SER, HACER Y TENER.

Nosotras cuando elegimos ser lo que somos, supimos qué hacer para tener lo que soñamos. Es la Ley del Orden. La secuencia es ser – hacer – tener. Any nos enseñó a SER, y desde ahí hacemos todo lo que está en nuestras manos para tener una vida feliz independientemente de las circunstancias. 

Por ejemplo, en temas salutogénicos nosotras tocamos fondo y no vimos más salida que hacernos responsables de nuestra Educación para la Salud en vez de aceptar el círculo vicioso de la enfermedad. Cambiamos y nos transformamos para saber cuidarnos, y después lo aplicamos de manera sostenida consiguiendo el estilo de vida saludable que tenemos ahora, 13 años después. El mejor momento para plantar un árbol fue hace 20 años, el segundo es hoy.

Aplicamos la filosofía Ser-hacer-tener a todos los ámbitos de la vida, para ser la mejor versión de nosotras mismas desde el libre albedrío. Por eso para nosotras es tan importante la libertad, para poder elegir hacer lo que nuestro ser necesita y poder tener una vida saludable.

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VIVIR SIN DIAGNÓSTICO.

Any nació sin diagnósticos, nadie nos ayudó a empezar mejor nuestro camino vital como familia. Los médicos miraron para otro lado. Que una madre primeriza, como yo era, viera cosas raras y los médicos me “diagnosticaran” a mí locura, sin ocuparse ellos de Any, me enseñó muchas cosas en la vida. ¡Bendita locura instintiva oxitonizada que probablemente le salvó la vida a Any! 

Con los años me dieron la razón, la “locura” se transformó en un diagnóstico para Any detectado por profesionales del sector privado y corroborado más tarde por el Sistema de Salud: Tetraparesia Espástica por Estrechamiento del Cuerpo Calloso (Parálisis Cerebral), con un 87% de discapacidad. Ojos que no vieron lo evidente, corazón familiar partido pero… Existe el kintsugi para el corazón, el amor infinito por una hija.

Tras ese diagnóstico las cosas no fueron mucho mejor. Entonces aprendimos otra gran lección: los papeles ayudan, pero no curan. A veces el Sistema no contempla pagar el tratamiento existente para nuestros hijos, aunque sí lo hayan investigado. Sin más. Otras no son soluciones definitivas y cronifican las patologías aliviando leve y temporalmente los síntomas. Otras veces simplemente el Sistema está desfasado, anticuado, y no aportan el mejor tratamiento actual, con lo que nuestros hijos pagan las consecuencias del retraso político y burocrático que se alarga años en las incorporaciones de novedades al Sistema; otras…

A los tres años nos volvieron a diagnosticar. Además del tardío diagnóstico de PC, entonces diagnosticaron a Any de una de las llamadas Enfermedades Poco Frecuentes o Raras: Fibrosis Quística. Tres años sin que nadie detectara nada a pesar de estar metidas por la PC entre médicos, fisioterapeutas y demás, un día sí y otro también. 3 años sin diagnosticar y otra vez perdiendo el tiempo tan valioso en estos casos por falta de una detección temprana de síntomas. 

Lo mejor de todo es que nosotras trabajamos por nuestra cuenta desde el primer día de nacimiento de Any. No necesitábamos diagnósticos para saber que algo no iba bien e hicimos todo lo que estuvo en nuestras manos para ayudar a Any. 

Han sido 19 años de aprendizaje, nunca nos quedamos esperando a que terceros nos ayudaran, nos hicimos con las riendas de la salud, de la vida de Any, y sin saber lo que le pasaba, tomamos decisiones “macronaturales” que influyeron positivamente en su microorganismo.

Tener un diagnóstico es muy importante e incluso imprescindible para acceder a las cosas que nos facilita el Sistema, pero desde aquí animo a todas las Madres Especiales con un hijo sin diagnosticar a que no tiren la toalla ni esperen. Cuidarse es siempre beneficioso para todos y un organismo saludable ayuda a todo el mundo: comida natural orgánica, terapia ABR, evitar los tóxicos, etc., siempre bajo la supervisión de profesionales (médicos, terapeutas, etcétera, con muchos años de experiencia) y siempre con una base científica. Ellos nos pueden ayudar mientras llega el diagnóstico y por supuesto después de él cuando el Sistema no ha incorporado aún las soluciones más novedosas o simplemente la sabiduría natural.

Hoy en anayany.com nos unimos, como guerreras que fuimos para conseguir nuestros diagnósticos, a todas las familias que luchan por el suyo. SÍ SE PUEDE.

Un abrazo de osa y otro de Luz. 

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PERDER VOLUNTARIAMENTE LA COMODIDAD COMO MAMÁ ESPECIAL.

Madurar de repente, al ser una Mamá Especial, no fue fácil. Era una joven que, como todas, soñaba con otro estilo de vida. Durante un tiempo todo fue una lucha. Y de repente… toqué fondo y todo cambió. Decidí tomar las riendas de mi vida y eso tuvo un precio que implicó una gran responsabilidad. Pero hoy sé que fue la mejor decisión de mi vida.

