¿NOS MINTIÓ DARWIN?

“Mientras nuestros genes funcionan como el escenario, nosotros determinamos el papel que representaremos y elegimos los personajes con los cuales interectuaremos y, a cambio, el escenario se adapta a nosotros. Estamos siempre modificando nuestros genes con nuestra palabras y nuestras acciones”. “Supergenes”  Deepak Chopra.

No somos humanos que evolucionamos por competencia y lucha, evolucionamos por cooperación. 

Aunque ya Darwin mostró cómo en innumerables sociedades de animales, la lucha por la existencia desaparecía completamente a favor de la cooperación, que conduce al desarrollo de las facultades intelectuales y de las cualidades morales, lo cual asegura a esa especie las mejores oportunidades de vivir y prosperar, como muchas veces ocurre, la mala interpretación que se realizó posteriormente de su teoría nos llevó a todos a un pensamiento erróneo.

Y como dice Miguel de Unamuno: «Solo el que sabe es libre y más el que más sabe. Sólo la cultura da libertad. No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas; no la de pensar, sino dad pensamiento. La libertad que hay que dar al pueblo es la cultura». Solo a través de la cultura y de una educación adecuada, con una visión más abierta, se abrirán las puertas al establecimiento de una nueva racionalidad, una racionalidad que ignore la existencia de la competencia y deje paso a un estilo de vida que se sustente en la cooperación. 

Aprendizaje: Cooperación es evolución.

#anayany

#vidafeliz

#amorinfinito

SILENCIO

“El silencio es como un submarinista en el mar de nuestro ser”. Any Pascual.

Cada día nosotras abrimos nuestra mente para ver la belleza de lo diverso que hay en cada ser sobre la tierra por ser distinto, y a la vez igual a nosotras al formar parte del todo. Así nos resulta muy fácil abrir nuestro corazón a la ternura, la compasión, la empatía, etc. Al conocer el funcionamiento de nuestra mente consciente podemos buscar el equilibrio y silenciarla en determinados aspectos a través de la expansión de nuestra mente abstracta y la experiencia propia o ajena. Así somos capaces de ver más allá de la influencia cultural global y kármica y eso nos hace indomables y libres.

Aprendizaje: El silencio de nuestra mente nos hace acceder a la verdadera libertad.

DONES

“Tu talento determina lo que puedes hacer. Tu motivación determina cuánto estás dispuesto a hacer. Tu actitud determina qué tan bien lo haces”. Lou Holtz.

Todos tenemos dones, pero para aprovecharlos hay que tener claro que somos, simplemente, un canal para ayudar a los demás. Un Don es una cualidad. Todos poseemos alguno, y si lo reconocemos y aceptamos nos hará especialmente válidos, creativos, carismáticos, capaces de impactar en el mundo, de hacer el bien con facilidad, etcétera. Nuestro don hace que eso en lo que somos especiales, eso para lo que servimos y que nos ayuda a servir, nos resulte fácil. No sabemos por qué justo eso, solo sabemos que es “poderoso”, que nos llena de energía y nos hace sentir felices. Si no los usamos, nos costará avanzar por el camino de la felicidad.

Un don es una fuente de energía, y bien utilizado crea “magia”. Cuanto más lo usamos, más se desarrolla, y eso crea un círculo virtuoso en el que cada vez somos más conscientes y hábiles. Pero por otro lado, si no los aprovechamos para el bien común y nos domina el egoísmo, puede destruirnos.

Podemos reconocerlo de forma muy precoz, espontánea y fácilmente, o no verlo nunca. 

Muchas veces lo asociamos a nuestra vocación (músico, profesor, escultor, terapeuta, bailarina, etc.), aunque también puede haber dones muy distintos como una gran intuición en temas concretos, una empatía profunda, etc. Hay dones más cotidianos que no suelen crear problemas, y también hay dones más raros que nos pueden cambiar mucho la vida. Es cuestión de observar un poco, y saber que son una gracia y a la vez una responsabilidad, así que es importante hacer buen uso de ellos y ser congruentes en nuestro camino.  La razón de que muchas personas no conozcan sus dones, no es del don ni de la persona, el problema es que no hay un entorno social que pueda acoger con normalidad ese don. Por ejemplo, una persona muy sensitiva nacida en una cultura indígena probablemente se convertirá en chamán y será altamente valorada en la tribu. Esa misma persona, nacida en occidente, tiene muchas posibilidades de acabar siendo cuestionada al menos como rarita. El don es el mismo, pero en un entorno la persona que lo posee recibe educación de qué es y cómo utilizarlo, y en el otro se le dice que eso está mal y no se le dan herramientas para controlarlo y usarlo. Esa falta de conocimiento puede desestabilizar muchísimo.Por miedo a lo desconocido, o a las consecuencias sociales, se puede incluso negar un don “raro”, y esto puede crearnos realmente mucho sufrimiento.

