UNA DE INGENIO.

“¿De qué sirve el ingenio cuando no nos divierte? No hay nada más fatigoso que un ingenio triste”. Ivan Turgueniev.

¿QUÉ SE VENDE EN ESTA TIENDA?.

Un hombre entra a una tienda y se produce la siguiente conversación con el tendero:

— ¿Cuánto cuesta 3? —pregunta el cliente.

—400€ —responde el tendero.

— ¿Y cuánto cuesta 100? —pregunta el cliente.

—400€, también —responde el tendero.

— ¿Y cuánto cuesta 13? —pregunta el cliente.

—500€ —responde el tendero.

—Está bien, me llevaré 22 —dice el cliente.

—Muy bien, van a ser 900€ —responde el tendero.

Solución: En la tienda se venden letras (o rótulos con letras). Cada letra de cada palabra cuesta 100€.

«… ÉRASE UN AHORA» por Any Pascual.

Así que cuando tu historia llegue a su fin
Asegúrate de que trata de lo que haces bien.

Entonces, cuando mi historia se recuerda,
Es mi poesía la que veo.

Ahí voy…
Érase un ahora, me encuentro su mirlo.
Érase un ahora, soy un hada.

Érase un ahora un millón de palabras,
Hago más de una buena acción;
Amo plenamente en lo profundo.

Así es como vivo mi érase una vez un ahora…
Por ahora.

(…)

El poema(rio) no es la vida, pero sí es el centésimo.
Pasemos esta página y veamos lo que hay…

UNA DE CUENTOS.

LAS CUATRO ESTACIONES.

Cuentan que una vez, un hombre muy anciano, cansado de escuchar las quejas de sus cuatro hijos, y de ver cómo juzgaban a otros hombres constantemente, decidió darles una lección. Mandó a cada uno de ellos a visitar un peral que estaba lejos, muy lejos. Pero mandó a cada uno de sus hijos en distintas estaciones del año. Así, el hijo mayor fue en invierno, el segundo, en primavera. El tercer hijo fue a observar el peral en verano, y el último, en otoño.

Cuando terminaron de visitar todos al peral, el hombre reunió a sus hijos y les preguntó:

– Y bien, explicarme cómo es el árbol que habéis visto.

Comenzó a hablar el hijo mayor:

– Un árbol horrible, desnudo, con ramas retorcidas. Sin duda, un esperpento de árbol.

– ¡Qué va!- dijo entonces el segundo hijo- ¡El árbol estaba repleto de brotes dispuestos a nacer! Todo un árbol lleno de promesas…

– No sé qué habéis visto vosotros, hermanos, pero no es lo que yo vi- dijo el tercer hermano- Mi peral estaba repleto de flores. Es un árbol lleno de vida y vitalidad. De dulzura, plenitud y mucha belleza.

– Pues yo no lo vi como tú dices, hermano- dijo el más pequeño- Mi árbol tenía frutos, estaba lleno de peras jugosas y listas para comer. Pero el peso de la fruta encorvaba las ramas y las hojas estaban a punto de marchitarse. Se le veía cansado y sus hojas estaban a punto de caer.

– Todos tenéis razón- dijo entonces el padre- Cada uno de vosotros habéis visto el árbol en una estación diferente y éste ha cambiado. Por eso, no podéis juzgar al árbol por cómo es en una sola estación, sino en todas ellas. Igual ocurre con las personas. Tampoco podéis juzgarlas por cómo son en un momento dado. Y como ese árbol, solo podréis recoger los frutos de la vida al final del trayecto, cuando ya hayáis pasado por todas las estaciones de la vida…

Aprendizaje: No juzgues a nadie por cómo es en un momento dado ni intentes recoger los frutos de la vida antes de tiempo.

Social media & sharing icons powered by UltimatelySocial

Si te gusta anayany.com, ¿por qué no te suscribes?

YouTube
Instagram
Twitter
Visit Us
SOCIALICON
Subscríbete