FAMILIAS ESPECIALES CONSCIENTES: CRIANZA CON-PASIÓN.

Las Familias Especiales Conscientes del siglo XXI  criamos desde el amor mutuo infinito, la igualdad intergeneracional y el deseo de aprender los unos de los otros. Nos despertamos a diario dando gracias por poder disfrutar de otra mañana al lado de nuestros seres queridos, y vivir a tope, conscientemente y con-pasión un día más. Acompañamos a nuestros hijos en su propio y particular florecer, amándolos como son y aprendiendo día a día a amarnos a nosotros, como mamá y papá, en esta nueva y distinta etapa de la vida. 

Somos Familias Especiales Conscientes, porque uno de nuestros miembros tiene unas condiciones vitales distintas a lo estadísticamente frecuente, pero también porque tenemos una conexión con nuestros hijos desde el amor incondicional, desde el cuidado sensato, desde la presencia amorosa, a través de una relación respetuosa y un acompañamiento emocional mutuo.

Ser una Familia Especial Consciente no se trata de ser perfectos, sino de saber vivir con las circunstancias que nos han tocado, felices y con-pasión.

¡Feliz Día Internacional de la Familia!❤️❤️❤️

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AMOR INFINITO.

“Cada momento que paso sin las personas a las que amo es un momento de tiempo perdido”. J. R. R. Tolkien.

Nos despertamos todos los días y juntos elegimos amarnos, cuidarnos y cubrir nuestras necesidades. Eso define para nosotras una Familia: la elección libre de convivencia entre cada uno de sus miembros.

Cuando nos hicimos conscientes del valor de poder amar y ser amado, la vida nos cambió, porque nos dimos cuenta de lo maravilloso de relacionarnos con todo de la misma manera. Por eso para nosotros el amor es infinito.

Compartimos sueños que hacemos realidad desde el amor, el respeto mutuo, la libertad… siendo ejemplo los unos para los otros de lo que es realmente amar desde el corazón. Simplemente nos dedicarnos atención, sin prisas, en esas tardes eternas de sonrisas que nunca terminan. Compartimos vida y nos regalamos continuamente pedacitos de tiempo, de abrazos, besos… ¡Y mañana que salga el sol por donde quiera!, pero los momentos mágicos que elegimos crear juntos los vivimos a tope. Creamos experiencias, actividades placenteras en familia, donde nuestra cabeza solo está pendiente de ser felices y disfrutar del momento. ¡Y que se pare el Mundo! Porque ninguna experiencia puede ser bien atendida si no se crea y disfruta desde el amor, la unidad y el bien común. 

A diario creamos nuestro estilo de vida para que las dificultades no pesen más que el amor. Sabemos que no hay recetas ni atajos para la felicidad, solo desde el amor infinito se disfruta plenamente de la vida. Cuando surgen las dificultades, los problemas, las discusiones, la enfermedad, etc., el motor para ayudarnos a seguir adelante surge naturalmente del aprendizaje diario del corazón. Por eso cultivamos y cuidamos en cada momento el amor familiar, por un bien común mayor, y así, si aparece la cara menos favorable de la vida, afrontamos ese momento presente desde los frutos del amor.

Aprendizaje: Uno solo llega antes, pero juntos elegimos llegar más lejos.

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CUIDADORAS

«El regalo más preciado que podemos dar a otros es nuestra presencia. Cuando nuestra atención plena abraza a los que amamos, florecen como flores’ Thich Nhat Hanh.

Todos podemos encontrarnos en nuestras vidas con un rol para el que en un principio nadie está preparado: cuidador o “necesitador” del cuidado 24 horas al día. Si lo pensamos, tener a alguien al lado que nos cuide, es simplemente la materialización del Amor en una de sus formas. Cuidar es Amar. Por eso cuando la vida nos acercan a un cuidado más consciente debido a una circunstancias especiales, reconocemos enseguida este binomio inseparable.

Y en ese papel estamos muchas mujeres del siglo XXI, que elegimos trabajar o no fuera de casa, muy activas e inquietas a la hora de ayudar a los demás, que nos sentimos bien y seguras de nosotras mismas, con mucha energía, con la sabiduría suficiente de la vida para  permitirnos afrontar las cosas con fuerza y que aceptamos, además, el rol de ayudar a nuestros seres queridos acompañándolos en su camino desde el Amor Infinito, libremente. 