Hay problemas respecto a mi hija que nadie puede solucionar totalmente, pero ahora sé que puedo elegir vivir transformándome y adaptándome continuamente según cada nueva circunstancia, disfrutando de las ventanas de oportunidad para ser feliz entre los procesos. Ahora, tras 19 años como Mamá de Any, sé mejor que nunca que ser una Mamá Especial no es fácil, pero soy consciente de que puedo decidir sobre muchas cosas y mejorar nuestra vida, y así ser más libres y felices de lo que podía llegar a soñar de joven teniendo una vida típica. 

No tengo una vida ideal, ni cómoda, ni fácil, pero soy feliz independientemente de las circunstancias porque aprendí a renunciar a esa falsa comodidad soñada para seguir creciendo mientras disfrutamos día a día.

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MADRES CUIDADORAS.

«El regalo más preciado que podemos dar a otros es nuestra presencia. Cuando nuestra atención plena abraza a los que amamos, florecen como flores’ Thich Nhat Hanh.

Todos podemos encontrarnos en nuestras vidas con un rol para el que en un principio nadie está preparado: cuidador o “necesitador” del cuidado 24 horas al día. Si lo pensamos, tener a alguien al lado que nos cuide, es simplemente la materialización del Amor en una de sus formas. Cuidar es Amar. Por eso cuando la vida nos acerca a un cuidado más consciente debido a una circunstancias especiales, reconocemos enseguida este binomio inseparable.

Y en ese papel estamos muchas mujeres del siglo XXI, que elegimos trabajar o no fuera de casa, muy activas e inquietas a la hora de ayudar a los demás, que nos sentimos bien y seguras de nosotras mismas, con mucha energía, con la sabiduría suficiente de la vida para  permitirnos afrontar las cosas con fuerza y que aceptamos, además, el rol de ayudar a nuestros seres queridos acompañándolos en su camino desde el Amor Infinito, libremente. 

Damos y recibimos los cuidados de quienes nos necesitan, nuestros hijos.

UNA CUIDADORA, DOS VIDAS

Solas, en pareja, con más o menos ingresos y formación… como colectivo, presentamos unos rasgos que no tienen que pasar desapercibidos, ni en nuestro entorno cercano, ni para los médicos, rehabilitadores u otros profesionales que interactúan con nosotras.

Cada vez tenemos más peso para la industria, ávida de nichos de negocio: ortopedias, adaptaciones, salud, etc. Ya somos un grupo muy numeroso, grandes consumidoras de todo lo relacionado con la rehabilitación, la nutrición, el cuidado personal, etc., lo que crea oportunidades de negocio y nos da relevancia social. De ahí que ya nos pueden ver como un grupo muy importante de consumo y de apoyo a los profesionales de la salud, y solo queda que la administración y la sociedad en general nos consideren necesarias para el cuidado de parte de la población, tanto de nuestros hijos pequeños con necesidad total de apoyo como menores con gran discapacidad como de nuestros hijos jóvenes adultos grandes dependientes, que forman una población cada día más representativa gracias a nuestros cuidados.

Somos mujeres de hoy en día, valientes, lúcidas y comprometidas que rebosamos proyectos, energía y seguridad en nosotras mismas. 

Pero tenemos que reconocer que con los años y el transcurrir de la vida nos pesa estar solas. Es hora de pedir ayuda para cuidar nuestra salud física, emocional, mental y financiera. Es hora de Cuidar al Cuidador.

UNA CUIDADORA, DOS VIDAS

Además de Cuidadoras Principales tenemos también otras identidades: esposas, trabajadoras en casa, estudiantes, profesionales… entre otras, aunque nos dedicamos en alma y corazón a ser Cuidadoras Principales de nuestros hijos, haciéndonos cargo de nosotras mismas y de quienes más nos necesitan, desde el respeto, el conocimiento de quien aprende de la experiencia y, sobre todo, desde el Amor Infinito. 

Por motivos políticos y económicos, todavía nos vemos obligadas a no tener descanso, formación al alcance de todas o suficientes ayudas, sin embargo celebramos la plenitud de ser orgullosas cuidadoras de quienes nos necesitan y ayudan para seguir adelante, a la vez que cultivamos nuestro crecimiento en todas las áreas de la vida.

Afrontamos nuestra situación con la mirada de las personas del siglo XXI, aportando nuestro granito de arena para que los profesionales que nos rodean nos hablen de igual a igual, y lo más importante, los y nos respeten y traten con humanidad. 

Somos personas que disfrutamos de lo que hacemos, pero somos conscientes de que necesitamos ayuda para mantener nuestra energía, salud y libertad. La ayuda de TODOS: familiares, profesionales, Estado…

POR NUESTRA SALUD FÍSICA, MENTAL, EMOCIONAL Y FINANCIERA.

Sabemos poco de todo y mucho de «mundología» porque tratamos con mucha gente en el entorno del cuidado familiar, hemos vivido muchas experiencias (tanto enriquecedoras como duras) y lo mismo hemos estado horas y horas en las salas de espera de un hospital que hemos ayudado a que nuestros hijos, por ejemplo, logren hitos que ni los profesionales se pueden creer.

