CUIDEMOS TODO EL AÑO NUESTRA ALIMENTACIÓN


Apreciemos nuestro cuerpo, atendámoslo, escuchémoslo y preparémoslo para CONTINUAR.

De nada sirve parchear. Si queremos llevar una vida plena tenemos que ser conscientes de la alimentación de nuestro cuerpo. 

Nosotras ya sabéis que hacemos una dieta disociada, ecológica y lo más cruda posible, ya que el clima nos acompaña.

Hacemos la comida lo más sencilla y natural que podemos, con una cocción lenta y si es pertinente a baja temperatura (con la excepción de las legumbres que requieren una cocción larga, a no ser que las ingiramos en forma germinada). Evidentemente todo está libre de aditivos y productos químicos, para evitarle trabajo extra de eliminación a nuestro cuerpo.

Comemos de todo: carne, pescado, verduras, hortalizas, huevos, frutos secos, semillas, frutas, cereales, brotes…

No consumimos alimentos “chatarra”, alimentos empaquetados, ultracongelados, grasas malas, ni azúcar, ni comida rápida. Nada de pan blanco industrial, pastas blancas, galletas industriales, lácteos de ningún tipo, ni hidratos con gluten y, evidentemente, cero alimentos procesados.

Siempre consultamos a nuestra nutricionista antes de tomar ninguna decisión en nuestros cambios de alimentación.

Pero en general comemos de casi todo, como lo hacían nuestras abuelas, natural y de proximidad.

Carnes, pescados o huevos, una vez al día, controlando la cantidad.
Siempre orgánicos: ternera, pollo, huevos, cordero, cerdo, pavo, etc.
También nos encanta el pescado salvaje azul pequeño: sardinas, caballa, etc.
No comemos mariscos ni pescado engordado con pienso, aunque sea ecológico.

Vegetales en todas las comidas.
Coliflor, brócoli, romanescu, apio, tomate, todos los vegetales de hoja verde (acelgas, espinacas, berros, etc), judías verdes, pepino, berenjena, cebolla, col rizada (para hacer el chucrut en casa), calabaza, rábano, lechuga, algas, nabos, calabacín, remolacha, ajo, patata, boniato, puerro, entre otros.

Frutas
En menor cantidad que los grupos anteriores: manzana, aguacate, plátano, chirimoya, arándanos, higos, pomelo, uvas, kiwi, limón, lichi, mango, naranja, papaya, peras, piña, ciruelas, granada, frambuesa, fresas, mandarina, naranja, etc.

Grasas saludables y frutos secos para bebidas vegetales.
Aceite de oliva y otros aceites en crudo como el de aguacate y girasol, y otras grasas saludables como el cacao, coco, etc. Frutos secos: avellanas, nueces de macadamia, piñones, almendras, etc. Y semillas: semillas de calabaza, semillas de girasol, chía, amapola, etc.

Cereales sin gluten y leguminosas.
Harinas ecológicas de cereales sin gluten (para hacer el pan en casa), trigo sarraceno, quinoa, arroz, lentejas, garbanzos, alubias, etc.

Especias y sal marina sin procesar.
Laurel, orégano, cúrcuma, jengibre, albahaca, perejil, tomillo,…Utilizar especias como aliño ayuda a controlar la cantidad de sal para dar sabor.

Infusiones
Stevia, diente de león, perilla, saúco, té de roca, etc.

Cuidamos nuestro cuerpo, canal de nuestra mente y puente hacia nuestro espíritu.

https://anayany.com/alimentacionysalud/alimentacion/

#anayany
#vidafeliz
#alimentaciónecológica

ÚNETE AL MOVIMIENTO “SLOW”



Otra de las cosas que me ha enseñado Any en la vida es a disfrutar lentamente del camino. Reconozco que hace unos años parecía tener prisa para todo y quería terminar lo que fuera como fuera lo antes posible. Desde pequeña me educaron así, y me ha costado “desaprender” esta mala costumbre.

A día de hoy la vida, o el camino, nos ha llevado a valorar las pequeñas cosas y la lentitud para disfrutarlas. Quizás como Any tiene otro carácter, y hace las cosas de una forma diferente, con mejores resultados que yo, me ha hecho ver que la calidad es mejor que la cantidad o la rapidez.

Parte del aprendizaje ha sido dejar a un lado las prisas y tomarnos nuestro tiempo para disfrutar al máximo de la vida. Antes, debido a los compromisos médicos, sociales o familiares, íbamos corriendo, queriendo ser los primeros y los mejores en temas por ejemplo de Rehabilitación. Pero los resultados, por mucho que nosotras queríamos correr, siempre han venido después de un largo periodo naturalmente lento.