Usar todos nuestros dones de forma discreta puede ser lo más inteligente en una sociedad tan materialista como la actual. Podemos usarlos sin que se note, pasando desapercibidos. Por ejemplo, alguien muy intuitivo puede pensar en maneras lógicas y racionales de explicar a su entorno lo que ha intuido y su posible desenlace, y por tanto hacer cosas a favor de que eso ocurra, o al revés. Su entorno simplemente pensará que es muy listo y no necesitará explicar más. 

Si cada uno ejerciéramos con normalidad nuestros dones, trabajáramos en algo relacionado con ellos y compartiéramos los frutos, la tierra sería el cielo, pues cada uno ocuparía su lugar en la vida.

Aprendizaje: Encontraremos la paz interior cuando pongamos nuestro don al servicio de la humanidad.

#anayany

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EL ARTE DE ESCUCHAR

“Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar”. Ernest Hemingway.

Tan importante es saber hablar como saber escuchar y callar en ocasiones.

“Orador” viene de “oración”, orar. Hablar bien invita al otro a orar, a conectarse consigo mismo, a escuchar también su propia voz. De ahí la importancia de saber escuchar para saber hablar y llegar al alma.

No privemos a nadie de la palabra porque estaremos coartando su libertad. Hablando se entiende la gente, cerrando el vehículo de comunicación solo aumentamos los problemas.

Las palabras son un arma poderosa, según el tono, la forma con que se digan, en el momento que se digan, pueden motivarnos y ayudarnos, o todo lo contrario.

Pero seamos conscientes de que escuchar es un arte. Aunque no todas las personas saben o quieren escuchar para enriquecerse, aportar cosas a la conversación, ayudar a los demás y a la vez ayudarse a ellos mismos. 

Pero seamos conscientes de que escuchar es un arte. 

Aprendizaje: Si escuchamos sabremos hablar y aún más importante, callar.

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MOTIVOS

por Any Pascual

 “Un genio es alguien que ha tomado posesión de su mente y la dirige hacia los objetivos de su interés, sin dejar que las influencias externas le quiten las ganas de seguir adelante o le guíen por mal camino”. Napoleon Hill.

Todos los seres humanos nos movemos por motivos. Cada persona actúa o decide no actuar según sus propios motivos, sus propios valores, su propia y única manera de entender el mundo, que es lo que la convierte en un ser humano individual y capaz, con sus dones personales que aportar.

La verdadera educación saca a la luz esos motivos. El primer paso para conocernos a nosotros mismos es descubrir las razones por las que somos así.

Todos los seres somos uno, todos los seres tenemos consciencia (de algún tipo, la mayoría diferente a la nuestra como humanos). Es como los rayos de luz, nosotros solo podemos percibir con claridad los del espectro visible, y aun así sabemos que existen otros de una mayor y menor frecuencia. Todo en el universo está hecho igual que todo lo demás.

Y los seres humanos tenemos una gran cualidad, la de ser tanto humanos como seres, tanto cuerpos físicos que pueden actuar en el entorno como entes espirituales con un alma propia y capacidad de elección. Si alguien ha podido lograr algo, cualquiera puede, independientemente de las circunstancias, si decide conectarse con el estado vibratorio sincronizado y sintonizado con esa posibilidad. Somos responsables de nuestras propias vidas, porque siempre tenemos la opción de cambiar de camino. Es una decisión. En realidad, todos nosotros tomamos miles de millones de decisiones cada segundo de nuestras vidas. La mayoría son tomadas por nuestras células, o por nuestro inconsciente, y aun así son decisiones nuestras, porque siempre podemos cambiar.

Dependiendo de lo que comamos (una decisión consciente), nuestras células cambian.

Dependiendo de aquello en lo que nos enfoquemos, el subconsciente también cambia.