Somos mujeres del siglo XXI y como tales desarrollamos nuestro crecimiento personal, profesional, emocional y espiritual. Tenemos una vida feliz con nuestras circunstancias y estamos llenas de ilusiones. Hemos tomado las riendas de nuestras vidas, sabemos pedir ayuda si la necesitamos y aprendemos todos los días cosas nuevas mientras aplicamos nuestros cuidados desde el Amor Incondicional, la Generosidad Infinita y la Esperanza de mejorar la vida de la familia.

Las circunstancias vitales de cada una de nosotras es diferente a todos los niveles (económico, social, etcétera) pero lo que nos une es más fuerte que lo que nos diferencia. El AMOR. Sabemos que es darlo todo a cambio de nuestra mejor recompensa, una sonrisa, una mirada o un abrazo inesperado entre los que nos cuidamos a diario.

UNA CUIDADORA, DOS VIDAS

No somos ni maestras, ni enfermeras, ni fisioterapeutas, ni logopedas, ni nutricionistas… aunque ejercemos de todo ello a diario. Somos las mejores alumnas de las formaciones que nosotras mismas nos pagamos o simplemente seguimos adelante sin ayuda a base de ensayo-error. Somos grandes investigadoras buscando lo mejor para la vida de las personas que tenemos a nuestro cargo, y aprendemos rápido a buscar soluciones a los problemas que nos surgen por el camino. 

Esta es la vida, llena de felicidad y de lucha, de muchas mujeres que hemos decidido cuidar a nuestros seres queridos, las Cuidadoras Principales.

Solo espero que la próxima vez que alguien se cruce con nosotras (conocidos, familiares, profesionales, personal de la administración, etc.) vean a las mujeres que somos: bellas por dentro y por fuera, formadas, capacitadas, en continuo crecimiento y orgullosas de nosotras mismas y de nuestras familias, pero sobre todo espero que se den cuenta de que necesitamos ayuda.

POR NUESTRA SALUD FÍSICA, MENTAL, EMOCIONAL Y FINANCIERA.

UNA CUIDADORA, DOS VIDAS 

GRACIAS.

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DESDE EL AMOR INFINITO DE UNA MAMÁ ESPECIAL.

“El destino es aquello que nos pasa si no hacemos nada para evitarlo” Alex Rovira.

Todos podemos salir fortalecidos de las crisis.

Nosotras hemos pasado por varias desde que estamos juntas en este Mundo. Crisis que han tenido un elemento común: un inmenso dolor. Aunque al final, cada una de ellas acabó con un despertar de mi conciencia como Mamá, mientras observaba la reacción amable de un alma pura, como es la de Any. Y cada una de esas crisis salutogénicas me ha enseñado, de la mano de mi gran Maestra, a dejar de TENER para empezar a SER, han elevado mi nivel de conciencia para AMAR INFINITO y me han acercado a mis principios y valores: la compasión, la empatía, el coraje, la cooperación, la cortesía, etc. para lograr una VIDA FELIZ con nuestras circunstancias.

Por nuestra alta sensibilidad, valores y heridas solo había dos caminos cuando estábamos en los momentos más oscuros: o apagar la luz para siempre o hacer algo para darle un sentido al resto de nuestra vida.

Por eso siempre hemos salido de cada crisis con MÁS AMOR hacia la VIDA, teniendo repercusiones muy positivas a nivel individual y familiar.

Ahora todo lo hacemos de corazón: aprender, cocinar, fisioterapia, jugar, etc. Para nosotras todo es grandioso en su sencillez.

Como Madre Especial he aprendido con los años que hay muchas cosas que puedo hacer para transformarme y ser la mejor versión de mi misma a diario, solo tengo que crear las circunstancias que quiero para cumplir nuestros deseos, tanto los de Any como los míos, y cambiar un destino que hace años los médicos nos marcaron apocalíptico. Nada que ver con lo que pasó. Nosotras logramos crear nuestra propia realidad en un campo aparentemente limitado y complicado como la salud, así que esto nos dio alas para que nos volviéramos imparables en muchos campos más.

Nosotras decidimos, con cada una de nuestras crisis, que era hora de crecer, comprender y actuar cuidándonos. Y por eso ahora vivimos para cuidarnos, cuidar y amar. Porque cuidar resume muchas cosas.

Y como somos lo que amamos, decidimos amar lo que somos y servir en lo que podamos.

Cada crisis nos ha enseñado que debemos seguir por amor a los que nos quieren y nos necesitan.

Por eso todo lo que hacemos tiene una vibración amorosa que compartimos. Porque hemos comprobado que cuanto más grande es el amor, más alto es el impacto profundo en el alma y el corazón, convirtiendo el final de cada crisis en una experiencia espiritualmente transformadora.

La clave está en el amor, en un corazón puro, limpio, neutro; en las palabras, que también nos curan a nosotras mismas y a los demás; en nuestros pensamientos saludables; en el trabajo corporal, con las emociones, del espíritu, etc.

Interaccionemos desde el AMOR a los demás, al Mundo, porque el Mundo es como lo miramos.

Y nosotras hemos decidido verlo desde el AMOR.

Un abrazo de OSO.

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