Vera es para nosotras el “no verano”, verano sin no. Y ahí estamos, en este momento “atemporal” climatológicamente y positivo energéticamente para cosechar y emprender proyectos nuevos. Lo que la sabiduría china llama dojo. Un buen momento vital para estar juntas, reformar y transformar. Una etapa fantástica para crecer, aprender y disfrutar. Un momento maravilloso para confiar, disfrutando de los frutos y agradeciendo lo que viene.
La Ruta de las Xanas es un hermoso sendero ubicado en el concejo de Santo Adriano, en la zona central de Asturias, al norte de España. Son 6 kilómetros (ida y vuelta) con dificultad media-baja. ¡Toda una aventura para quien no hace este tipo de actividades habitualmente! ¡Pero lo disfruté muchísimo!, obviando las pendientes y escalones de la “andaina” (como diría mi querida Ana Orense).
Empezamos con una rampa “rompepiernas” hasta llegar a un desfiladero muy estrecho con paredes verticales. Un paisaje impresionante, con maravillosas cascadas y pequeñas pozas de agua que en su conjunto crean un lugar totalmente mágico. El entorno natural es espectacular (incluso si te fijas bien puedes vislumbrar las xanas: hadas de gran belleza que viven en los ríos y fuentes astures). Solo hay que disfrutar mientras te ves rodeada de tanta belleza natural: miles de avellanos, acebos, nogales, castaños, helechos, musgo, etc. Dejarse sorprender por toda esta vida es un regalo impagable. Gracias, chicos.
Si tienes la oportunidad de visitar Asturias, esta ruta es una excelente opción para conectar con la naturaleza y disfrutar de la vida plena🌿🥕🌝
El mundo mágico de los Celtas se rige por la rueda del tiempo, que marca ocho momentos, ocho festividades, fundamentales para el desarrollo natural de la vida y de todo lo que existe. Estos rituales ancestrales llamados Sabbats (palabra que significa descansos, fiestas, y de la cual proviene el nombre del día Sábado) se relacionaban estrechamente con los cambios estacionales: los solsticios, equinoccios, las épocas de cosecha y siembra, de luz y oscuridad, de nacimiento y muerte, el crecimiento, la decadencia y el reposo de la naturaleza.
Estos días, nosotras disfrutamos de Litha, la celebración del verano, que coincide con el solsticio. Representa el ciclo agrario centrado en los cereales, y es un momento de prosperidad y descanso. Por fin ha llegado el tiempo de recoger el fruto de lo que hemos sembrado a lo largo de nuestra existencia por eso estos días han sido festejados durante miles de años por diferentes culturas y civilizaciones. Y es que al conectar una vez más con la Madre Tierra nos damos cuenta de que estos días no solo son los más largos del año, sino que también son un regalo del Sol para nuestro planeta.
Durante el solsticio de verano, el Sol llega a su punto álgido en el cielo, y descansa por un rato (Solsticio quiere decir “Sol quieto”) para así renovar su luz y abundancia, su calidez y energía. En estos días, podemos experimentar sincronías, brotes de inspiración y creatividad, cambios y descubrimientos… Es la ocasión perfecta para alegrarnos al empezar a ver asomar los frutos de todo aquello que llevamos trabajando, tanto a nivel material, como emocional, como espiritual, como físico, desde el solsticio de invierno.
Por eso, para permitir que la energía solar de esta enorme estrella impregne cada una de nuestras células, nos convertimos en receptoras limpias y equilibradas, en un canal armónico y bien preparado, a través de los baños de Sol y de una alimentación que, como siempre, limpia nuestro cuerpo de toxinas y la mente de energía negativa, depura los órganos y también pone a punto nuestros canales energéticos. Damos gracias al Sol por los alimentos que con su luz nos dan energía, pues nuestro cuerpo es el resultado de lo que comemos, de cómo lo comemos y de qué pensamos sobre lo que comemos. Celebramos el culto a la vida, a la exuberancia de lo que ahora crece y la alegría del fuego.
Durante la festividad celta de Litha es el momento de compartir, de salir, de bendecir al sol, de disfrutar con los seres queridos, de la naturaleza. Los días son luminosos, la fuerza y belleza del Sol que lleva prosperidad a todo lo que existe. Representa el fin de la oscuridad, de la esterilidad y el comienzo de la época más fértil y luminosa, cuando se empieza de nuevo. Todo lo que evoque el poder de la naturaleza y el del Sol nos da energía positiva, la energía de Litha.