Elegimos aceptar este rol, que nos ha dado el destino, de dar y recibir los cuidados de quienes nos rodean

Solas, en pareja, con más o menos ingresos y formación… como colectivo, presentamos unos rasgos que no están pasando desapercibidos, ni en nuestro entorno ni para los médicos, rehabilitadores u otros profesionales que interactúan con nosotras. Cada vez tenemos más peso para la industria, ávida de nichos de negocio: ortopedias, adaptaciones, salud, etc. Ya somos un grupo muy numeroso, grandes consumidoras de todo lo relacionado con la rehabilitación, la nutrición, el cuidado personal, etc., lo que crea oportunidades de negocio y nos da relevancia social. De ahí que ya nos tengan en cuenta como un grupo muy importante de consumo, apoyo a los profesionales de la salud, y nos consideren necesarias en la sociedad para el cuidado de parte de la población, tanto de nuestros familiares más jóvenes con necesidades de apoyo en la vida diaria como de nuestros mayores, que forman una población cada día más representativa.

Somos mujeres de hoy en día, valientes, lúcidas y comprometidas que rebosamos proyectos, energía y seguridad en nosotras mismas. 

Con los años y el transcurrir de la vida hemos decidido mantener o no nuestro trabajo, pero hemos elegido cuidar siempre de los demás y a la vez “dejar” que nos cuiden. 

Tenemos también otras identidades: esposas, trabajadoras en casa, estudiantes, profesionales… entre otras, aunque nos dedicamos en alma y corazón a ser cuidadoras, haciéndonos cargo de nosotras mismas y de quienes más nos necesitan, desde el respeto, el conocimiento de quien aprende de la experiencia y, sobre todo, desde el Amor Infinito. 

Por motivos políticos y económicos, todavía nos vemos obligadas a no tener descanso, formación al alcance de todas o suficientes ayudas, sin embargo celebramos la plenitud de ser orgullosas cuidadoras de quienes nos necesitan y ayudan para seguir adelante, a la vez que cultivamos nuestro crecimiento en todas las áreas de la vida.

Afrontamos nuestra situación con la mirada de las personas del siglo XXI, aportando nuestro granito de arena para que los profesionales que nos rodean nos hablen de igual a igual, y lo más importante, los y nos respeten y traten con humanidad. 

Somos personas que disfrutamos de lo que hacemos, pero somos conscientes de que necesitamos ayuda para mantener nuestra energía, salud y libertad. La ayuda de TODOS: familiares, profesionales, Estado…

Sabemos poco de todo y mucho de «mundología» porque tratamos con mucha gente en el entorno del cuidado familiar, hemos vivido muchas experiencias (tanto enriquecedoras como duras) y lo mismo hemos estado horas y horas en las salas de espera de un hospital que hemos ayudado a que nuestros hijos, por ejemplo, logren hitos que ni los profesionales se pueden creer.

Somos mujeres del siglo XXI y como tales desarrollamos nuestro crecimiento personal, profesional, emocional y espiritual. Tenemos una vida feliz con nuestras circunstancias y estamos llenas de ilusiones. Hemos tomado las riendas de nuestras vidas, sabemos pedir ayuda si la necesitamos y aprendemos todos los días cosas nuevas mientras aplicamos nuestros cuidados desde el Amor Incondicional, la Generosidad Infinita y la Esperanza de mejorar la vida de la familia.

Las circunstancias vitales de cada una de nosotras es diferente a todos los niveles (económico, social, etcétera) pero lo que nos une es más fuerte que lo que nos diferencia. El AMOR. Sabemos que es darlo todo a cambio de nuestra mejor recompensa, una sonrisa, una mirada o un abrazo inesperado entre los que nos cuidamos a diario.

No somos ni maestras, ni enfermeras, ni fisioterapeutas, ni logopedas, ni nutricionistas… aunque ejercemos de todo ello a diario. Somos las mejores alumnas de las formaciones que nosotras mismas nos pagamos o simplemente seguimos adelante sin ayuda a base de ensayo-error. Somos grandes investigadoras buscando lo mejor para la vida de las personas que tenemos a nuestro cargo, y aprendemos rápido a buscar soluciones a los problemas que nos surgen por el camino. 

