CONVERSACIONES BAJO EL HÓRREO.

Cerrando la temporada de «Conversaciones bajo el hórreo» con un fantástico tema: «Cuidar al cuidador».

Ha sido maravilloso poder compartir charla con Covadonga Cienfuegos, Cristina Caballero y Fran García-Bernardo.

Muchísimas gracias Cova por la invitación. Cuenta con nosotras para dar todo nuestro apoyo con la Asociación Sonrisas KCNQ2.

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¿NOS MINTIÓ DARWIN?

“Mientras nuestros genes funcionan como el escenario, nosotros determinamos el papel que representaremos y elegimos los personajes con los cuales interectuaremos y, a cambio, el escenario se adapta a nosotros. Estamos siempre modificando nuestros genes con nuestra palabras y nuestras acciones”. “Supergenes”  Deepak Chopra.

No somos humanos que evolucionamos por competencia y lucha, evolucionamos por cooperación. 

Aunque ya Darwin mostró cómo en innumerables sociedades de animales, la lucha por la existencia desaparecía completamente a favor de la cooperación, que conduce al desarrollo de las facultades intelectuales y de las cualidades morales, lo cual asegura a esa especie las mejores oportunidades de vivir y prosperar, como muchas veces ocurre, la mala interpretación que se realizó posteriormente de su teoría nos llevó a todos a un pensamiento erróneo.

Y como dice Miguel de Unamuno: «Solo el que sabe es libre y más el que más sabe. Sólo la cultura da libertad. No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas; no la de pensar, sino dad pensamiento. La libertad que hay que dar al pueblo es la cultura». Solo a través de la cultura y de una educación adecuada, con una visión más abierta, se abrirán las puertas al establecimiento de una nueva racionalidad, una racionalidad que ignore la existencia de la competencia y deje paso a un estilo de vida que se sustente en la cooperación. 

Aprendizaje: Cooperación es evolución.

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SILENCIO

“El silencio es como un submarinista en el mar de nuestro ser”. Any Pascual.

Cada día nosotras abrimos nuestra mente para ver la belleza de lo diverso que hay en cada ser sobre la tierra por ser distinto, y a la vez igual a nosotras al formar parte del todo. Así nos resulta muy fácil abrir nuestro corazón a la ternura, la compasión, la empatía, etc. Al conocer el funcionamiento de nuestra mente consciente podemos buscar el equilibrio y silenciarla en determinados aspectos a través de la expansión de nuestra mente abstracta y la experiencia propia o ajena. Así somos capaces de ver más allá de la influencia cultural global y kármica y eso nos hace indomables y libres.

Aprendizaje: El silencio de nuestra mente nos hace acceder a la verdadera libertad.

DONES

“Tu talento determina lo que puedes hacer. Tu motivación determina cuánto estás dispuesto a hacer. Tu actitud determina qué tan bien lo haces”. Lou Holtz.

Todos tenemos dones, pero para aprovecharlos hay que tener claro que somos, simplemente, un canal para ayudar a los demás. Un Don es una cualidad. Todos poseemos alguno, y si lo reconocemos y aceptamos nos hará especialmente válidos, creativos, carismáticos, capaces de impactar en el mundo, de hacer el bien con facilidad, etcétera. Nuestro don hace que eso en lo que somos especiales, eso para lo que servimos y que nos ayuda a servir, nos resulte fácil. No sabemos por qué justo eso, solo sabemos que es “poderoso”, que nos llena de energía y nos hace sentir felices. Si no los usamos, nos costará avanzar por el camino de la felicidad.

Un don es una fuente de energía, y bien utilizado crea “magia”. Cuanto más lo usamos, más se desarrolla, y eso crea un círculo virtuoso en el que cada vez somos más conscientes y hábiles. Pero por otro lado, si no los aprovechamos para el bien común y nos domina el egoísmo, puede destruirnos.

Podemos reconocerlo de forma muy precoz, espontánea y fácilmente, o no verlo nunca. 

Muchas veces lo asociamos a nuestra vocación (músico, profesor, escultor, terapeuta, bailarina, etc.), aunque también puede haber dones muy distintos como una gran intuición en temas concretos, una empatía profunda, etc. Hay dones más cotidianos que no suelen crear problemas, y también hay dones más raros que nos pueden cambiar mucho la vida. Es cuestión de observar un poco, y saber que son una gracia y a la vez una responsabilidad, así que es importante hacer buen uso de ellos y ser congruentes en nuestro camino.  La razón de que muchas personas no conozcan sus dones, no es del don ni de la persona, el problema es que no hay un entorno social que pueda acoger con normalidad ese don. Por ejemplo, una persona muy sensitiva nacida en una cultura indígena probablemente se convertirá en chamán y será altamente valorada en la tribu. Esa misma persona, nacida en occidente, tiene muchas posibilidades de acabar siendo cuestionada al menos como rarita. El don es el mismo, pero en un entorno la persona que lo posee recibe educación de qué es y cómo utilizarlo, y en el otro se le dice que eso está mal y no se le dan herramientas para controlarlo y usarlo. Esa falta de conocimiento puede desestabilizar muchísimo.Por miedo a lo desconocido, o a las consecuencias sociales, se puede incluso negar un don “raro”, y esto puede crearnos realmente mucho sufrimiento.

Usar todos nuestros dones de forma discreta puede ser lo más inteligente en una sociedad tan materialista como la actual. Podemos usarlos sin que se note, pasando desapercibidos. Por ejemplo, alguien muy intuitivo puede pensar en maneras lógicas y racionales de explicar a su entorno lo que ha intuido y su posible desenlace, y por tanto hacer cosas a favor de que eso ocurra, o al revés. Su entorno simplemente pensará que es muy listo y no necesitará explicar más. 

Si cada uno ejerciéramos con normalidad nuestros dones, trabajáramos en algo relacionado con ellos y compartiéramos los frutos, la tierra sería el cielo, pues cada uno ocuparía su lugar en la vida.

Aprendizaje: Encontraremos la paz interior cuando pongamos nuestro don al servicio de la humanidad.

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EL ARTE DE ESCUCHAR

“Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar”. Ernest Hemingway.

Tan importante es saber hablar como saber escuchar y callar en ocasiones.

“Orador” viene de “oración”, orar. Hablar bien invita al otro a orar, a conectarse consigo mismo, a escuchar también su propia voz. De ahí la importancia de saber escuchar para saber hablar y llegar al alma.

No privemos a nadie de la palabra porque estaremos coartando su libertad. Hablando se entiende la gente, cerrando el vehículo de comunicación solo aumentamos los problemas.

Las palabras son un arma poderosa, según el tono, la forma con que se digan, en el momento que se digan, pueden motivarnos y ayudarnos, o todo lo contrario.

Pero seamos conscientes de que escuchar es un arte. Aunque no todas las personas saben o quieren escuchar para enriquecerse, aportar cosas a la conversación, ayudar a los demás y a la vez ayudarse a ellos mismos. 

Pero seamos conscientes de que escuchar es un arte. 

Aprendizaje: Si escuchamos sabremos hablar y aún más importante, callar.

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