Entonces, si todo cambia siempre con cada decisión… ¿Qué permanece inalterable? El espíritu, y el espíritu se expresa a través de los motivos y los propósitos de vida. También podemos cambiar la forma de expresión, al igual que un paisaje puede ser expresado en una novela o en un cuadro, y eso se cambia a través de la evolución del alma.

Los motivos son un poco diferentes al propósito, siendo ambos intangibles y espirituales. Son como dos caras de la unidad, solo que no son opuestas, sino complementarias.

Una explicación en pocas palabras de la diferencia entre uno y los otros es: si la experiencia humana es el cómo, y el propósito es el para qué, los motivos son el por qué.

El espíritu puede guiarnos a través del propósito… y mientras tanto, los humanos nos guiamos a nosotros mismos mediante motivos.

La mayoría desconoce cuáles son sus motivos, porque muchos de ellos son escurridizos y se ocultan tras el “deber”. Para algunos de nosotros, las preguntas de “¿Por qué?” son incómodas, y aun así ahí está un gran paso para descubrir nuestra individualidad.

Por ejemplo, una pregunta típica, ¿por qué trabajas?

Algunas respuestas pueden ser: para hacer algo, para ser útil, para que me reconozcan, para cubrir mis gastos… Todos esos pueden ser ambos, motivos y propósitos. 

Pero si indagamos más la mayoría de las razones son motivos, no propósitos.

Siguiendo con el ejemplo, a veces trabajas porque necesitas cubrir tus gastos todos los meses de forma regular. Ese es el motivo de la seguridad, en este caso monetaria, o de la falta de incertidumbre.

Otras veces trabajas porque tienes la necesidad de que te reconozcan, el motivo de la valía personal.

Otras veces tu motivo es que quieres hacer algo con tu vida, o ser útil.

Algunos días trabajas porque amas tu trabajo, y en ese caso está claro que es un motivo.

Una forma muy fácil de distinguir entre un motivo y un propósito, además de lo ya dicho, es preguntarse si ese impulso de hacer algo que se tiene va a mejorar el mundo (tu casa, tu vecindario, tu ciudad…) o solo evitar males mayores. En el último caso, la mayoría de las veces es un motivo.

Es muy fácil diferenciarlos si ponemos otro ejemplo: una empresa, pongamos que una librería, quiere hacer accesible el conocimiento global a un pueblo pequeño. Ese es su propósito. Ahora bien, su motivo es diferente. El motivo de que su localización esté en la calle más concurrida del pueblo es que la mayor cantidad de gente pase por la tienda, y el motivo del color de su fachada puede ser el de distinguirse de los otros comercios, o bien el de expresar el gusto estético de una persona concreta. O quizá el motivo de que exista la librería es que su dueña no tuvo muchos libros para leer de niña, y quiere que los de la próxima generación no pasen por eso. Quizá sea más fácil verlo en esto último, aunque todo lo dicho está muy relacionado con el propósito de esta fantástica librería.

Tomamos decisiones en base a los motivos, normalmente, y esas decisiones pueden dirigirnos al propósito.

Mis células tienen el propósito de mantenerme viva y saludable, en las mejores condiciones posibles, y los motivos por los que existen son muy variados.

Mi propósito está relacionado con comunicar, y mis motivos para hacerlo de una forma u otra varían a menudo. Quizá hoy simplemente quiero contaros esto, con un motivo de autoexpresión, y sin embargo mi motivo para la elección del próximo libro que leeré puede ser completamente diferente. Y aun así todos forman parte de mí, todos están siendo generados por mi alma de una forma u otra.

Por eso, todos los días soy consciente de cómo se relacionan mis motivos, entre ellos y con el mundo, de cuáles son y de por qué están ahí.

Todos los seres vivimos y actuamos según, y gracias a, unos motivos, que existen en nosotros, que conforman cómo nos comportamos, que pueden ser y muchas veces son distintos a los de otros seres. Solo tenemos que ser conscientes de cuáles son los nuestros. Una vez que lo somos, podemos enfocar nuestros motivos en la dirección de nuestro propósito, y recorrer el camino felices, sabiendo que cada acto importa.

Aprendizaje: Todo lo hacemos por algo. Descubrir nuestros motivos nos hace conscientes y nos acerca a nuestro propósito de vida.

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