mucho para entender que el proceso de avance de Any a nivel físico tiene que ser necesariamente lento. Un avance rápido puede suponer un desequilibrio inaguantable. 

A los cuerpos emocional y espiritual nadie nos ha enseñado cómo alimentarlos, por eso nos dan miedo, por lo desconocido. Y a veces no los queremos conocer bien, porque entonces pesan mucho. Lo que nosotras tenemos claro es que no utilizamos la comida para alejarnos de ellos, inhibirlos, taparlos…

Nuestra mente, la torre de control, está llena de información y es rápida como un cohete. No nos deja tiempo para reflexionar, porque ya está en otra cosa. Así que nos paraliza o nos confunde con todas las posibilidades. Conocer nuestra mente alimenta nuestro cuerpo.

Como vivimos desde el corazón, buscamos alimentarnos con equilibrio, moderación y sin extremos.

Damos importancia a cómo ingerimos los alimentos: texturas, colores, sabores, sensaciones, energías, temperaturas… para alimentar a todos nuestros cuerpos y órganos vitales, al mismo tiempo que somos conscientes de otras necesidades que también nos nutren.

Nuestro cuerpo físico necesita descanso, respirar, movimiento, lavarnos, que vayamos a terapia, etc., que son también alimentos.

Nuestro cuerpo emocional necesita que nos escuchen, nos ayuden, nos acompañen, etc. Y un medio de eliminación de la basura acumulada. Porque nosotras somos las creadoras de nuestras emociones, no los demás. Necesitamos amor propio, ver el amanecer, el olor de los pinos, música…

Para el cuerpo mental buscamos tranquilidad, silencio, relajación, visualización… Calmamos la mente y aquietamos nuestros pensamientos con ejercicio físico, bailar, cantar, etc. Porque cuando el cuerpo se cansa la mente descansa.

Y el cuerpo espiritual lo alimentamos siendo conscientes y agradeciendo, orando y meditando. Tenemos que elevar nuestra vibración como seres de luz que somos, seres energéticos. Descodificamos nuestra alimentación, para que nuestro campo áurico esté equilibrado. 

Nosotras somos conscientes de que los cuatro cuerpos tienen que formar un equipo para vivir en PAZ desde el AMOR y ser FELICES. Amarnos y amar a los demás está muy relacionado con lo que comemos a todos los niveles.

Alimentar todos nuestros cuerpos siendo conscientes de nuestras acciones y relaciones es muy importante.

Tenemos un cerebro en la cabeza y otro en el intestino y ambos están conectados. Esta conexión es muy importante para que nuestros neurotransmisores funcionen bien, como la dopamina o la serotonina. Estas controlan nuestro estado de ánimo, nuestro comportamiento,  y depende también de la calidad de nuestro sistema digestivo. Por su lado, cada órgano corporal tiene una emoción diferente, y según cómo comamos, nuestros órganos estarán más o menos saludables: mucha proteína nos hará estar irascibles y coléricos; etc. 

Peso, barrera de toxinas, síntesis de vitaminas, formación de neurotransmisores, defecación, absorción de nutrientes, estado de microbiota… todo está basado en la conexión entre nuestro sistema digestivo y el cerebro. Por lo tanto nuestra consciencia depende también de los alimentos que ingerimos, la calidad de la microbiota que tengamos y de la absorción correcta de los nutrientes para nuestro cerebro. 

Por eso nosotras no intoxicamos nuestro cuerpo con alimentos “sucios” que nublan nuestra vida y nos pueden hacer confundir la falta de voluntad con el no poder hacer algo… Nada de comida ultra procesada, azúcar, carbohidratos simples, gluten, leche, exceso de proteína, aditivos, etc. Evitamos los antinutrientes (trabajo externo) y favorecemos la asimilación de los alimentos (proceso interno).

Nuestras Hormonas, Sistema Digestivo y Sistema Nervioso van de la mano. Necesitamos comida saludable, higiene en nuestra vida y aprender a gestionar nuestros recursos y distinguir si necesitamos comer mejor, o saber que aunque comamos de forma saludable necesitamos un abrazo, salir a dar un paseo, desconectar… Todo es alimento. Y descansar durante la noche también es importante para nuestro sistema. Para nosotras es tan simple como hacer un ayuno 16/8. Un ayuno físico, pero también emocional y mental. 

Sensibilidad salutogénica, amor infinito y consciencia ecológica a la hora de alimentarnos. 

