La Naturaleza nos lo recuerda a diario: el río no mide sus aguas antes de fluir, ni el bosque controla la sombra que ofrece, ni los animales las crías que van a tener. La abundancia nos la muestra y enseña el ciclo natural que no se detiene, la generosidad de lo que simplemente es y el amor del corazón al compartir lo que tiene.
Para nosotras la verdadera naturaleza humana no consiste en dividir la escasez, y ser todos igual de míseros, sino en ayudarnos mutuamente a multiplicar lo que cada uno, como don o formación, ya tenemos. Creemos que la vida no se sostiene en el “poco para todos”, sino en la expansión de lo suficiente para que cada uno seamos felices independientemente de las circunstancias compartiendo nuestra abundancia en cualquier campo.
Gracias Richard, Diego, Tatiana y Reineke. Ha sido un placer estar junto a muchos amigos aprendiendo de Maestros Reales.