Esta es la vida, llena de felicidad y de lucha, de muchas mujeres que hemos decidido cuidar a nuestros seres queridos.

Solo espero que la próxima vez que alguien se cruce con nosotras (conocidos, familiares, profesionales, personal de la administración, etc.) vean a las mujeres que somos: bellas por dentro y por fuera, formadas, capacitadas, en continuo crecimiento y orgullosas de nosotras mismas y de nuestras familias. 

Aprendizaje:  Hoy será otro día para disfrutar de la compañía de los seres que más nos aman y a los que más amamos en la vida. 

GRACIAS.

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FAMILIAS CRIADORAS

“Los sentimientos de valor sólo pueden florecer en un ambiente donde se aprecien las diferencias individuales, se toleren los errores, donde la comunicación sea abierta y las reglas sean flexibles, el tipo de ambiente que se encuentra en una familia cariñosa.” Virginia Satir.

En la Familia, estar disponibles los unos para los otros es maravilloso. Porque criar implica a toda la Familia, no solo a la Madre.

Demos a la Familia Presente y Consciente el valor que tiene. Al estar presente los conflictos, problemas y soluciones, que surgen en el camino de la vida, son comunes y se resuelven pronto y siempre desde el amor.

Compartamos en Familia tiempo, espacio, mente y espíritu desde la calma de estar aquí y ahora, acompañándonos y cuidándonos mutuamente.

Digamos a nuestros hijos que los amamos. Digámonos todos a todos que nos amamos.

Sin juicios, ni prejucios expresemos todas nuestras emociones familiarmente. Las emociones son energía que percibimos en nuestro cuerpo y que hay que liberar al exterior, desde el respeto, cuando estamos juntos. Todas, no solo las “bien vistas” como la alegría. Todas. Sacar y compartir para equilibrar, desde el mejor rollo posible. Escuchemos las señales de los demás, apliquemos la empatía y evitemos llegar a los extremos. No nos guardemos nuestros “no” dentro. Además un “si” para nosotros mismos, siempre implica un “no” para los demás, así que ahí debe de surgir la aceptación en el Equilibrio Familiar, teniendo en cuenta que todas nuestras necesidades básicas estén cubiertas.

Compartamos una convivencia amorosa priorizando la atención mutua, en vez esperar a que surjan las crisis desde la atención negativa de quien sufre y se revela o queja teniendo conductas disruptivas.

Los valores se aprende con el ejemplo en la Familia mientras compartimos tiempo: trabajo en Equipo, empatía, compasión, libertad, felicidad, salud física, emocional y mental, ayuda, equilibrio, orden, responsabilidad, verdad, amor, etc.

Por eso la presencia es un maravilloso regalo para los nuestros, seamos conscientes y criemos en Familia.

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CUIDADORAS

«El regalo más preciado que podemos dar a otros es nuestra presencia. Cuando nuestra atención plena abraza a los que amamos, florecen como flores’ Thich Nhat Hanh.

Todos podemos encontrarnos en nuestras vidas con un rol para el que en un principio nadie está preparado: cuidador o “necesitador” del cuidado.

Y aquí estamos las mujeres del siglo XXI, que elegimos trabajar o no fuera de casa, muy activas e inquietas a la hora de ayudar a los demás, que nos sentimos bien y seguras de nosotras mismas, con mucha energía y con una sabiduría de la vida que nos permite afrontar las cosas con fuerza y que aceptamos, además, el rol de ayudar a nuestros seres queridos acompañándolos en su camino.

Solas, en pareja, con más o menos ingresos y formación… como colectivo, presentamos unos rasgos que no están pasando desapercibidos ni en nuestro entorno ni para los médicos, rehabilitadores u otros profesionales que interactúan con nosotras. Somos las últimas responsables de los cuidados de nuestros familiares.

