Cuando Any era pequeña iba ocasionalmente al cole, nunca fue regularmente por no perder mucho tiempo de aprendizaje. Allí se empeñaban en “enseñarle” a Any cosas muy simples o funcionales, supongo que por su diagnóstico de Tetraparesia Espástica. Yo utilizaba las horas que no estaba en el colegio para enseñarle a leer, inglés, conocimientos enciclopédicos generales, matemáticas, finanzas, educación para la salud, educación física, conocimientos naturales, espiritualidad, etc. Aunque sinceramente a los 3 años empezó a leer y desde ese momento yo solo le facilitaba los materiales, hasta que con 7 años tuvo su primer portátil y después el móvil, lo que le supuso ser completamente autónoma en su formación integral.
Muchos “profesionales” del sistema educativo consideraban que yo era aún más “rara” o “diferente” que mi hija, por decirlo dulcemente.
Hoy en día estoy muy orgullosa de Any y no cambiaría nada de su educación. Hemos respetado su esencia, potenciado sus virtudes y animado a que haga realidad sus sueños independientemente de las circunstancias. Ha escrito su libro, es una persona maravillosa, habla varios idiomas, cultiva a diario su lado espiritual, mental, emocional y sus finanzas, se auto-hace varias horas de su terapia a diario, ama y ríe… En resumen, es feliz.
SÍ SE PUEDE. Solo hay que predicar con el ejemplo y si queremos resultados diferentes, hacer cosas distintas.
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