La desconexión con el medio natural, su tempo y demás factores que escapan a nuestro control, hace que no tengamos un referente que nos ayude a parar cuando queremos obtener resultados más rápidamente de lo conveniente. La sociedad y las múltiples opciones nos apuran a conseguir objetivos.

Para cambiar ese ritmo solo hay que hacer una cosa: parar. Y solo nosotros podemos decidir si parar hoy mismo, o seguir, y que nos pare nuestro cuerpo o nuestra mente cuando ya no puedan más.

El Movimiento Slow nace bajo la idea de “haz menos y lentamente”.

Es un movimiento social que promueve la necesidad de desacelerar el ritmo actual y optar por una vida sin prisas. Una donde destaque el equilibrio, el respeto y que prevalezca el amor para crecer y descubrir el mundo.

La principal intención de las personas que seguimos el movimiento Slow es la posibilidad de llevar una vida plena y desacelerada, haciendo que cada uno de nosotros pueda controlar y adueñarse de su existencia.

Somos Slow porque podemos correr cuando las circunstancias apremian y soportar mejor, si es el caso, el temido estrés; pero a la vez sabemos detenernos y disfrutar de un presente prolongado en vez de quedar sepultadas por las obligaciones del futuro más inmediato.

Hemos elegido libremente ser Slow Food, Slow Fashion, Slow Parenting, Slow Therapy, Slow Finance…convencidas además de que el Movimiento Slow definirá al ser humano del siglo XIX.

En definitiva elegimos ser Slow People porque tras la experiencia, siempre hemos llegado a la misma conclusión: los resultados LENTOS son MARAVILLOSOS, duraderos, de por vida, salutogénicos y antifrágiles.

Conectemos con nuestra tortuga interior y disfrutemos de los ritmos naturales de la vida.

¡PREPARADAS PARA LUCHAR!!

Cuando la vida te golpea, puedes escoger entre dos caminos: la libertad o la esclavitud.

Nosotras hemos elegido la LIBERTAD, pero hace muchos años hemos pasado por la esclavitud, así que sabemos lo que es y conocemos todos sus inconvenientes. Cuando estábamos allí no éramos conscientes de que existían otras posibilidades, pero después de tantos años en este otro lado, cada vez valoramos más haber dado el paso y saber no solo mantenernos, sino crecer y evolucionar.

Desde la LIBERTAD descubrimos la naturaleza real del ser humano y descubrimos que a pesar de las circunstancias se puede vivir en paz, amor y creciendo día a día.

Personas que hemos alcanzado cierto grado de libertad en todo el mundo trabajamos para mantenerla, compartiendo nuestras experiencias y creando corrientes de energía viva que velan por la sabiduría compartida.

Cada uno ha decidir que camino seguir. El del crecimiento, el conocimiento y la antifragilidad que exige una actitud interior positiva y un talante firme para no desfallecer en el camino, o dejar que otros decidan por nosotros.

Para alcanzar la libertad interior y completar la conquista de la vida y la evolución consciente, nosotras hemos elegido la actividad diaria, crear nuestras propias circunstancias y situaciones para crecer, trabajando duro, desarrollando la comprensión y disponiéndonos para recibir SABIDURÍA. No es fácil, pero si encuentras a un buen Maestro, el camino lo harás más ligero.

Así nuestra vida se ha transformado en un camino existencial, por dolorosa que haya sido la situación de la que hemos partido, ahora sabemos que nada en sí mismo es un obstáculo sino que se convierte en soporte para mejorar.

Para ser antifrágil hay que ser a la vez recio y manso, controlado y fluido. No descuidar la actitud de coraje, enfrentando los miedos y temores, apreciando la destreza y trabajando el carácter, porque la verdadera motivación está en nosotros.

Seguimos queriendo aprender como el primer día a nivel de lo cotidiano y aún más allá, y estamos siempre preparadas para los cambios, sin ser rígidas ni impulsivas. Neutras.

Este es nuestro propio desafío para el Año Nuevo. Nuestro reto donde la a apatía no tiene hueco en nuestro ánimo. No cederemos a las dificultades de las negligencias externas. Adquiriremos aún más Sabiduría para ganar y somos conscientes de que no se adquiere gratuitamente. El éxito tiene un precio, y nosotras caminaremos más duro que nunca hacia él.

Desde anayany.com trabajaremos aún más nuestra salutogénesis y antifragilidad porque sabemos como hacerlo, tenemos el mejor Maestro y vamos a poner de nuestra parte toda la energía focalizada en un punto vital: las mejoras constantes a todos los niveles.

2019 huele a ÉXITO.