Cada vez tenemos más peso para la industria, ávida de nichos de negocio: ortopedias, adaptaciones, salud, etc. Ya somos un grupo muy numeroso, grandes consumidoras de todo lo relacionado con la rehabilitación, la nutrición, el cuidado personal, etc., lo que crea oportunidades de negocio y nos da relevancia social. De ahí que ya nos tengan en cuenta como un grupo muy importante de consumo, apoyo a los profesionales de la salud, y nos consideren necesarias en la sociedad para el cuidado de parte de la población, tanto de nuestros familiares más jóvenes con necesidades de apoyo en la vida diaria como de nuestros mayores, que forman una población cada día más representativa.

Somos mujeres de hoy en día, valientes, lúcidas y comprometidas que rebosamos proyectos, energía y seguridad en nosotras mismas.

Con los años y el transcurrir de la vida hemos decidido mantener o no nuestro trabajo, pero hemos elegido cuidar siempre de nuestros hijos, hermanos, padres, etc. Tenemos también otras identidades: esposas, trabajadoras en casa, estudiantes, profesionales, entre otras, aunque dedicamos nuestra vida en su mayor parte a ser cuidadoras, haciéndonos cargo de nosotras mismas y de quienes más nos necesitan, desde el respeto, el conocimiento de quien aprende de la experiencia y, sobre todo, desde el amor infinito.

Por motivos políticos y económicos, todavía nos vemos obligadas a no tener descanso, formación o suficientes ayudas, sin embargo celebramos la plenitud de ser orgullosas cuidadoras de quienes nos necesitan para seguir adelante.

Afrontamos nuestra situación con la mirada de las mujeres del siglo XXI, mujeres que deseamos que los profesionales que tratan a nuestros familiares nos hablen de igual a igual, y lo más importante, los y nos respeten y traten con humanidad.

Somos personas que disfrutamos de lo que hacemos, pero somos conscientes de que necesitamos ayuda para mantener nuestra energía, salud y libertad. La ayuda de TODOS: familiares, profesionales, Estado…

Sabemos poco de todo y mucho de «mundología» porque tratamos con mucha gente en el entorno del cuidado familiar, hemos vivido muchas experiencias (tanto enriquecedoras como duras) y lo mismo hemos estado horas y horas en las salas de espera de un hospital que hemos ayudado a que nuestros hijos, por ejemplo, logren hitos que ni los profesionales se pueden creer.

Somos mujeres del siglo XXI y como tales desarrollamos nuestro crecimiento personal, profesional, emocional y espiritual. Tenemos una vida feliz con nuestras circunstancias y estamos llenas de ilusiones. Hemos tomado las riendas de nuestras vidas, sabemos pedir ayuda si la necesitamos y aprendemos todos lo días cosas nuevas mientras aplicamos nuestros cuidados desde el amor incondicional, la generosidad infinita y la esperanza de mejorar la vida de la familia.

Las circunstancias vitales de cada una de nosotras es diferente a todos los niveles (económico, social, etcétera) pero lo que nos une es más fuerte que lo que nos diferencia. El AMOR. Sabemos lo que es darlo todo a cambio de nuestra mejor recompensa, una sonrisa.

No somos ni maestras, ni enfermeras, ni fisioterapeutas, ni logopedas, ni nutricionistas… aunque ejercemos de todo ello a diario. Somos las mejores alumnas de las formaciones que nosotras mismas nos pagamos o simplemente seguimos adelante sin ayuda a base de ensayo-error. Somos grandes investigadoras buscando lo mejor para la vida de las personas que tenemos a nuestro cargo, y aprendemos rápido a buscar soluciones a los problemas que nos surgen por el camino.

Esta es la vida y lucha de muchas mujeres que hemos decidido cuidar a nuestros seres queridos.

Solo espero que la próxima vez que alguien se cruce con nosotras (conocidos, familiares, profesionales, personal de la administración, etc.) vean a las mujeres que somos: bellas por dentro y por fuera, formadas, capacitadas, en continuo crecimiento y orgullosas de nosotras mismas y de nuestras familias.

Lo que si hemos aprendido desde el primer día de ocupar el rol de cuidadoras es que, aunque sea muy duro, hoy será otro día para disfrutar de la compañía de los seres que más nos quieren y a los que más queremos en la vida. GRACIAS.

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Somos Flexivegetarianas.

«Que tu medicina sea tu alimento, y el alimento tu medicina» Hipócrates.

Cuida tu Salud para poder ser libre.