Aprendizaje: Nutramos nuestro ser.

#anayany #28mayo #amorinfinto #vidafeliz #saludmujer  #salud #saludyfelicidad #mujeres #maternidad #saludybienestar #nosotras #madres

ENERGÍA LIBRE O ERROR PREDICTIVO

“No estoy loco, soy mentalmente divergente” de la película “12 monos”.

Si pensamos en que la satisfacción humana es igual al resultado real menos las expectativas que teníamos esto nos indica que  hay algo más profundo que refleja nuestra manera de relacionarnos con el entorno. 

Por un lado, sentimos, a través de miles de millones de sensores repartidos por nuestro cuerpo, y por otro lado, el cerebro recibe esos datos y los organiza para poder tener una “visión” lo más exacta de lo que pasa. 

El cerebro para funcionar tiene que predecir, buscar patrones, que le ayuden a formarse una “imagen” del entorno. Y este proceso no tiene fin. Es un continuo camino de prueba y error que trata de minimizar las diferencias entre lo que predice que es (su “imagen” del entorno), y lo que los “sensores” le transmiten que sienten. 

Esa diferencia es lo que se denomina Energía Libre.

Por ejemplo. Any muchas veces, en su círculo virtuoso de rehabilitación, pasa por periodos en los que “siente” realmente que se cae cuando está tumbada en la cama cómodamente. Su actitud es de pánico porque se da una circunstancia discordante entre sus sensaciones y la realidad. Si su Energía Libre fuera cero, sus sistemas estarían perfectamente “calibrados” y estarían dando unas predicciones exactas de lo que la rodea pudiendo tener Any un comportamiento tranquilo según lo esperado. Digamos que se sentiría muy segura. 

Pero Any , como todos, a veces no acierta. Si sus sensores transmiten algo y el cerebro no es capaz de asociarlo a un patrón que le permita predecir adecuadamente el entorno, todo su sistema se desorganiza.

Esta teoría proviene de la física y las matemáticas. Este concepto es una extensión del modelo Bayesiano que concibe el cerebro humano como una máquina de hacer predicciones y ajustar los errores de estas. 

El cerebro humano minimiza esos errores a través de la acción. Es decir necesita interactuar con el mundo. Necesita moverse por él y a través de esa interacción corrige lo que los sentidos le transmiten. Es algo absolutamente fantástico, y se denomina Inferencia Activa. Siente, predice, revisa la predicción, asume el error, actualiza el modelo de predicción y sigue adelante. 

El cerebro, en esa búsqueda constante de minimizar la Energía Libre, no solo ajusta el modelo predictivo para satisfacer los inputs de los sensores, va mucho más allá y es capaz de actuar para chequear si es el modelo predictivo el que tiene que prevalecer sobre los sensores. 

Ejemplo de Shaun Raviv en un artículo publicado en Wired:

“ Imaginemos que mi cerebro infiere que me estoy tocando la nariz con mi dedo índice de la mano derecha, pero al mismo tiempo nuestros sensores de movimiento (propioceptores) me dicen que el brazo lo tengo colgando, ¿qué es lo que hace el cerebro? Primero recoge que hay una discrepancia que genera Energía Libre. En segundo lugar, y esto es lo maravilloso, en su modelo predictivo duda de los sensores y para confirmar esa duda, me hace levantar el brazo y que el dedo índice me toque cualquier parte de la cara. Al confirmar este error sensorial inicial, recalibra el sensor, no el modelo predictivo. Es un proceso continuo de percepción, acción, planificación y resolución de problemas con un objetivo, minimizar la Energía Libre.”

Cuando la Energía Libre es alta, el cerebro intenta minimizarla, pero si no puede porque no es capaz de asignar un modelo predictivo adecuado a lo que los sensores le transmiten, aparecen ciertos trastornos mentales. Alguien con esquizofrenia es incapaz de asignar un modelo del mundo que case con lo que sus ojos le transmiten provocándole alucinaciones y delirios. De hecho, en los últimos años, el concepto de la Energía Libre se está aplicando para una mejor comprensión de enfermedades tales como la ansiedad, la depresión, la psicosis, o incluso ciertos síntomas de autismo, Parkinson o psicopatías.

Aprendizaje: Para vivir de una forma saludable es indispensable relacionarnos correctamente con el entorno minimizando la energía libre en esa relación.

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