“Después de tantos años estudiando la ética, he llegado a la conclusión de que toda ella se resume en tres virtudes: coraje para vivir, generosidad para convivir, y prudencia para sobrevivir”. Fernando Savater.
Nuestra transformación individual consciente consiste en cambiar la mentalidad que nos intentaron e intentan inculcar desde la sociedad normótica (educación reglada, medios de comunicación, etc.), a una vida en verdadera libertad, en paz y felices. Un cambio continuo y para nosotras inevitable, para adaptarnos, no desde la rebeldía frente a esta sociedad perpetuamente distópica, sino desde la indomabilidad de quien siente la vida de otra manera. Ni la lucha ni la pasividad nos han dado buenos resultados para esta mágica transformación, sin embargo vivir desde el amor, independientemente de las circunstancias, ha producido la continua y verdadera transformación para acercarnos día a día a nuestra vida imperfectamente soñada.
Hoy hemos aprendido que un corazón indomable transforma la energía mental en consciencia vital.
“El sueño del ego se transforma en sueño del espíritu cuando transcendemos el interés propio y nos enfocamos en servir a toda la humanidad”. Any Pascual.
El que se sabe creador es un eterno soñador que sueña siempre en grande, ama la naturaleza que le rodea, ama al prójimo, es feliz, vive en paz, disfruta de la vida…
Porque el mayor sueño es vivir.
Nosotras somos unas incansables soñadoras y agradecemos cada nuevo día para volver a soñar. Agradecemos todos los días nuestra capacidad de respirar, de eliminar, de nutrirnos, de hidratarnos, etc. Son funciones que, para la mayoría, están en piloto automático, pero que nosotras valoramos muchísimo, conscientes de que somos las responsables de nuestra salud. Por eso soñamos mientras tomamos acción a partir del conocimiento para transformar esos sueños en la energía que nos mueve y nos mantiene con vida, el amor, y así vivir felices con nuestras circunstancias.
Sí se puede, ese es nuestro mensaje en anayany.com.
Sí se puede soñar, independientemente de las circunstancias.
“En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente”. Khalil Gibran.
Vivir con los demás es un arte que nosotras cultivamos, conscientes de que los seres humanos somos seres sociales, familiares y no individuales. Por eso aprendemos a diario a convivir por el bienestar emocional común.
Para lograr disfrutar, en una sociedad tan distópica, nosotras hemos decidido dotar de sentido nuestra vida, llenarla de buenas vibras, pequeños actos felices y un discernimiento sensato y sensible para poder reflejar nuestra vida feliz, independientemente de las circunstancias, en la sociedad que nos rodea.
Conscientes de que todos somos distintos, elegimos a diario convivir, estar juntas, y hacer que nuestra vida vibre más allá de estas cuatro paredes.
No aspiramos a que todo siempre sea perfecto, ahí, afuera, pero sí mágico, como aquí, dentro, aunque haya días duros. ¿Por qué no intentar sacar nuestro interior para impregnar todo el Universo de amor? Dejamos salir todo lo que llevamos dentro, compartiéndolo, mientras disfrutamos el camino. De ahí nace anayany.com.
Todos los días meditamos sobre cómo crear nuestra próxima aventura, lo más sencilla posible, para ser las personas que deseamos ser; y crear otro día, otro cuento de hadas lleno de amor, paz, empatía, felicidad, compasión, diversión, solidaridad, etc. Y si llueve, que llueva, que mañana seguro que volvemos a ver el sol.
Nos apoyamos mutuamente como personas que nos amamos, con intensidad, consciencia y sensatez. Ponemos metas a nuestros anhelos y vamos obteniendo pequeños triunfos que nos llenan de satisfacción y felicidad. Y lo compartimos con los demás. En una sociedad melancólica, triste y complicada, creemos que siempre hay lugar para un rayito de luz, y que se agradece.
Y cuando nos visitan los miedos, los malos recuerdos, las dificultades o las penas, las afrontamos como parte de la vida, apoyándonos mutuamente y agradeciendo lo que somos, sentimos y tenemos, porque con nuestros defectos y virtudes seguiremos caminando tras cada amanecer, para crear un nuevo día maravilloso para el Universo. Todo pasa. La vida continúa.
Hoy hemos aprendido que aprender a convivir es mágico.
“Es a través de la ciencia que probamos, pero es a través de la intuición que descubrimos”. Henri Poincare.
Nosotras escuchamos a nuestra intuición, a nuestros pensamientos más internos, siguiendo a nuestro corazón y observando los deseos de nuestro ego.
Por eso aprovechamos cualquier ocasión para disfrutar de ese instante mágico, desde la neutralidad, observando la belleza que forma parte del presente continuo.
Celebramos cada nuevo día, cada acto puro, la belleza, el amor, los simbolismos, las fiestas, los triunfos… Nos encanta aprovechar cualquier momento para brindar por la vida. Hoy, celebramos la unidad plural consciente, en la que cada Ser armoniza con los demás, y las puertas de la Magia se abren para co-crear re-creando un año más el Universo (11-11-11-11). Además, este año es el dos mil veintidós. ¡Doblemente mágico!
Hoy (y cada once de noviembre) aprendemos que celebrar todos juntos alegra los corazones y nos alinea con el espíritu de la Vida. ¡Felicidades!
“Busquemos el fuego de la chispa que ya está dentro de nosotros”. Kamand Kojouri.
La transformación personal a lo largo de la vida es la verdadera chispa que enciende el fuego de las ganas de vivir. Nuestra naturaleza esencial, la felicidad de vivir desde el amor, surge del cambio. Cuando vivimos desde el amor nos damos cuenta de que no hay nada que obtener ni nada que perder, sino mucho para dar, mucho que recibir y mucho que compartir con el mundo. Entonces es cuando despertamos y recibimos lo que necesitamos multiplicado, de modo que nuestras necesidades corpóreas, terrenales, emocionales, mentales, energéticas y espirituales están cubiertas y aún contamos con más recursos “sobrantes” para dar en mayor medida, amando poder dar, igualmente que hemos recibido.
Dar, compartir, convivir… nos hace a todos más sabios, felices y capaces de mantener la paz. Somos uno, somos todos, somos amor que se prende con cada chispa al ayudar a los demás a lo largo del camino.
Hemos aprendido que la chispa de la vida surge del fuego interno que se genera con la energía del amor.