En una sociedad como la actual se confunde ingerir alimentos procesados con alimentación y como dice nuestro querido Karmelo Bizkarra, «La Nutrición es el Arte de saber Alimentarte».

Nosotras no somos vegetarianas, aunque muchas veces nos han calificado como tal por la cautela en nuestra alimentación y el control de los alimentos de origen animal que ingerimos.

Nosotras somos Flexivegetarianas Ecológicas, y así obtenemos las proteínas y los beneficios, por ejemplo, del pescado azul pequeño o del Krill o de la Carne Ecológica de animales criados en libertad, a la vez que priorizamos los alimentos de origen vegetal.

Cuidar nuestra alimentación forma parte de nuestra práctica diaria de la salutogénesis: del latín “salus”, Salud, y del griego “Génesis”, origen, creación de. Su significado es por lo tanto, “Génesis de la Salud”. Mientras otras visiones patogénicas se pregunta por qué nos enfermamos, en la Salutogénesis nos preguntamos cómo podemos mantenernos sanos. Salud como la Salida de la Luz interior para poder ayudar. Y Génesis de la materia como la condensación de la energía y la consciencia.

Y la alimentación salutogénica es parte fundamental de la Libertad del Ser Humano.

Si quieres cambiar tu alimentación te recomendamos ponerte en manos de profesionales que te ayuden a controlar el proceso. Conocemos casos de personas que decían cuidarse mucho y han acabado con enfermedades graves.

La alimentación no es un juego, es pura alquimia, consciencia y creación, y no debemos jugar a ser Dioses. Busquemos ayuda si queremos mejorar. Hoy en día hay grandísimos profesionales en todas partes dispuestos a enseñarnos. Consúltanos si no sabes donde encontrarlos.

Además para nosotras es fundamental saber canalizar la energía del Mundo Vegetal en el camino hacia la espiritualidad, gran aliado de la Salud física y mental. La materia vegetal te vuelve más consciente y también evita trastornos importantes. Cuando doy hasta mi último aliento, espiro, soy espiritual. Y para dar hasta el último aliento tienes que tener energía y la energía te la dan los alimentos.

El Alimento te energetiza, el Agua te vitaliza, el Aire te organiza y el Fuego te moviliza, de ahí puedes llegar a sitios donde nunca habías pensado llegar.

Que tu alimento sea tu medicina para el cuerpo y para el alma.

Mi familia como un equipo de confianza.

 

Cuando en nuestra familia ha surgido una dificultad importante, nos tomamos una pausa.

Al principio resulta duro, pero después nos acabamos dando cuenta de que para que sea sostenible, tenemos que reinventarnos todos los miembros en función de lo que ha ocurrido.

El ser humano es muy emocional. Y esas emociones las tenemos que mostrar a la familia para que el equipo evolucione.

Cuando existe un cambio, surge el miedo a lo nuevo. Y normalmente el miedo paraliza.

Por oposición, la confianza motiva, así que cuando surge un problema nosotros generamos en todo el equipo más confianza para vencer el miedo y poder ser felices.

Para nosotros es importante que todos los miembros estemos abiertos al cambio en distintos campos: en el entorno físico, las costumbres, las comidas, la forma de disfrutar del tiempo de ocio…entendiendo que nuestra familia está viva y cambia con el tiempo.

Nosotros hemos comprobado, por ejemplo, que creando un nuevo entorno, en nuestro caso, es más fácil dar origen a esta nueva circunstancia familiar. Por eso nos encanta cambiar de lugar de residencia.

E igual que trabajamos los cambios de hábitos, trabajamos las emociones: rabia, miedo, felicidad… siendo conscientes y decidiendo cambiar las emociones negativas que van surgiendo por otras positivas.

Gestionamos la situación anímica en equipo y nos dejamos influir por lo positivo, siendo conscientes de que el estado de ánimo perdura en el tiempo, y que nos podemos permitir todos los días de emociones negativas que necesitemos, dentro de una vida feliz.

Al superar juntos el miedo nos sentimos bien creando un nuevo camino.

Por eso somos conscientes de las sensaciones, emociones y acciones que surgen, para ser felices a pesar de las circunstancias, eligiendo ver el lado positivo de las cosas para ser una familia emocionalmente más sostenible.

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