¡VENA ECOLOGISTA PARA LAS CENAS DE NAVIDAD!!!


Local, ecológico y de temporada. Estos son los tres “ingredientes” que no pueden faltar en nuestro menú navideño sostenible.

Yo crecí en una familia que tiraba la casa por la ventana con el menú navideño. Múltiples aperitivos, sopa de marisco, más mariscos, carnes (cochinillo, cordero, pavo…), postres, turrones, licores, sidra asturiana “El Gaitero” (famosa en el mundo entero), frutos secos, polvorones, mazapanes… Aunque es muy entrañable, lo cierto es que comíamos mucho esos días y restos durante 15 días más, hasta que acabábamos tirando comida ¡Sacrilège!! (Nunca entenderé la falta de planificación que hace al ser humano occidental tirar comida).

¿Tanta comida para qué? ¿Y por qué comprar a este precio en esta época?¡¿La abuela se ha vuelto loca?!

Nosotras hemos optado por comer conscientes y eco también en Navidad. Creo que, aunque quisiéramos, nuestro cuerpo no nos permitiría ingerir ahora esas cantidades, mezclando todo y con esa cantidad de azúcar. Me imagino que acabaríamos en URGENCIAS por intoxicación, jajajjaja.

Así que un mes antes planificamos cada uno lo que queremos comer en Navidad, siempre reflejando nuestro valores en la cesta de la compra:

1. Elegimos productos frescos y de temporada.

Los postres son frutas de invierno. Además viviendo en Murcia no pueden faltar las naranjas, mandarinas, limones, uvas, kiwis o granadas. Una buena idea es hacer brochetas con ellas. En cuanto a las verduras, las mejores para esta época son las alcachofas, las berenjenas, las espinacas, la col, el repollo o la lombarda, entre otras. Perfectas para hacer riquísimas ensaladas, ratatouille, o hervidos y sopas.

2. Compramos como siempre a productores locales donde venden productos de proximidad o en pequeños comercios.

Los productos de kilómetro cero garantizan una procedencia local que disminuye sustancialmente su impacto sobre el planeta. Y por lo general, suelen ser alimentos de mayor calidad.

3. Evitamos abusar de carnes y pescados.

Su huella ecológica es mayor que otros tipos de alimentos, sobre todo si hablamos de carne. Utilizamos más verduras, frutas y legumbres cuya huella ecológica es mucho menor.

4. Compramos pescado con el sello MSC.

El cual garantiza unas prácticas responsables. La pesca incontrolada destruye los ecosistemas marinos y perjudica a otras especies que son capturadas sin miramientos. Un buen pescado para estos días festivos es el bacalao, una especie que afortunadamente no está en peligro por la sobreexplotación.

5. Compramos productos con etiqueta ecológica.

De esta forma nos garantizamos estar consumiendo alimentos que se ha producido de forma sostenible y respetando la naturaleza, en el que no se han utilizado pesticidas ni fertilizantes químicos y en el que los animales han sido cuidados correctamente. Un sello que te otorga esta garantía es la Eurohoja.

6. Si puede ser productos de comercio justo.

Para la parte más golosa adquirimos turrones, mazapanes, bombones y otros dulces navideños de comercio justo y ecológicos. Sus ingredientes son más sanos y apoyamos como siempre a poblaciones en vías de desarrollo.

7. No tiramos comida a la basura.

Las Navidades son una época de excesos en todo los sentidos, también gastronómicamente. A la hora de preparar el menú, calculamos bien la cantidad que vamos a consumir y guardamos el resto para otra ocasión.

Para nosotros no cometer excesos en las comidas de Navidad es la mejor opción, pero lo hacemos desde la total LIBERTAD Y CONSCIENCIA del mantenimiento de la salud. No solo Any se tiene que cuidar, nosotros necesitamos cuidarnos para poder cuidar de ella.

Lo importante es que comamos cada uno lo que mejor podamos desde nuestra libertad y que disfrutemos todos de estar juntos y compartir los alimentos. Si tu corazón está en paz, y te cuidas todo el año, tu estómago se alimentará de la buena compañía.

SOÑAR DE FORMA SALUDABLE

Salud de sueño, ritmos circadianos, cronotipo

Hace unos años se les otorgó el Premio Nobel en Fisiología y Medicina a tres biólogos de los Estados Unidos por el descubrimiento de los genes maestros que controlan los ritmos circadianos.

Fue uno de los temas que debatí con el Dr. Pin, Gonzalo Pin Arboledas, Coordinador de la  Unidad del Sueño y Jefe de la Unidad de Pediatría del Hospital Quirón de Valencia, mientras catábamos el maravilloso aceite de Oliva Virgen Extra Ecológico que produce junto a su mujer http://www.olioli.es/.