Durante Litha, la diosa de la tierra se expresa y comparte, igual que las tierras y sus cosechas.
Saludos también al Dios del Sol que se hace protagonista pues ha llegado el momento de su mayor fortaleza.
Hoy en día, vivimos en una sociedad muy conectada tecnológicamente pero muy desconectada de los ritmos de la vida vegetal, muy desvinculada de los ciclos naturales, por lo que nosotras habitualmente abrimos los ojos y festejamos la belleza de la naturaleza para unirnos a ella. En esta época nos hemos sorprendido y abrumado dando un paseo por bosques y campos, observando cómo los árboles comienzan a reverdecer, la savia que sube con fuerza por su corteza inunda ramas y tallos, y decora con tonos verdes las hojas nuevas que pintan el paisaje. Y sobre el verde de hojas y praderas, las infinitas tonalidades amarillas, azules y violetas de todas las flores primaverales: dientes de león, tréboles, margaritas, rosas… Algunas forman parte ya de nuestro altar de celebración. Es el momento de abrir nuestros pulmones, y respirar el delicioso y dulce aroma de las flores, arbustos y árboles que florecen en estos momentos, como el saúco, la bola de nieve, la menta o el árbol del té.
Todos los días hay motivos para celebrar. Estar vivas es el mejor motivo de celebración. Pero hoy además celebramos la fiesta celta de Beltane (del 30 de abril al 1 de mayo). Es el día que marca el inicio de la mitad más luminosa del año. “Beltane” significa el «buen fuego» o «fuego luminoso». Su nombre representa la idea de la luz y del calor. Es el puente entre el equinoccio de primavera y el solsticio de verano. Beltane es el punto álgido de la primera, un tiempo de luminosidad, inspiración y creatividad. Nosotras usamos el mágico momento de esta ocasión para planificar nuevos proyectos y celebramos este momento en el que la energía de la primavera alcanza su punto máximo, la exaltación de la naturaleza, rindiendo culto a la tierra, la vida y el renacer.
Estos días hemos visto desde nuestra ventana cómo la tierra florece en todo su esplendor desde el calor de la creación que fluye gracias al agua mágica del rocío que da la vida. Tierra, aire, agua y fuego, que es luz y sol, se unen de nuevo en uno de los momentos anuales en el que nos conectamos con la energía de la vida. Un momento de plenitud, de crecimiento, con abundancia, y de renacimiento. Este año, lo fusionamos con una de nuestras fiestas favoritas, el Día de la Madre, y creamos el Día de la Madre Naturaleza. La vida nos rodea e invita a la alegría y el amor. Honramos lo masculino y lo femenino que hay en cada una de nosotras y que nos nutre y da vida. También practicamos el agradecimiento por los dones y placeres que nos da la tierra y todos los seres vivos. Beltane es una fiesta solar, y por lo tanto, las flores (sobre todo las de color amarillo) son las grandes protagonistas de esta fiesta, además de ser las más abundantes en estos momentos. Botones de oro, ranúnculos, dientes de león… Ya están en nuestra mesa, alegrándonos con su belleza la vista y el corazón.
Además existen muchas celebraciones ancestrales conectadas con los ritmos de la naturaleza que se siguen celebrando de una u otra forma en nuestra cultura. Por ejemplo, en el norte de España es común disfrutar del Palo de Mayo (un gran tronco bien clavado en el suelo, que se adorna con flores y cintas de colores entrelazadas, alrededor del cual se baila). Este es un momento muy bueno para renovar votos y afianzar las alianzas entre tribus, clanes y familias, fortaleciendo sus relaciones. También hay otras costumbres ancestrales como la de subir a la colina más cercana para observar la salida del sol para bañarse con sus rayos. Y otras como beber en fuentes naturales y manantiales, donde se cree que los rayos del sol han quedado atrapados durante todo el invierno. Los ritos antiguos de las fiestas de Beltane se han ido transformando en las ofrendas florales de las que disfrutamos hoy en día, como la ofrenda a la Virgen, en el mes de mayo o mes de María. También tiene mucho que ver la fiesta de San Isidro, el 15 de mayo, patrón de los agricultores, que no solo se celebra en Madrid, sino en muchos pueblos de España, sobre todo en las zonas rurales.
Nosotras agradecemos poder ser testigos de esta maravilla natural que reconforta nuestro corazón, nos anima a emprender nuevos proyectos y a crear a partir de tanta belleza. Gracias Madre Tierra por ser nuestra Guía Vital y Maestra.