Charlamos largo y tendido sobre  la importancia del sueño en nuestras vidas. Fue una MasterClass, una de esas conversaciones interminables en las que aprendes de la Fuente, del Maestro y a pesar de que nuestros cónyuges tuvieran ganas de estrangularnos por no parar, fue un momento de conocimiento inolvidable en el que disfruté como una enana de poder intercambiar opiniones entre ciencia y experiencia. 

El término “circadiano” que viene del latín “circa” (alrededor) y “diano” (día) significa “alrededor del día”, y alude a todo aquello que pasa dentro de nuestro cuerpo cada 24h. Por tanto, el ritmo circadiano es un reloj interno que se ve influenciado por factores externos: trabajar, comer, hacer ejercicio físico…

Cada individuo tenemos una regulación concreta de nuestros ritmos circadianos. Hay personas que nos concentramos mejor por las mañanas, mientras que otras prefieren acostarse tarde. 

Esta disposición se conoce como cronotipo y es la tendencia natural de una persona hacia los momentos del día en los que se siente más despierto, cuando siente los picos de energía.

El cronotipo matutino, el 25% de la población, rendimos más por la mañana y empezamos a disminuir por la tarde, lo que nos lleva a acostarnos temprano y madrugar.

Los vespertinos, como papá, es otro 25% de la población. Se caracterizan porque encuentran que sus funciones cognitivas son máximas por la tarde y noche, por lo que tienden a acostarse y a levantarse tarde. Les cuesta madrugar.

El cronotipo intermedio, el otro 50% entre los que se encuentra Any, no muestran una clara preferencia por la mañana ni por la tarde, sino que se encuentran en medio de estos dos.

Los cronotipos están relacionados con la producción de melatonina, una hormona encargada de inducir el sueño. 

Las personas que nos identificamos como matutinos segregamos melatonina entre dos y tres horas antes que los intermedios, Any. Y los vespertinos, papá, entre dos y tres horas después que éstos últimos, Any. ¡¡¡Así  que yo me voy a dormir 6 horas antes que mi marido!!! Jajajajaj. 

Lo que está claro es que cada uno tiene sus tiempos, y es importante respetarlos.

Pero también hay que ser consciente de que las circunstancias cronotípicas no pueden interferir en un estilo de vida saludable. 

La reducción del sueño nocturno por tan solo una hora, aumenta la expresión de los genes asociados con la inflamación, excitabilidad inmunológica, diabetes, riesgo de cáncer y estrés.

Independientemente del cronotipo que tengamos, tenemos que respetar los hábitos de sueño saludables y ser conscientes de que al igual que necesitamos energía para movernos, pensar y digerir los alimentos, también necesitamos energía para descansar y repararnos POR LA NOCHE. 

El insomnio afecta a aquellos que tienen muy poca energía. El calor (energía del fuego) se acumula en la parte superior del cuerpo, creando tensión, ansiedad y síntomas como presión arterial alta o dolores de cabeza. Cuando nos falta energía, sentimos una sensación de inquietud y la incapacidad de desconectarnos.

Con el  insomnio y el agotamiento de la energía, los sistemas de todo el cuerpo no pueden recuperarse adecuadamente. 

Un buen sueño nos brinda una mayor capacidad de resistencia a las enfermedades y mantiene el equilibrio hormonal, lo que contribuye a ayudarnos a vivir vidas más largas, más saludables, más felices y más satisfactorias.

7 anayany.com consejos para un sueño feliz:

– Apagar todos los aparatos electrónicos al menos una hora antes de dormir. La luz azul que emiten, activa el cerebro y es una señal para que el cuerpo se despierte. Así mismo los campos electromagnéticos tienen efectos negativos en nuestro sueño. No te olvides nunca de apagar el wifi antes de irte a dormir y quitar ese horroroso despertador electrónico de tu mesilla de noche. ¡Estás durmiendo con el enemigo!!

– El aceite de lavanda es un remedio clásico para promover el sueño. Coloca unas gotas en el baño, el difusor o en la almohada para ayudar a relajar tu cuerpo y calmar tu sistema nervioso.

– La respiración abdominal lenta es una de las mejores maneras de calmar el sistema nervioso, relaja el cuerpo y ayuda a calmar la mente.

– Relajémonos antes de ir a la cama leyendo un libro, tomando un baño caliente o escuchando música tranquila y calmada.

– Para otras personas es mejor el ejercicio moderado. Es uno de los mejores medicamentos para dormir que existen.

– Intentar dormir por lo menos ocho horas de noche.

– Nada de cafeína a partir de las 4 p.m. (chocolate, cacao, café…).